'Ad Astra': un amor edípico entre Brad Pitt y Sigmund Freud

'Ad Astra': un amor edípico entre Brad Pitt y Sigmund Freud

Dirigida por #JamesGray y protagonizada por #BradPitt, #AdAstra es una película de #cienciaficción, cuyo título está en latín y significa 'hacia las estrellas'. La trama gira alrededor de un astronauta que emprenderá un viaje por el espacio en búsqueda de su padre y los misterios del proyecto que lo arrebató.

La incesante pulsión de Sigmund Freud por descubrir un nuevo conocimiento lo llevó a sumergirse en el inconsciente humano, el cual nos reveló como el hombre a la luna: llegó ahí para poner su huella y posteriormente dejar que otros la exploraran.

Ad Astra lleva el psicoanálisis a un nivel “espacial” justo a los márgenes de nuestra galaxia (o nuestra conciencia), para hacernos reflexionar de manera potente sobre la relación padre e hijo de la mano de Brad Pitt, quien hace de Edipo rey intergaláctico al mando de naves espaciales fálicas (esto le gusta a Freud).

Con un guión que es una mezcla de nihilismo y existencialismo apoyados de una estética aeroespacial que Hollywood domina perfectamente, el psicoanálisis se cuela en el filme través de padres ausentes y módulos de acoplamiento (falos tecnológicos) que no embonan, tal como las relaciones padre-hijo y casi cualquier otra, y una serie de diálogos y soliloquios que hacen constantes guiños esa terra inhóspita descubierta por Freud.

Más allá de tratarse de una reflexión cosmogónica sobre el papel del hombre en el universo, su insignificancia y su abrumadora soledad que se extiende miles de millones de años luz en cualquier dirección, Ad Astra nos plantea aquello que sigue atormentando en el siglo XXI al hombre que ya fue capaz de viajar a la Luna, pero que cada vez se encuentra más extraviado en el universo de su propia existencia y muchas veces en el poderoso y complejo vínculo entre padre e hijo.

Este es llevado de manera magistral a través de diálogos con pinceladas psicoanalíticas donde el astronauta Roy McBride (interpretado por Brad Pitt), cuestiona a lo largo del filme su propia existencia basándose en la relación que sostuvo con su padre durante años, quien ahora, incomunicado y considerado muerto, habita desde hace más de treinta años una nave a las orillas de los anillos de Saturno, sin que esta distancia sea suficiente para que haya cesado el bombardeo psicológico.

‘Debo admitir que nunca te conocí, ¿o yo soy tú? se cuestiona Roy McBride al momento en que aborda un cohete desde una base marciana en busca de su padre, el célebre astronauta Clifford McBride (Tommy Lee Jones) quien probablemente esté con vida a miles de millones de kilómetros y también -probablemente- haya enloquecido (para lo cual no es necesario irse hasta Saturno).

‘Y aquí estoy, viéndome arrastrado al mismo agujero negro’, lanza Pitt en un potente discurso psicoanalítico que cubre como manto estelar la trama de la película, llevando la compleja y a veces ominosa relación padre-hijo hasta los límites del universo (literal), y demostrando que la repetición de actos o ‘destinos’ surge muchas veces de manera inconsciente.

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Ir a la búsqueda del padre -así sea a los límites del sistema solar- nos confirma lo fuerte e importante que puede llegar a ser este vínculo (traumático) para los seres humanos, en el que muchas veces el deseo del padre acaba por imponerse —aniquilando la voluntad del vástago— o bien, el del hijo termina aplastado y este opta por aceptar el del padre como propio.

‘Siempre me aterró enfrentarme a él, incluso ahora me aterra’, confiesa un atlético e imbatible Brad Pitt en traje de astronauta instantes de llegar a la nave espacial donde habita ese padre quien, apenas recibirlo, le confiesa que nunca ha sentido un verdadero vínculo hacia él ni su familia, sino únicamente hacia su profesión.

Liberado así por la crudeza del relato, de quien opta por el espacio infinito antes de volver a la Tierra (tampoco suena tan mal), Roy McBride inicia su viaje de vuelta y comprende su misión en un mundo que se cae a pedazos… No hasta que el padre articula el discurso que marca lo que será su vida de ahora en adelante.

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