Bandas como Ride, Cocteau Twins, Beach House o Slowdive nos han maleducado: ¿Por qué el dream pop tiene este sonido como de cuento de hadas? ¿Entre nuestro subconsciente sólo están escondidas las fantasías hermosas y los anhelos ideales? Es un curioso fenómeno el que acecha a estas bandas con un género único. No obstante hay aquellos artistas sonoros que también se remiten a esa otra faceta de los sueños: a lo enfermo, lo psicótico, lo absurdo, lo perturbador y lo bestial.
Richard D. James comprendió desde una arista musical, y de primera mano, que entre los sueños no sólo se esconden ideas bonitas, sino todo aquello a lo que, en un estado consciente, le podemos rehuir o asegurar que no somos. Los sueños pueden esconder lo mejor y lo peor de nosotros.
Para Aphex Twin, el sueño manipulable es aquel sueño donde uno puede explayar sus más retorcidas ideas sobre la vida. Y con retorcidas no exactamente queremos decir enfermas. Más bien se habla de extremos, de emociones itinerantes y en constante cambio. Por ejemplo, los sueños pueden manifestar desde lo étereo...
... a lo ominoso (curiosamente la anterior canción y la siguiente van contiguas)...
... pasando por lo psicótico/agresivo.
Supuestamente, Selected Ambient Works Volume II (Warp, 1994) —producción a la cual pertenecen las composiciones anteriores— es un disco compuesto en un 70% por sonidos provenientes de sueños lúcidos. La historia contada por el mismo Aphex Twin es que se dormía en su estudio, soñaba un par de canciones y luego trataba de llevar esos sonidos al formato musical. Con James, es difícil saber qué tanto de lo que dice es verdad y mera bravata. Para comprender esto, vale la pena echar un vistazo a la mitología creada alrededor del personaje Aphex Twin.
Uno puede dividir la carrera de Richard D. James en dos facetas: la de provocador y la de compositor digital virtuoso. Resulta algo chistoso comparar y traslapar ambos espectros. Ya sea con opiniones, acciones o declaraciones, Aphex Twin es una persona que gana fama a base de destruir, reconstruir y deconstruir su imagen. No se postra como un artista revolucionario, sino que sigue la misma vena bufonil de otros no musicales como Banksy.
Quizá una de las mejores autodescripciones del productor inglés sea la que dijo en entrevista con The Guardian:
"Soy un niño mentiroso, irritante y pelirrojo de Cornwall que debió haber sido encerrado en un centro de detención juvenil. Sólo conseguí escapar y tener éxito en la música"
Aphex Twin siempre se ha caracterizado por su irreverencia y despreocupación. Lo cual es evidente en varias de sus acciones. Las cuales pueden ir desde llamar a su recopilatorio de remixes 26 Mixes For Cash (Warp, 2003) porque en verdad le importa muy poco hacer remixes, o conducir un tanque.
Leyeron bien, un tanque. Sobre este vehículo, James ha dicho varias cosas de excelsa profundidad, como...
"He jugueteado con él, pero no he tenido sexo dentro de él. En primer lugar, sería algo doloroso."
...o también...
"En un coche uno aprende a estar concentrado sobre no dañar el vehículo que manejas, pero en el tanque sólo estás preocupado por el caos que causarás en los demás."
... y no olvidemos...
"[Manejar el tanque] Da un sentido de paz interior, porque sabes que nada jamás te puede herir. Es como un útero... con una pistola."
Pero la genialidad artística no se mide ni es dependiente de la excentricidad o irreverencia, externa. Aphex Twin podrá ser tan raro como uno suponga, pero eso no lo exenta de increíbles composiciones como ésta.
Selected Ambient Works Volume II no se asemeja en gran medida a las cosas hechas por el productor —ni siquiera 20 años después. En primer lugar, las canciones son palpables y texturizadas. Es como si uno esperara una película llena de diálogo, pero se da cuenta que está en silencio y con imágenes bellísimas. SAW Vol. II destaca como disco electrónico porque no es un álbum rítmico o melódico, sino atmosférico, al contrario de los elementos techno del disco anterior. No más de tres canciones en el disco tienen algo parecido a un beat o un kickdrum, todo se basa en sensaciones, en imágenes, en fantasías, en sueños.
Esta palpabilidad e invitación a la sensibilidad se puede manifestar en los nombres de las canciones: no tienen (todas se rotulan como "Untitled"). Los nombres se deben descifrar a partir de ciertos colores y pistas que estaban incluidos en el arte del disco físico. Sin embargo, lo más importante no era los nombres sino el proceso sinestésico que uno llevaba a cabo para tomarlos. Con sinestesia, cada nota musical hace ver un color diferente, por ende, estas canciones no se relacionan tanto en el terreno del lenguaje comunicativo, sino con las abstracciones, con la apreciación individual y la relación entre imágenes y música. Es asociar las composiciones con color.
En alguna reseña, un crítico dijo sobre el disco
"Selected Ambient Works Volume II es el equivalente aural a un álbum fotográfico lleno de bonitas Polaroids."
Y hay algo de razón ahí. Cada corte es distinguido, cada corte provoca diferentes sentimientos y todos provocan una imagen diferente. Ya sea remitiéndonos a sueños o a colores, Selected Ambient Works Volume II es un disco que no ha envejecido nada en sus 20 años. Uno puede distinguir perfectamente dónde ha influenciado a una gran variedad de artistas y qué es lo que ellos han tomado de Richard D. James, para realizar los mismos cambios que él llevo a cabo hace 20 años.