Los 9 discos definitivos del paisaje musical del 2020 (hasta ahora)
Curaduría: Leo Moreno
Este 2020 ha sido un año para el recuerdo, para la historia. Todo lo que conocíamos como sociedad ha cambiado. Hábitos, consumos, relaciones. Pero la música vive, más que nunca, y qué mejor santuario que dejarte llevar por los sonidos, formas y texturas de un álbum completo. Dedicarte el tiempo a ti mismo para disfrutar de la obra como el artista la planeó, de inicio a fin, sin interrupciones. Todo un concepto auditivo, que hace poderosamente sentido cuando es comprendido en su totalidad.
Para que disfrutes de gran música durante este verano, en Ibero 90.9 te recomendamos nueve álbumes de alto calibre que nos dejó el primer semestre de 2020.
What Kinda Music, Tom Misch & Yussef Dayes
What Kinda Music, álbum colaborativo creado por Tom Misch y Yussef Dayes lanzado bajo el sello Beyond The Groove, es un trabajo que los fans de la nueva oleada de jazz y sus diferentes fusiones con electrónica, hip hop y R&B amarán, aquellos que escuchan desde Kamasi Washington y Ezra Collective hasta BADBADNOTGOOD.
Este es un esfuerzo fabuloso y lleno de la calidad de este par de músicos que han logrado unir fuerzas para crear este híbrido de estilos. Por un lado, Tom Misch es un productor y guitarrista con un sonido mucho más R&B, y por el otro Yussef Dayes es uno de los mejores bateristas actualmente en el mundo del jazz, que con su banda Yussef Kamaal lo ha dejado claro.
What Kinda Music es, sin duda, un clásico instantáneo, un referente en la escena del jazz experimental actual. Arte auditivo, un logro sonoro que te lleva a ciertos trances altamente disfrutables. Si esto hacen Misch y Dayes a sus veintipocos años, imaginemos que estarán publicando dentro de un par de décadas. Unos titanes de la música que nos traen un trabajo que agradecemos con aplausos de pie.
Will This Make Me Good, Nick Hakim
Lanzado bajo el sello ATO, este es un álbum en el que podemos escuchar una especie de soul/R&B psicodélico, muy calmado y tranquilo, ideal para el momento chill. Después de lanzar su placa Green Twins en 2017, Nick Hakim comenzó a escribir canciones para preparar otro álbum, pero en un viaje perdió la libreta en la que tenía todos los apuntes con las ideas para dicho disco. En un ejercicio por tratar de recordar muchos de estos contenidos, fue que poco a poco construyó todo de nuevo, mezclando esas ideas anteriores con nuevas vivencias, como la muerte de un amigo cercano llamado "Qadir" (nombre de la canción principal del álbum) o su enfrentamiento con medicamentos para su déficit de atención. Este trabajo cuenta con colaboraciones de Anderson .Paak, Lianne La Havas, Onix Collective, Mac Demarco y varios más.
Con normas que nos son impuestas, nuestro comportamiento se moldea y eventualmente acabamos asimilando aquello que nos decían como "lo bueno, lo correcto, lo adecuado, lo que debe ser". Sin embargo, ¿qué pasaría si aquello que nos dijeron en realidad no fuera así?, ¿si aquello que nos fue instruido hace años ya perdió su validez y no se adecua a nuestra realidad?
Esta es la moción central sobre la que se construye el nuevo material de Nick Hakim, un músico neoyorquino, originario de Washington DC, pero de ascendencia latina con una madre chilena y un padre peruano; una combinación que sin lugar a dudas lo convierten en alguien diferente con una propuesta única.
Regresa, Buscabulla
El amor a la música en los tiempos del coronavirus se torna extraño, la nostalgia se encarga de evocar los tiempos donde la efervescencia sonora era el pan nuestro de cada día. La poderosa industria musical se encuentra entre las cuerdas, sin embargo, resiste, se aferra a la vida y continúa, como decía el buen Bolaño: “hay momentos para recitar poesías y hay momentos para boxear”. Ahora mismo nos encontramos en medio del cuadrilátero de la supervivencia. El encierro de muchos y la cotidianidad para otros, un virus puso en entredicho la dinámica social contemporánea. No obstante, este pandémico telón de fondo sirvió para que el arte, en muchas de sus vertientes, desplegara su potencial y su fuerza y no cabe duda de que el confinamiento se sobrelleva mejor de la mano de cualquier expresión artística. La creatividad de miles es el remanso de millones.
Buscabulla se refiere a la persona que busca pleito, la palabra hace alusión a los pendencieros, bravucones y picapleitos, al apoco sí del barrio, al Juan Camaney que las puede todas. No obstante, el significado también alude al individuo que busca bullicio, rumba y ruido, tal y como lo vienen haciendo Raquel Berrios y Luis Alfredo Del Valle, tándem de músicos puertorriqueños otrora avecindados en Nueva York, desde el año 2010. Duo de picapleitos musicales, gandallas del preciosismo sonoro, bravucones inquietos y compañeros de vida que se atrevieron a lanzar su primer larga duración titulado Regresa, bajo el sello Ribbon Music, tras una década de aprendizaje en la babélica Gran Manzana, bien dicen que todos los camino llevan a casa y esta nueva faena materializa la incertidumbre de regresar al nido y las vicisitudes que esta decisión implica.
It Is What It Is, Thundercat
It Is What It Is es el más reciente álbum de Stephen Lee Bruner, mejor conocido como Thundercat. Este bajista —y músico integral— procedente de Los Ángeles, nos entrega un material que se siente como el abrazo de esa amistad que con su mera presencia nos alegra el día. Al mismo tiempo que se presenta como una reflexión melancólica sobre las pérdidas y retos que implica llegar a la edad adulta.
Thundercat lleva casi una década trayéndonos el funk de la era de George Clinton, aderezado con tintes contemporáneos. Su exploración sonora nos presenta desde materiales de sonido alegre hasta canciones perfectas para acompañarnos en momentos de tristeza. La música de este artista perteneciente a la disquera Brainfeeder tiene un rostro triste que al mismo tiempo sonríe; sus canciones pueden hablar de desamor y mantener un tono juguetón simultáneamente. Esta cualidad emotiva de la música de Thundercat se manifiesta de manera intensa en su último material, el cual, según palabras del músico, es también una carta de despedida a su gran amigo Mac Miller, quien falleció el año 2018.
A lo largo de su carrera, Thundercat ha trabajado con artistas como Flying Lotus y Kendrick Lamar, lo cual nos revela la versatilidad que este músico posee. Su sonido funk en numerosas ocasiones coquetea con los remanentes del su otrora popular indie, además de referir recurrentemente a clásicos de los setenta y ochenta como los Isley Brothers, Bobby Caldwell o Zapp. Este sonido va aderezado con el icónico falsete que siempre utiliza en sus canciones a la hora de cantar, en el cual también podemos encontrar reminiscencias de artistas como los Stylistics, por ejemplo. Todos estos elementos, junto con el saxofón de Kamasi Washington, puestos en una licuadora dan como resultado el particular sonido de este material.
Tiempos Raros, El Shirota
El ruido nuestro de cada día, el escándalo de una urbe de hierro que no duerme, claxons, sirenas, protestas, ¡el panadero con el pan!, ¡colchones, lavadoras, estufas..!, ¡tamales, calientitos! Ruido, ruido, ruido. El ruido y la furia de estos tiempos ominosos, estrambóticos y sumamente raros.
Si pudiéramos musicalizar este veinte veinte o el fin de los tiempos de su preferencia, necesariamente (salvo que alguien opine lo contrario) sería con ritmos estrepitosos, volátiles e incendiarios, tal y como la bíblica trompeta del Apocalipsis. Una molotov sonora que implote, que dinamite nuestro sistema nervioso y colapse mentes y orejas al por mayor. Si estamos ante el patatús de la humanidad, al menos que sea con música chida.
El ecosistema sonoro de la periferia de la CDMX es vasto, rico en ritmos y propuestas. Lamentablemente, son pocos los proyectos que salen a flote o alcanzan un nivel de proyección alto, casi todos están condenados al ostracismo y, por ende, a la extinción. Afortunadamente, el nivel de supervivencia y adaptación de muchas de estas bandas es alto, resilientes y aferrados. Cóctel ganador.
Crecer en el Estado de México trae consigo un sinfín de inconvenientes, El Shirota (a.k.a. El Chirota, el Shishotas) lo saben muy bien, oriundos de Chiluca (Atizapunk de Zaragoza, Estado de México). Estos cuatro inadaptados musicales comenzaron su carrera y maestría en ruidos y desmadres allá por 2013 con el lanzamiento del EP Chiluca no es Satélite. Su benjamín sonoro es un uppercut directo y macizo, un puñetazo que revienta cerebros.
RTJ4, Run The Jewels
El dúo de rap Run The Jewels no solamente adelantó dos días el lanzamiento de su cuarta entrega de estudio RTJ4, sino que además de tenerlo disponible en todas las plataformas de streaming digital se puede descargar de forma gratuita o donando una cantidad voluntaria que va directamente al Mass Defense Program, de la organización estadounidense National Lawyers Guild. Esta asociación provee asistencia legal a los protestantes, activistas políticos y movimientos de cambio en un contexto socio-cultural dudoso aunque lleno de evolución y esperanza. Killer Mike y El-P, frontmen y mentes del proyecto declararon con el lanzamiento:
“A la mierda, ¿por qué esperar? El mundo está infestado de mentiras así que aquí va algo honesto para escuchar mientras lidias con todo esto. Esperamos que te traiga algo de alegría. Mantente seguro y esperanzado y gracias por darle a 2 amigos la oportunidad de ser escuchados y hacer lo que aman. Con gratitud y amor sincero”.
RTJ4 inaugura sus 40 minutos de long play con “yankee and the brave (ep.4)”, producida por el mismo El-P y coproducida por Little Shalimar y Wilder Zoby, fue el primer sencillo —de un doble sencillo— para esta anticipada secuela, desde el RTJ3 de 2016. Este primer corte se lanzó el 24 de marzo de este año, recién iniciado el “aislamiento social voluntario”. Poco después, se supo que sería la introducción al cuarto episodio de RTJ en el que, incluso antes del caso mediático masivo del asesinato de George Floyd, El-P y Killer Mike rapean directamente sobre la injusticia social y el sistema corrupto.
RTJ4 es un álbum que indudablemente mantiene viva la llama de la protesta, la inconformidad y la expresión explicita dentro del ritmo y la poesía. Está repleto de crítica social, conciencia propia y ajena. Tiene mensajes de fuerza, resistencia y esperanza que hacen de esta entrega un vestido o traje de gala fabricado a la medida para el 2020, que ha sido un año tan complicado y que ha llegado a despertar aires de reflexión, evolución y cambio dentro de todos nosotros. RTJ lo plasma en sus canciones, fungiendo como el soundtrack para esta era. Recomendamos prestar suma atención a la lírica mientras se vibra con las bases musicales del dúo hiphopero estadounidense, a lo largo de este manifiesto musical que conforma su cuarta entrega de estudio.
Mordechai, Khruangbin
Consolidar un proyecto musical nunca es fácil. Entre la gran demanda de sonidos y estilos, a veces los grupos no saben cuál es su virtud principal: si los instrumentos o las voces. Descubrir la fórmula para sentirse bien consigo mismos y con lo que logren crear, puede tomar años. Mark Speer (guitarra) y Donald Ray "DJ" Johnson Jr. (batería) se conocieron en 2004 cuando tocaban para una iglesia de Texas. Sabían que tenían el gusto por hacer y compartir música, sin embargo, nunca se atrevieron a hacer más allá de sus sesiones en misa. En 2007, Speer conoció a Laura Lee (bajo) a través de amigos en común. Además, compartían su gusto por la música de Afganistán y la arquitectura del Medio Oriente. Su amistad se reforzó en el momento en que Speer decidió enseñarle a tocar el bajo a Lee. Posteriormente, Laura y Speer formaron parte del proyecto de Yppah, quien tuvo la oportunidad de ser el telonero de Bonobo en su tour de 2010. Tal vez fue ahí fue donde estuvieron por primera vez en un escenario y vieron como cientos de personas disfrutaban de lo que ellos estaban tocando. Así es como se motivaron para formar una banda, pero les hacía falta un baterista, por lo que Speer contactó de nuevo a su viejo amigo Johnson para crear la agrupación en 2014.
¿Qué nombre debe llevar? ¿Qué estilo lo definirá? No era un trabajo sencillo lograr algo que pudiera dejarlos satisfechos, mucho menos al público. “¡Llamémonos Khruangbin!”, dijo Laura Lee cuando propuso el nombre de la banda. ¿Pero qué rayos significa eso? Simplemente es su palabra favorita en tailandés y significa “cosa voladora”. ¿Es un avión o un ave? Actualmente cuentan con 3,9 millones de escuchas mensuales en Spotify y “Pelota” es la canción que los podría catapultar a las listas de popularidad. Una cosa es cierta, si no existiera Shazam, esta banda sería la que buscaríamos por cielo, mar y tierra para saber quiénes son. La radio sería la primera opción que escucharíamos para descubrirlo.
GRAE, Moses Sumney
græ de Moses Sumney es el segundo álbum de estudio del californiano bajo el sello Jagjaguwar. Después del éxito que fue su debut Aromanticism (Jagjaguwar, 2017), ahora regresa con un trabajo que se lanzó en dos partes, la primera en febrero y la segunda en mayo. Moses Sumney nació en LA, pero a los 10 años se fue a vivir a Accra, capital de Ghana, pues sus padres son originarios de esta ciudad, en donde vivió otros 10 años para luego volver a California y clavarse en la escena musical. Su primer EP fue producido por Dave Sitek de TV on the Radio, y de ahí tomó vuelo para lo que siguió.
Su música es una mezcla entre R&B, hip-hop y sonidos experimentales, y en este trabajo doble nos lleva en una jornada desde su infancia hasta su edad adulta, un camino difícil hacia su libertad, tanto espiritual como creativa. Su voz, evocativa y cautivadora, con falsetes, diversos juegos y momentos de spoken word, nos invita a entender la vida como una desesperanzadora experiencia a momentos, pero también como un momento en el espacio-tiempo que nos deja ver la gran oportunidad que es el estar aquí, ahora. Todo esto a través de una exquisita y variada instrumentación, con ejecutantes que dan lo mejor de sí mismos a lo largo de 20 tracks que ofrecen desde lo mínimo hasta lo máximo. La propuesta sonora de Sumney es provocadora, desafiante, en una placa en la que el artista se abre y nos deja ver su corazón tal y como es; nos invita a ser parte de su historia y comparte con nosotros la paz que ha encontrado.
Deleter, Holy Fuck
Deleter es el quinto álbum de Holy Fuck, la banda electrónica originaria de Toronto, lanzado bajo el sello Last Gang Records. En este nuevo esfuerzo, el uso de polirritmia en percusiones y sintetizadores con muchos efectos tienen un papel preponderante. Elementos psicodélicos y bailables con momentos de trance, largos e hipnotizantes, se fusionan en esta original propuesta, un trabajo que es el mejor logrado en su carrera desde sus inicios con su disco homónimo Holy Fuck (Dependent, 2005).
Desde krautrock hasta deephouse, en Deleter podemos escuchar una mezcla perfecta entre la percusión como motor y una atmósfera sintética viciada que tanto gusta a los clubbers. A lo largo de 42 minutos, esta placa nace, se cimienta y se edifica, bloque a bloque, pieza por pieza. Todo está perfectamente planeado. Holy Fuck es una banda que se creó con la intención de producir música electrónica moderna sin usar las típicas técnicas como looping, splicing y programming de este género musical. Brian Borcherdt y Graham Walsh se encargan de los teclados y efectos, Matt Schulz está en la batería y Matt McQuaid en el bajo. El cuarteto apunta hacia un sonido único, con algo de presencia de krautrock y deep house, en una combinación muy afortunada que genera una esencia de baile energético. Deleter es un álbum con una instrumentación impecable.
Es difícil encontrarte con un trabajo musical que no tenga fallas o alguna crítica constructiva, pero existen. Pero con Deleter, los canadienses se acercan mucho a la imposible perfección. Electrónica con ansiedad y melancolía, con rock y propuesta experimental. Un disco con una variedad de estilos en la paleta de sonidos, con momentos oscuros y brutales también, pero con una propuesta clara y bien definida.