9 artistas LGBTQ+ que desafían el molde de la escena musical
Un sin fin de letras, ritmos y bailes que han moldeado la escena musical global han sido creados por artistas de la comunidad LGBT+. La música hecha por personas queer ha existido por mucho tiempo, pero es hasta ahora que la comunidad, después de años de lucha y protesta, ha logrado construir espacios más libres y seguros para crear expresiones musicales que vivan sin restricciones y puedan conectar con una audiencia más grande.
Por eso, decidimos crear una lista que visibilizara a nueve artistas emergentes que están reconfigurando la escena musical sin ninguna reserva en expresar quiénes son, que exploran y declaran su sexualidad o identidad de género sin ningún miedo o remordimiento y que retan y quiebran las estructuras de una industria sexista y heteronormativa.
Orville Peck
Un montón de flequillos colgando de un antifaz de cuero negro y un sombrero vaquero, son los accesorios indispensables para que Orville Peck salga a escena. Del antifaz no habla mucho, pues prefiere dejarle a la audiencia la responsabilidad de tratar explicar el motivo detrás de él, pero lo que nunca se esconde cuando Orville se hace presente es una voz grave y rasposa, con las inflexiones ideales para lograr una melodía auténtica country.
Las canciones de Peck tienen la lírica perfecta para un viaje largo de carretera. Normalmente su música es pausada y sus letras se incrustan sutilmente en temas sobre la identidad queer (algo poco común en el género). Esta apertura sobre su sexualidad y su misterioso disfraz increíblemente estilizado, han hecho que este vaquero canadiense se convierta en la nueva estrella enmascarada del country moderno.
MUNA
Katie Gavin, Josette Maskin y Naomi McPherson decidieron crear MUNA cuando estudiaban la universidad en California. Ahí desarrollaron su distintiva y cautivadora propuesta musical al fusionar letras en extremo crudas sobre salud mental, sexualidad, dolor y desamor con ritmos libres y divertidos de un electro-pop que evoca a los éxitos que hacían vibrar las bocinas a inicios del milenio.
Las integrantes de MUNA han utilizado sus voces para apoyar a la comunidad LGBT+ y han sido bastante críticas del encasillamiento y la exclusión mediática que han experimentado por ser “una banda de mujeres queer”.
Keiynan Lonsdale
Con canciones como “Kiss The Boy”, “Rainbow Dragon” y “Gay Street Fighter”, Keiynan es probablemente el más explícito de los artistas de esta selección al momento de tocar temas sobre su sexualidad en sus canciones; aunque su postura ha sido vivir “sin etiquetas”, después de que varios medios lo cuestionaran sobre su pansexualidad.
Kiynan pasó de una propuesta pop mucho más colorida a crear un material atrevido y maduro que se inclina hacia el R&B. Sus temas son claros y joviales, las letras ocurrentes y sus bailes afeminados y llenos de energía sin vergüenza alguna demuestran un claro compromiso con la libre expresión de su identidad.
La Bruja de Texcoco
Tocando su violín desde un vagón atiborrado en el Metro de la Ciudad de México hasta arriba del escenario del Vive Latino, La Bruja de Texcoco se ha consolidado como uno de los representantes más importantes de la escena queer nacional.
La manifestación máxima de su expresión artística y atrevida se hace tangible cuando Octavio Mendoza se para en el escenario usando huipiles, listones, moños y flores, y se enfrenta al micrófono con la cara dramáticamente maquillada y un bouquet de trenzas en la cabeza para convertirse en “La Bruja de Texcoco”, un personaje cuya historia ha quedado registrada en el cortometraje homónimo, recientemente nominado al Premio Ariel en la categoría de Mejor Cortometraje Documental.
Moses Summey
Este cantante norte y posee una flexibilidad asombrosa para transformar el R&B en jazz experimental o rock alternativo. Su proceso de creación musical resulta especialmente peculiar, ya que suele escribir canciones pop y luego reconstruirlas en piezas de géneros diferentes antes de publicarlas.
Su último material, Græ, tiene una sabor sombrío, pero resulta interesante percibir las libertades musicales con las que Moses construye su sonido inclasificable. Su voz privilegiada llena de soul siempre es la protagonista y los ritmos experimentales revolotean alrededor de ella sin esfuerzo.
Rina Sawayama
La artista y modelo británico-japonesa Rina Sawayama plasma en su música historias personales sobre el dolor familiar, los problemas con sus padres, la expresión de su sexualidad y el amor. Con canciones que oscilan de un género a otro, la talentosa voz de Sawayama la ha llevado a construir su carrera como una de las primeras mujeres asiático-europeas en la escena del pop anglosajón con un sello musical único y un montón de atuendos exquisitamente llamativos.
Rubby
Aunque su carrera musical apenas despega, este artista dominicano criado en la parte norte de Manhattan ha dominado perfectamente el arte del R&B con una fórmula de melodías suaves que se complementan deliciosamente con las asombrosas maromas que alcanza con su voz.
Rubby es un músico que le gusta experimentar con la fluidez en la representación masculina y femenina de su atuendos y ha optado por explorar una performatividad queer que se aleje del estereotipo gringo del “deber ser” de un hombre gay. Así, Rubby ha conseguido explorar expresiones artísticas que representan un entorno rural latinoamericano de personas homosexuales como los que él ha observado en la República Dominicana.
Zebra Katz
La lírica cruda y los ritmos punzantes de Ojay Morgan, mejor conocido como Zebra Katz, lo han arrojado a los espacios más importantes de la industria. Su single debut “Ima Read” lo llevó a colaborar con artistas como Azealia Banks y Gorillaz, convirtiéndolo en uno de los actos con más reflectores de la escena emergente del hip-hop.
El rapero ha sido bastante vocal sobre los problemas que las personas racializadas queer enfrentan en la industria musical, en especial, sobre la falta de reconocimiento a los artistas de la comunidad que han ayudado a moldear la escena. Ahora, a casi 8 años del lanzamiento de su último álbum, Zebra Katz regresa con un material filoso y retador, inspirado en la frase de James Baldwin “to be a negro in this country is to live in rage”, donde aborda los retos de crecer como un hombre gay y negro en Estados Unidos.
MRSHLL
Después de que sus amigos en Corea le dijeran que presentarse como un cantante abiertamente gay sería un “suicidio social”, MRSHLL decidió salir de Nueva York y enfrentar el reto de ser pionero en dejar de esconder su sexualidad ante la conservadora industria musical de Seúl.
Muchas de sus canciones brincan del inglés al coreano en sus versos, algo que se ha convertido en un must del k-pop para que el material pueda hacerse mucho más amigable para audiencias occidentales. Su material tiene una mezcolanza de hip-hop, soul, trap y R&B que se distingue fácilmente del k-pop comercial.
