Como decía mi mamá, Doña Marinita, "se acabó lo que se daba".Una edición más del festival de cine de Tesalónica se termina y lo que toca, aunque cueste trabajo, es tomar el camino de regreso. Un par de vuelos largos aprovechando el puente para llegar a primera hora a una nueva jornada de trabajo. Queda atrás una semana de cine donde ver 6 o 7 cintas en una jornada volvió a ser posible. Para esta última entrega, además de agradecer a todos los que me acompañaron en este viaje, les dejo dos películas más que interesantes: El último taxi a Darwin y Aspirantes. La primera australiana, la segunda brasileña, nos recuerdan que las historias más universales son las que nos cuentan los viajes más específicos y locales. Lo mismo si es sobre un adolescente que quiere ser futbolista profesional o sobre un taxista a quien le diagnostican una enfermedad terminal. Un par de muestras más de que este medio de expresión que se llama cine está más vivo y sano que nunca con lo cual es muy fácil sonreír. Eso y el extraordinario sabor de boca que queda al ver lo queridos que somos los mexicanos por acá y lo bien que les va a los proyectos de nuestros compatriotas -y a los de toda latinoamérica- por estas latitudes. Desde donde se junte otro grupo de guerreros incansables como Dimitri Eipides, Stella Stavrinodaki, Alexandra Kolia y demás implicados en esfuerzos como Tesalónica les sigo contando porqué disfruto tanto viendo buen cine a montones. Efjaristó polí Thessaloniki. El More