Por Luis Sokol Es difícil escuchar Yeezus por primera vez, es de esos discos que se deben oír repetidas ocasiones para agarrarle la onda. Así que nadie debe desesperarse, al darle más de una oportunidad el disco toma cierta coherencia, que a la primera oída es impensable.
Empieza con “On Sight”, una canción energética y caótica en la que Kanye básicamente explica que ya llegó y que vamos a escuchar su disco... ah, y que no le importa lo que nadie piense de él.
Este track fue producido con la colaboración de Daft Punk. Algo curioso de Yeezus es que a comparación con el disco pasado, My Beautiful Dark Twisted Fantasy, el álbum no está plagado de colaboraciones con grandes personalidades. Es un LP mucho más personal y pocos son los versos en que Kanye no rapea. Parece ser un disco de él para él.
La segunda canción es “Black Skinhead”, la cual sigue con el ritmo acelerado de la primera rola y tiene un poco más de flow en su verso. En una parte de la canción Kanye dice “I keep it 300, like the romans” haciendo una clara referencia a la película 300, sin embargo nos deja con la duda ¿Kanye sabe que los espartanos no eran de Roma?.
El álbum continúa con la que probablemente es la canción más llamativa por el título “I am a God”. Pero ningún religioso se debe molestar por esta afirmación que Kanye está haciendo. La idea la sacó del Salmo 82:6 “Vosotros sois dioses e hijos del Altísimo”, lo que quiere decir que no sólo sabe que él es un dios, también piensa que todos los demás lo somos (yeah right!). De todas formas, si estuviera afirmando que sólo él es un dios, no estaría sorprendiendo a nadie. Como George Harrison lo dijo en el episodio de Los Simpsons en el que Homero tiene a su grupo Los Borbotones: “Eso ya se ha visto”.
Los siguientes tracks son “New Slaves” y “Hold My Liquor”. El primero es una rap minimalista que deja esperando a que alguien diga “and the beat drops”, pero eso nunca sucede. Sin embargo, tiene un fuerte mensaje anti-corporaciones, diciéndonos a todos que somos los “nuevos esclavos” y ¿quién es el amo? El dinero, por supuesto. La segunda es una canción que al principio suena amigable, con la voz de Justin Vernon (de Bon Iver) haciendo la introducción con una voz distorsionada, entra depsués Chief Keef con una voz autotuneada (algo que sucede mucho en el disco, como si fuera de buen gusto), y finalmente escuchamos a Kanye con un poco más de agresividad de la que se podría esperar de la canción.
Las primeras cinco canciones del disco son las que se podrían llamar “de discurso”. Kanye dice lo que tiene que decir, (por ejemplo, que es un dios) y parece estar satisfecho ya que a partir de la sexta canción, “I’m in It”, empieza a hablar de relaciones y es así hasta la última rola. En el sexto track Kanye asegura que está dentro de It, o sea, una relación.
“Blood on the leaves” es una de las rolas más emotivas del disco. Es cantada sobre un sample de Nina Simone cantando la canción de Billy Holiday, “Strange Fruit”; en la que la “fruta extraña” son en realidad cuerpos de hombres afroamericanos colgados de árboles. Kanye no habla para nada sobre ese tema en esta canción, sin embargo el sentimiento de la voz de Simone se hace presente.
En “Guilt Trip” se responde la pregunta que nos deja la sexta canción y ¡por fin se escucha un poco de rap de la vieja escuela! un buen flow y rimas más complejas y mucho menos cacofónicas que en el resto del álbum. El Hook del principio es un sample de Pusha T que entre otras cosas dice “Gwaan” que en patois jamaiquino significa “sigue adelante”, por otro lado la canción termina con Kid Cudi (artista que a colaborado con Kanye en muchas ocasiones) cantando “Let me go, let me go”. Esto puede hacer entender que, tal vez, en una de esas y chance el rapero no está contento.
“Send it Up” tiene dos mensajes principales: uno que a Kanye West le gusta mucho tener sexo y el segundo (un poco más profundo) que las memorias o los recuerdos no tienen vida, la gente sí. Así que hay que salir y vivir la vida (que es ahora) y no revivir el pasado porque como dice Beenie Man: “Your loss!”.
La última canción de la sexta producción del rapero se titula “Bound 2”. Es perfecta para cerrar un álbum tan caótico y aparentemente descompuesto como éste. De nuevo la rola contiene rimas cacofónicas, sin embargo, el disco se va a terminar y al menos se escucha algo más tranquilo y coherente.
Mucha gente está llamando a Yeezus como la obra maestra de Kanye West. No está mal experimentar (que es lo que el rapero está haciendo) pero si se le aplaude, o más bien, alaba (muchas revistas de música no lo bajan de genio) antes de tiempo, sin una buena crítica constructiva simplemente estamos aceptando todo lo que los medios nos echen a la cara. ¿Será realmente la obra maestra de este hombre? Ya el tiempo nos lo dirá. Por ahora si no pueden disfrutar, al menos traten de entender, al menos que piensen que es un disco caprichoso y que las inmortales palabras de Flavor Flav aplican hoy más que nunca “Do not, under any circumstances, believe the hype”, estoy parafraseando.
http://youtu.be/MqiugSHj4R0