Water Walks: música con un patito de hule
El FIAC 2018 trajo consigo una curaduría de expresiones artísticas que discurrían alrededor del tema del agua. Bajo el lema de Día Cero, se hacía patente la inminente escasez del líquido vital. Entre ellas, la ejecución de piezas de John Cage por parte de Katelyn King, se convirtió en una propuesta que combinó preceptos artísticos, reflexión de políticas públicas sobre el agua y la forma en que miramos al medio ambiente.
La pieza estelar de la presentación fue Water Walks de John Cage. La artista estadounidense hizo una reproducción en la medida de lo posible de la pieza original de Cage que fue presentada en 1960 en el programa de televisión I've Got a Secret. La pieza era en todo sentido revolucionaria, el compositor estadounidense se para en un set de televisión donde esta preparado un escenario con distintos objetos cotidianos que tiene que ver con el agua, desde una bañera, un florero, un vaso con whisky, etc.
Cage, comienza la ejecución de su pieza, que ante el auditorio del show televisivo causa risas y extrañeza, pensando que lo que se está realizando está más cercano a una propuesta de comedia que artística. Las risas se escuchan cuando Cage hace sonar el patito de hule, cuando hace sonidos con su boca… Lo que está aconteciendo ante sus ojos es una ejecución compositiva musical que tiene otros ejes rectores a los que usualmente estamos acostumbrados, a eso se le llamó Música Nueva.
Consistía en el caso de Cage, en hacer creaciones sonoras que emplearán los sonidos de objetos cotidianos cuando éstos son usados por los humanos, haciendo una activación de ellos. Además, el hecho de que haya sido presentado por tv. nos habla de una propuesta distinta del compositor sobre las piezas artísticas, donde se deja a un lado la solemnidad de la contemplación en el teatro, el escenario por la masificación de una ejecución musical a través de la televisión que era, en ese entonces el gran elemento de comunicación masiva.
La gente se reía de Cage, habrá tal vez algún espectador de la televisión que vió una propuesta que pretendía corromper el modo de composición musical y algún despistado que simplemente no entendió nada y tampoco le causó risa el hombre delgado que con cronometro estaba ejecutando su pieza.
Katelyn King, oriunda de Atlanta, se dedicó en la Universidad al estudio del compositor estadounidense. Desde ahí descubrió la disciplina y sensibilidad que hay que tener para que a partir de los sonidos cotidianos conformar una composición. La joven artista estadounidense ejecutó la pieza de Water Walks, en León Guanajuato durante el FIAC 2018, ya no estaba dentro de un show televisivo, sino que de cierta manera estaba frente a un reducido número de espectadores que ya estaban predeterminados a que lo que se presentaría sería artístico y por tanto, volvió la solemnidad a la que nos acostumbran cuando hay algo que tiene que ver con arte. No hubo risa alguna, lo que nos indica que ya están internalizadas dichas representaciones como arte o el escenario se emula como un espacio de reverencia y respeto obligado.
A diferencia de la representación en 1960 de la pieza, en su ejecución en el escenario del Teatro María Grever, King ahonda por medio de audios implementados a la obra original acerca de nuestra relación con el agua, y sobre todo en las formas diferenciadas de la exportación del agua. En el sentido de que tanto el cultivo como la producción de alimentos son una manera de exportación del agua de un país a otro. Se escucha como un gran postulado: “Puedo beber sin comer, pero no puedo comer sin beber”, esto nos habla de la manera en que entre regiones se explotan los recursos a partir de la exportación de alimentos.
Además de crear una representación de distintas formas en las que el agua se inserta en los sonidos de nuestra vida cotidiana y como la utilizamos para múltiples aspectos, no sólo para beberla. Desde limpiar nuestra cara y cuerpo hasta cuestiones recreativas.
La lógica de estas representaciones no es la contar una historia o crear una narración lineal con un desenlace definido, sino crear una atmósfera que provoqué en el espectador sobre todo una experiencia que lo haga preguntarse. Por ejemplo, en la presentación de King, de fondo se escuchaban audios de noticieros nacionales que hablaban de incendios forestales, el desabasto de agua y la pobreza.
El programa de la presentación incluyó otras obras del compositor Cage, entre ellas hubo una ejecución que a través de un xilófono que fue alternando con sonidos de las estaciones de radio locales, por lo que de manera curiosa canciones de banda, anuncios de Radio Disney y de detergentes se combinaron con los sonidos del instrumento musical. Lo que definitivamente otorgó una presentación única, y sí, muy extraña para lo que solemos percibir. Esto es parte de las posibilidades de las composiciones de Cage que tomaba al azar como elemento articulador de sus piezas, es decir, la asimilación de sonidos de radio habla de una inclusión de la tecnología y de una representación que iba a cambiar dependiendo el lugar y tiempo histórico. Habría que preguntarnos cómo se ejecutará dicha pieza cuando tal vez el radio ya no exista…
Como última pieza, King ejecutó To Earth, también de Cage. Como percusionista, la músico tocó a partir de jarrones de cerámica que tenían distintas sonoridades mientras enunciaba distintas oraciones respecto a la Naturaleza. Por ejemplo, hacer presente que la felicidad tiene como única posibilidad este lugar, la Tierra.
Entre los aires y soles de las calles de León, Ibero 90.9 pudo tener un encuentro con la artista estadounidense y charlar acerca del programa que iba a presentar en el FIAC 2018.
90.9: La pieza de Water Walks, fue presentada por primera vez en TV, las personas incluso se ríen ante lo que ven. Cuando tú tomas y estudias la pieza, presentándola en un teatro. Las personas toman esta postura de solemnidad. ¿Cómo valoras este cambio?
KK: Es muy interesante. Yo intento estar muy seria, neutral en el escenario. Pero no tiene que ser serio. Creo que las personas pensaron que era una broma porque ellos nunca habían visto algo así, como un performance. Ahora, estamos expuestos al arte abstracto y tratamos de ser serios, a querer sacar una interpretación. Yo, ¿Cómo lo tomo? Espero que la gente ría si quiere reír…
90.9: ¿Cómo es el proceso de encontrar los sonidos de los objetos cotidianos para integrarlos a una musicalidad?
K.K.: Lo disfrutas y realmente escuchas cada sonido. En la preparación realmente piensas en el objeto y el sonido que hace, tu lo haces funcionar. Por ejemplo, la lata de un refresco, no puedes abrirla porque tienes que aprovechar el sonido que hará al hacerlo, así que tu lo haces funcionar, decides cuando. Aprecias el sonido de cada uno (objeto) y los pones en conjunto, estar abierto. Estás explorando cada objeto.
90.9: Cage representa la ruptura del arte. Postulan que lo que importa es la experiencia, también cambian la manera en que se percibe a un artista. ¿Tú cómo tomas esto, contigo como ejecutante en el escenario?
K.K.: Creo que es una crítica sobre las cosas que hacemos y producimos como humanos. La materialidad que usamos, como el plástico. Cage, encuentra los sonidos de los objetos que usamos y los combina de diferente forma. Esto es, una reflexión acerca de nosotros, cómo componemos se convierte en una reflexión de qué hacemos como sociedad. Que usamos para qué y cómo lo usamos, ¿Si realmente los necesitamos?
90.9: Tienes piezas con agua y elementos naturales, como plantas. Esto, ¿Ha hecho que cambie tu relación con los elementos naturales?, ¿Dejarlos de ver como recursos utilizables y abordar otras formas?
K.K.: Sí, mucho. Y también me ha hecho ver estos elementos que no necesito comprar, como el agua en botellas. Tengo que repensar estos elementos conmigo misma. Algunos objetos que tenemos debemos preguntarnos para qué los queremos y qué propósito tienen.
No me gusta usar algunos elementos por motivos ambientales. Por ejemplo, el patito de hule, el único propósito es tenerlo ahí, ponerlo en la pieza cambia la interacción con él. Todo tiene una segunda utilidad. Eso es en lo que me quiero enfocar dentro del arte.
Katelyn tiene una sonrisa brillante y enorme. Se contrapone con su intención de neutralidad en el escenario que se traduce en una seriedad severa. Su presentación nos pone todavía en peligro, y en una obligada reflexión sobre como nos relacionamos con las manifestaciones artísticas, el auditorio estaba casi vacío y al finalizar, se escuchaban los comentarios de desconcierto, aún esperamos ver en el escenario piezas que nos conduzcan a un fin determinado a través de instrumentos musicales.
La pieza estuvo bien ejecutada, la artista no pretendió ser neutral y reflexionó sobre la realidad del país donde la estaba representando, y nos lo dijo, yo no quiero dar un final único sino crear una atmósfera, pero aún así persistía la actitud de buscar en la obra una contemplación complaciente que nos diera un cómodo resultado.
Y aunque no hubo risas, definitivamente confusión. Esto nos lleva a preguntarnos cómo deben vincularse las manifestaciones artísticas con sus espectadores.
¿Basta con la ejecución?, ¿O debe haber una articulación distinta?...
Pensar que las posibilidades de dichas presentaciones son a través de festivales y que éstos son articulados por agentes de gobierno, es decir, con dinero público, nos llama a la búsqueda de estrategias en las que, las manifestaciones artísticas logren una sinergia con la comunidad que los está albergando (y financiando).