Calle 13 - Por Lorenza Dávila (@lahijadetonana)
“A más experiencias, mejor música”; año con año, Calle 13 le da más y más sentido a esta expresión. El trío de medios hermanos René Pérez, alias “El residente”, Eduardo Cabra, alias “El visitante” y la voz femenina del grupo, Liliana Cabra, alias “PG-13”, importados directamente desde Puerto Rico, se adueñaron de la noche y le arrebataron el silencio mediante lo que simulaba ser un mar de coros que sin miedo a equivocarse, rezaban canción tras canción.
Una hora de euforia, un vocalista sin playera, un brindis envuelto en melodías “por lo que fue y por lo que pudo ser, por lo que hay, por lo que puede faltar; por lo que venga y por este instante, ¡a brindar por el aguante!” y un vaso rojo para un público identificado, hicieron del concierto de Calle 13 un viaje de sabores, colores y emociones encontradas para más de uno.
Con un apoyo incondicional a Puerto Rico, un canto en boca de miles hacia al vocalista y una fotografía de las luces que emanaba el público como regalo al grupo, el vocalista lloró un mar de felicidad y agradecimiento a la respuesta de México, otro más de todos los países de Latinoamérica que se identifican con lo que es el proyecto entero que Calle 13 ha detonado en los pasados 9 años.
“Mezclo lo que veo con lo melódico. Yo estoy aquí para contarte lo que no cuentan los periódicos”. René ha sido, es y seguirá siendo un reflejo de las frustraciones sociopolíticas del sur del continente Americano. A través del verso sin esfuerzo nos da su punto de vista sobre lo que vemos y no vemos de nosotros mismos.
Al final del día, el sentimiento y las emociones, en conjunto con la habilidad musical de cada uno de los integrantes del grupo, han instaurado un camino en el mundo del arte que poco a poco los ha llevado a convertirse en un grupo único, con una lírica inmejorable, una propuesta elegante y elaborada y se ha encargado de nombrarlos dueños y acreditadores de las cuerdas vocales de millones y millones de hispanohablantes.
Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra - Por Lorenza Dávila (@lahijadetonana)
Con una mezcla de instrumentos que iban desde la balalaika, la tuba y el acordeón, hasta un resonante saxofón y una constante trompeta, Emir Kusturica and the No Smoking Orchestra se adueñaron del escenario Indio a pocas horas del atardecer.
En una semi-psicodélica mezcla de culturas entre música balcánica –ejecutada por músicos serbocroatas–, y un vocalista que ha debutado en el mundo del cine con bastantes reconocimientos, se filtró una maravillosa ola de bailes rítmicos y arrítmicos con los que Kusturica nos demostró que un buen concierto no necesita de luces, efectos especiales o visuales, sino de muy buena vibra y la unión entre la ajena antigua Yugoslavia y un México con sed de renovación musical.
En un juego de peculiaridades continuas, la canción de la Pantera Rosa fue la intermisión entre canciones y un hombre vestido de padre se encargó de agregarle un toque gregoriano al concierto, además de una maravillosa interacción con el público. Emir Kusturica and the No Smoking Orchestra es un extraño y disfrutable danzón balcánico digno de recordar.
Los Tigres del Norte - Por Lorenza Dávila (@lahijadetonana)
Los músicos de antaño han movido al país desde 1968, dedicándose a plasmar las realidades del nacionales en variaciones que van desde el romanticismo característico de México, hasta su especialidad musical, denominada narcocorridos. Los Tigres del Norte son exactamente el México que todos conocemos o creemos conocer, con notas musicales de por medio.
El pasado sábado 29 de marzo, y a una hora de la medianoche, una oleada de sombreros de todo tipo, chalecos, algunas minifaldas y hasta botas vaqueras, hicieron de su presentación en el Vive Latino todo un desfile.
Durante una hora, se llevó a cabo un juego de luces de colores neón, una procesión de acordeones y un concierto que más que estar conformado por un quinteto norteño parecía estar constituido por miles de mexicanos que dominaron de principio a fin la discografía entera. El grupo se vio envuelto en un sentimiento nacionalista que salió rebosante para encargarse de que, poco a poco, se formaran parejas, que al ritmo de la música bailaban o intentaban bailar aquello que, supuestamente, cada mexicano debería de dominar.
En una fiesta perpetua pero con marcadas oscilaciones, Los Tigres del Norte se encargaron de mantener en un sube y baja emocional a un público ya ganado. Entre el baile para los enamorados de “Volar juntos al cielo azul”, y el vibrar del suelo una vez que las primeras notas de “La manzana” se hicieran notar, mantuvieron despiertos hasta el último minuto del festival a mujeres, hombres, niños y ancianos que sin importar su edad, estado físico o vestimenta, parecían desarrollar un culto de ovación sólo con mirar al escenario.
A pesar de llevar casi 50 años sobre el escenario, Los Tigres del Norte siguen demostrando que desde sus inicios supieron cómo conectar con el alma de su público, con los sentimientos más profundos de una población y con el gusto general tanto musical como lírico del ser humano. Podrán seguir pasando los años, pero su música, no lo hará.
I can chase dragons! - Por Renée Bucay (@reneebucay)
El grupo se presentó el sábado 29 de marzo para abrir el escenario Unión Indio. A pesar de que la hora no era favorable para un público amplio, lograron juntar un grupo grande de personas que, a partir de la primera canción que presentaron, “Escoge Tu Animal”, movían diversas partes de su cuerpo al ritmo de la música hasta el último momento.
Durante su presentación tuvieron pequeños problemas técnicos con la batería, a pesar de ello no pararon de tocar y lograron mantener la energía que nació desde el principio tanto en el público, como en los mismos integrantes de la banda.
Motorama - Por Renée Bucay (@reneebucay)
Prendieron el escenario con su música a pesar de las fallas de sonido que tuvieron al principio, las cuales retrasaron su presentación. El caliente sonido proveniente de Rusia, en donde domina el beat de la batería por Roman Belenkiy, dio paso a una reacción emocionante del público. Mientras tanto, Irene Parsina sacudida sus greñas güeras al mismo tiempo que rasgaba el bajo a toda potencia.
El hecho de que hayan permitido el acceso gratuito del público a sus canciones tal vez fue la razón de tantos aplausos y saltos que cimbraban el piso. El fuego que se prendió en ese instante sobre el escenario fue el principal motivo por el que la gente no dejaba de bailar, y no es exageración decir que hasta la señorita que se paseaba vendiendo cervezas, se puso a bailar con el público por un momento.
El acto finalizó con la unión de gritos; el cantante Vladislav Parshin y todo el público frente a él, elevaron juntos la voz para crear un emocionante y ruidoso final.
Torreblanca - Por Renée Bucay (@reneebucay)
Cuando cayó la noche Torreblanca se presentó en la carpa Rockampeonato, siendo el último grupo del día que prendió el lugar y movió los cuerpos de los espectadores.
Apenas subieron al escenario se escuchó “Roma”, probablemente una de sus canciones más conocidas por el hecho de aparecer en los anuncios de Telcel. Dentro de la carpa completamente llena, no había una sola persona que no bailara al ritmo de la música, y sobre ello se escuchó el grito de Juan Manuel, deseando un feliz cumpleaños al Vive Latino. Presentaron principalmente su nuevo disco titulado 1000 Fantasmas, pero también interpretaron algunas otras canciones.
Como invitada especial los acompañó Ceci Bastida y juntos sorprendieron al público con “Pobre de Ti” de Tijuana No!, canción que se ha convertido en un himno del festival Vive Latino. De la misma manera, la gente no paraba de bailar y cantar a toda potencia. En seguida tocaron “Defensa”, y en una pequeña pausa a la mitad de la canción, los espectadores aprovecharon por gritar juntos “Olé, olé, olé, olé, Torreblanca” una y otra vez hasta que los acordes volvieron a sonar en los amplificadores. Más tarde, subieron al escenario Los acardenchados que entonaron dos canciones de la agrupación junto con Juan Manuel con un arreglo accapella, los instrumentos principales fueron sus voces, sin embargo se acompañó con un acordeón, con el que hicieron un tributo a José José y su canción “¿Y Qué?”.
El ambiente del acto se complementaba con un fondo de palmeras detrás del escenario, y varios globos de luz que acompañaban a la banda. Presentaron canciones que nunca habían tocado en vivo, se creó emoción en el ambiente desde el principio que conmovió a la banda, y cuando se pensó que ya todo había acabado, regresaron para cautivar con “Parece Navidad”.