Los celos desatan pasiones oscuras en los seres humanos. Son pulsiones tan potentes, que son capaces de manipular la supuesta realidad que experimentamos y ocasionar reacciones que, en otras circunstancias, nos creeríamos incapaces de hacer.
“Arenas movedizas” es precisamente un tema de celos. Un tema negro. En tinieblas. Crea una atmósfera que se siente lúgubre y el video tenía que exaltar esta cualidad. La cursilería queda de lado. Este es un lado de La Bien Querida que no habíamos explorado. El resultado, —gracias a los directores Iker Insausti y Jeffrey Frígula—, es un homenaje claro al cine de misterio, quizá de horror. A ese cine que crea una sensación de extrañeza, de perturbación, como si te hundieras en arenas movedizas.