The Nowhere Inn: el falso documental de St. Vincent llega a México
La artista conocida como St. Vincent, Annie Clark, decidió aventurarse en el complejo terreno de la producción cinematográfica, para lo cual escribió un guión, produjo y actuó en su propia película: The Nowhere Inn, que tuvo su premiere mundial en el Festival Sundance de 2020 y su premiere en México como parte de la celebración de aniversario de Ibero 90.9. La ópera prima de la compositora norteamericana es un falso documental, aunque, entre el desconcierto visual y las imprecisiones biográficas, termina revelándonos muchas verdades sobre ella.
Antes de entrar en materia, conviene plantearse algunas preguntas: ¿Un documental está estrictamente apegado a la realidad ? ¿Qué tan difícil es el proceso creativo de una película? ¿Puede una pieza audiovisual formar parte del repertorio de una artista musical?
La premisa es sencilla: Annie Clark contrata a su amiga Carrie Brownstein para que dirija un documental sobre su carrera. No obstante, el proceso se complica y se envicia al momento del rodaje, al grado que termina convirtiéndose materialmente en una pesadilla, con delirantes tonos surrealistas que pudieran remitirnos a la filmografía de Buñuel, o trampas psicológicas oscuras como la que nos presentó Jordan Peele en Get Out.
A medida que avanza el falso documental que se desarrolla dentro de la trama, la producción y las relaciones personales se complican. Al finalizar la película, la sensación es de desconcierto: nada es lo que parece; el mundo parece no tener sentido; las situaciones aparentemente evidentes chocan y se contradicen, mientras que la personalidad de St. Vincent se muestra ambigua y conflictiva. ¿Será que entre escenas destinadas a entretener hay algo de verdad que se asoma? ¿Qué tan terrible debe ser la vida real de un artista, para que llegue a crearse un alter ego sobre el escenario y oculte los detalles de su vida personal? Y sin embargo, en el falso documental Zelig, por ejemplo, Woody Allen nos muestra más sobre su verdadera personalidad que en el documental Wild Man Blues.
Este largometraje podría considerarse un video musical de 90 minutos, en un acto similar a lo que comenzaron los Beatles con su falso documental A Hard Day's Night, entre otros antecedentes memorables, como Ziggy Stardust and the Spiders from Mars de David Bowie en 1979 o Pink Floyd The Wall en 1982, con los diferenciadores de haber sido escrito por una mujer, estadounidense, en el siglo XXI. Lo anterior es prueba de que los productos audiovisuales pueden ser un gran complemento en la obra de artistas que desean expandir su visión sobre el mundo.
Al terminar, resulta claro que el proceso de producción es una experiencia terrorífica, en la que los resultados difieren de los objetivos y las expectativas, además de exponer a St. Vincent para convertirla en blanco de incomprensiones y ataques de falsos críticos. Entonces… ¿para qué meterse en ese callejón sin salida? La respuesta nos la da el personaje de Carrie: un artista puede no sentirse a gusto incomodando y cayendo mal, aunque filosóficamente, esa debe ser su labor. Al final, queda el producto terminado para deleite de los fanáticos de Annie Clark, como una obra representativa de su tiempo.
La película ya está en cines en México gracias a Mantrícora Distribuciones, así que no te la pierdas.
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