La magia visual y sonora a cargo de Tame Impala
Tame Impala, banda originaria de Australia, liderada por Kevin Parker fue uno de los headliners encargados de devolver el autoestima, gozadera y una dosis de psicodelia a los cientos de fans dentro del recinto. La noche estaba en su apogeo y, en punto de las 10 de la noche, el escenario principal encendió un monitor con una persona dando la bienvenida al show más esperado del año de Tame Impala.
Kevin comenzó un espectáculo increíble, combinando visuales, letras y música que simplemente desataron la euforia del público con un mar de coros al momento del primer acorde, “Lost In Yesterday”, canción de su último álbum de estudio. Encendió el show apenas comenzado, era una emoción que ya sea ver a las pantallas del escenario, o directo a Tame Impala, encuentras una combinación perfecta que equilibraba lo que la audiencia pedía, psicodelia armónica.
“Elephant”, la rola más esperada del público, rompió paradigmas. Fue espectacular ver bajar una rula que lanzaba luces, humo y confeti, mientras Kevin solo observa que México es uno de los países más entregados de su fan base.
Fotos: Tony Palmer
Desde rolas del The Slow Ruhs, Currents, Lonerism e Innerspeaker fueron interpretadas de manera increíble, algo sutil sin llegar a la exageración. “Let It Happen” fue uno de los momentos más increíbles del show, casi 10 minutos de un viaje a un lugar de la galaxia que no conocemos, parte de la capacidad que muestra Parker para llevarnos a todos lados estando estos en un solo lugar.
Llegó casi el final del show, y así como parte de la CDMX se entregó a Tame Impala, Kevin hizo una pausa para atender a sus fans que por emoción desmayaron de no poder creer la locura que se vivía en ese entonces. Luego de eso “It Might Be Time” puso a saltar, gritar, corear y de más adjetivos calificativos a la audiencia que muy feliz esperaba el cierre del show.
Se apagó el escenario, pero hubo tiempo de una canción más, “The Less I Know The Better”, una de las canciones más famosas dentro del repertorio de Tame Impala deslumbró. Solo fue necesario cantar y ver los visuales para que el hambre que pedía el cuerpo de las y los escuchas quedara lista para que cada uno de ellos se fuera con una sonrisa marcada para el resto de la su vida.
Tame Impala en el Corona Capital fue un show que nos llevó a un viaje por galaxias nunca antes vistas.