Fotos por Cecilia Villaverde

Los fieles estaban ya listos, sentados e impacientes. Sólo esperaban que las sombras que se reflejaban en el escenario, salieran de entre las tinieblas para dar su homilía sinfónica, en una calurosa noche primaveral en el Centro Histórico.

Pocos minutos después de las 9 de la noche, las luces se apagaron, provocando un estallido de palmas y aullidos. Pero sólo una música espacial salió de las bocinas para apaciguar a los presentes. No pasaba todavía nada, y sólo se escuchaba la atinada ambientación musical, que parecía salida del clímax de cualquier película sci-fi, o de la fila eterna del Space Mountain.

De pronto se movieron las siluetas, y el grupo llamado Spiritualized, con J Spaceman/Jason Pierce a la cabeza, invocó a los cuerpos a que se levantaran de sus asientos. Era una ovación estremecedora que hizo que Pierce levantara sus brazos en señal heroica.

La sinfonía comenzó con "Here It Comes", pieza que sirvió de introducción a una de las canciones más conocidas- y más nuevas- de la banda: "Hey Jane". Fue abrumador lo que sucedió con la canción: en el interludio de la misma, en el que los integrantes de la agrupación convertían el ruido y el caos en belleza y el más puro estado de orden, la audiencia comenzó a pararse, uno a uno de sus asientos; moviendo cabeza, cuerpo y manos en un trance- valga el cliché- espiritual.

Piel de gallina y luego electricidad. "Electricity" empezó a sonar, bajo un visual de simetría e hipnotismo. El hechizo estaba echado y Spiritualized nos tenía con la boca abierta y con el corazón latiendo al ritmo de su guitarreo, ezquizofrenia y un noise excepcional mezclado con la armonía del space rock y el gospel proporcionado por dos coristas afroamericanas.

Lo que siguió fue la pura experiencia. Pierce nunca intercambió palabra con el público, y no hacía falta, la música hablaba por él. Después de algunas canciones, y cuando venía de nuevo la melodía espacial, algunos entre el público se levantaban a aplaudir con una furia sacada del éxtasis y la contemplación de algo increíble que estaba sucediendo ante sus ojos.

"Soul On Fire", "I Think I'm In Love" y finalmente "Walking With Jesus". Spiritualized repartía sus esfuerzos entre la mayoría de sus álbumes de estudio, en un perfecto equilibrio- que Pierce ha sabido entender y canalizar- entre la armonía extática y el caos instrumental del ruido y la desesperación. Al fin y al cabo él es un hombre que siempre ha estado en la línea entre la vida y la muerte, entre sus demonios y sus ángeles. Y que ha sabido jugar las cartas con su desesperanza.

Dos horas después y con el cerebro derretido y los oídos punzantes, miles de fieles abandonaron el recinto. Se sentía como si hubieran sido exorcizados por la misma mano del demonio. Sí, eso puede hacer la música.