Silenciando al enemigo: Casos de envenenamiento en Rusia
Alexei Navalny es uno de los opositores más prominentes de Putin, ganando fama por sus denuncias sobre la corrupción en las compañías estatales rusas. Desde entonces, Navalny ha sido víctima de una larga serie de intentos por silenciarlo. En agosto del 2019, fue intoxicado tras sufrir una reacción alérgica en la cárcel. Había sido detenido por convocar protestas no autorizadas.
No es la primera vez que un enemigo del Estado ruso resulta ser envenenado. En el 2006, el ex oficial de la KGB y desertor, Alexander Litvikenko, murió en suelo británico 22 días después de ingerir un té que contenía polonio radiactivo. Una fuente de inteligencia informó a la BBC que fue asesinado bajo las órdenes del Estado ruso por realizar acusaciones directas contra el presidente y su exjefe en la inteligencia rusa, Vladimir Putin.
Doce años más tarde, el exespía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia sobrevivieron un ataque, posiblemente intencionado, con un agente nervioso conocido como novichok, un grupo de agentes nerviosos desarrollados originalmente por la Unión Soviética en un laboratorio en Uzbekistán antes de que la URSS se desintegrara en 1991. Fueron diseñados para ser más tóxicos que otras armas químicas, por lo que algunas versiones de estos agentes nerviosos pueden provocar efectos fatales en 30 segundos o hasta en dos minutos. Estos agentes actúan bloqueando la interacción entre nervios y músculos para provocar el colapso de muchas funciones corporales. Se pueden utilizar tanto en forma líquida como sólida. En pocas palabras, es un arma de uso militar. El Kremlin, sin embargo, negó cualquier relación con ambos casos.
El pasado 20 de agosto, Navalny fue hospitalizado en la ciudad siberiana de Omsk, después de tener que aterrizar de emergencia. Dos días después, Navalny fue trasladado en coma y en un avión medicalizado a Berlín, ya que según su familia, corría peligro dentro de su país. La ONG Cinema for Peace organizó el traslado después de que la canciller alemana, Angela Merkel, ofreciera su país para continuar el tratamiento y esclarecer las causas de su colapso. Se le realizaron pruebas de toxicología en un laboratorio militar alemán, las cuales mostraron rastros de novichok.
Ante las "pruebas inequívocas", la canciller del gobierno germano comunicó este miércoles 2 de septiembre, que se trató de un ataque por envenenamiento. El equipo político de Navalny señaló que lo sucedido con el líder opositor fue producto de una orden de Putin.
El gobierno alemán condenó el ataque y le pidió a Rusia que diera explicaciones. Merkel, convocó una reunión con sus ministros para discutir los próximos pasos que seguirá su gobierno. Además, se indicó que Alemania compartiría sus hallazgos sobre el caso con la Unión Europea (UE) y la OTAN.
La reacción del Kremlin fue negacionista. Su portavoz, Dimitry Peskov, declaró que Moscú no estaba al tanto del hallazgo. Recalcó que antes de que Navalny fuera llevado a Berlín, se llevó a cabo un minucioso proceso de análisis en Rusia y no se identificaron sustancias tóxicas. La vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores en Rusia, Maria Zakharova, afirmó que las acusaciones del presunto uso de novichok no estaban respaldadas por pruebas.
En cuanto a la respuesta internacional, Reino Unido trabajará en colaboración con Alemania y otros aliados para exigir respuestas a Rusia y demostrar que el uso de armas químicas prohibidas tiene consecuencias. Por otro lado, la respuesta del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha recibido bastantes críticas, ya que se niega a condenar el ataque o pedir cuentas a Putin.
Cabe mencionar, que el uso de armas químicas es una violación al Derecho Internacional. El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) prohíbe explícitamente su uso y cree firmemente que los responsables deben rendir cuentas, según un comunicado difundido por la ONU. Las acciones que los gobiernos tomaran ante este último uso de un agente nervioso contra una figura política pública estará influenciada en parte por los hallazgos que realice la Organización para la Prevención de Armas Químicas, encargada de la aplicación de la Convención Internacional sobre Armas Químicas (Gardner 2020), a la cual Rusia está suscrita.
En cuanto a Navalny ,actualmente se encuentra en una unidad de cuidados intensivos y su estado de salud es grave pero "no existe peligro" de muerte, indicaron los médicos a su cuidado en el hospital Charité de Berlín.