Residente, en vivo desde Punchline City
Fotos: Fabiola Cebrero
En la comedia, un punchline es la estructura final de un chiste, el lugar del fraseo donde todo recae y a menudo decide si los últimos segundos han valido la pena. En el rap también es el punto detonador, un remate metafórico que concluye con una idea. En el caso de Residente, sus punchlines al igual provocan risas, calambres o introspección.
A continuación, Residente en vivo desde Punchline City:
Uno de los actos más esperados del Vive Latino 2022, fue su presencia en la tarima del escenario principal, puntual, la gorra con la “R” apareció lentamente entre la oscuridad con el solitario silbido del Bzrp, que nos hizo recordar que todo esto era solo “para divertirse”. Dado esto por entendido, el público del festival se entregó a una explosión de rimas, orgullo y folclor que el boricua regaló a nuestra ciudad.
Su contundente postura ante la “industria de la fama”, fue la encargada de rociar de gasolina la fiesta que más tarde encendió con “Flow HP”, su caliente track en colaboración con Don Omar, reconocido exponente de la vieja guardia del reggaetón, género ya coronado en el mainstream del cual el Vive Latino no es ajeno.
A esta celebración de la música latinoamericana, a través del rap, se le sumó “Atréve-te-te” que junto a la “cumbia de los aburridos” y “el baile de los pobres” construyeron quizá el momento más festivo de la noche.
En este mismo bloque, en el que destacaron las percusiones de la banda lideradas por Thomas Pridgen, ex baterista de The Mars Volta, Residente nos recordó la guerra y la “falta de unidad” en la humanidad por lo que invitó al público a unirse. Entrelazados por la música, miles de personas desconocidas se abrazaron las unas a las otras en el Foro Sol, ubicado en la zona oriente de la Ciudad de México, la capital de uno de los países más violentos del mundo.
La utópica idea de “darle la vuelta al mundo” llenó de melancolía el escenario, que a diferencia de lo que ofrece en la versión de estudio, en el Vive Latino contó con los arreglos bluseros de los guitarristas de la banda. Después de un discurso de fuerza y resiliencia continental, “Latinoamérica” sonó mientras un hombre en silla de ruedas, espontáneamente, fue cargado por cientos de manos del público para hacerlo llegar a la primera fila del espectáculo.
Al setlist se sumó “This Is Not America”, nuevo sencillo en colaboración con Ibeyi, proyecto franco-cubano de las hermanas Lisa-Kaindé y Naomi Díaz. Después, en forma de un salvajísimo merengue, llegó la invitación formal a portarse mal, la cual sirvió como cerrojo a la presentación de Residente en Vive Latino, su primera vez en el escenario después de las medidas de encierro y distanciamiento social que nos arrebataron por dos años estas experiencias colectivas.
Tirando jabs y ganchos al hígado, René se plantó con autoridad en un escenario que años atrás le regaló intolerantes abucheos, de un festival que hoy posee una esencia más diversa al de aquel ya lejano año 2007. Después de todo, tanto en el rap como en la comedia, los punchlines decidieron que sí, que todo lo anterior había valido la pena.
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