Alabama Shakes @ Escenario Capital por Paulina Maqueda Fotos por Beatriz Creel
Domingo a las 3:40 de la tarde en el retirado escenario Capital: ahí fue donde se presentaron los Alabama Shakes. Fue la primera vez que escuchamos el rock & roll sureño de esta banda proveniente de Athens, Alabama (claro) en vivo en nuestro país. Brittany Howard –la vocalista– se ganó el corazón de la gente en un segundo. Ella es una robusta mujer afroamericana con un poderoso vozarrón que mueve los heartstrings de quien la escucha, sin dificultad alguna; es carismática y con mucha presencia. Definitivamente se robó el show. A pesar de ser una banda nueva, reunieron a un público fiel. Cantaban con ellos y gritaban de emoción cuando Brittany alcanzaba las notas más altas. Tocaron canciones como “Hold On”, “Be Mine”, “Always Alright”, y “You Ain’t Alone”. Los enamoradizos Alabama Shakes, y especialmente la vistosa vocalista, revivieron el rock & roll de los años 60 y 70 cargado de soul, formando un vínculo intenso con el público para tener un gran debut en tierras mexicanas.
Cat Power @ Escenario Capital por Re Esteva Fotos por Jimena Santoyo
Con un mohawk casi blanco, un yapa mala (rosario budista) rodeándole el cuello, y usando un sarape negro con el escudo nacional y la palabra “México”, Cat Power hipnotizó al público del Corona Capital. Con las Dum Dum Girls presentes entre el público (aunque dentro de la barrera de contención), “Cherokee” fue el inicio de un espectáculo sonámbulo mientras caía el sol; dándole un toque místico al ambiente que se sentía como el honorable entierro de un jefe indio. Entre aplausos y gritos de la multitud que invadió al escenario Capital, Chan Marshall mencionó que bebía café con miel y continuó con tracks como “3, 6, 9” y “Manhattan”, que son parte de Sun, su último álbum. “Back In The Days” y “King Rides By” le recordaron a los fans tiempos pasados de Cat Power. A pesar de ser las mismas piezas, están lejos de ser lo mismo que antes. La nueva faceta de Marshall muestra una madurez que le da un sentido nuevo de duplicidad a su música y presentaciones. Aparte de decir algunas palabras en español, Chan cierra con “Ruin” e indica que ha estado en México, mientras se cubre con una bandera que estaba en la base de su micrófono; envuelta en la bandera nacional, se retiró acompañada por el rugido de la multitud.
Florence + The Machine @ Escenario Capital por Regina Dávalos Fotos por Beatriz Creel
Florence Welch es un ser de luz, no hay más; y todos aquellos que fuimos testigos ayer de su presentación en el Festival Corona Capital lo pudimos comprobar.
Vestida de rojo y con flores en la cabeza como si acabara de regresar de pasear por un sueño de amor, Florence salió al escenario Capital a las 21:00 horas para entonar canciones como “Shake It Out” y “Cosmic Love”, mientras el público meneaba la cabeza como si estuviera hipnotizado.
Y es que la cantante londinense generó una conexión tan fuerte con sus espectadores que incluso logró que cientos se subieran a los hombros de su ser amado sin que esto desatara la ya tradicional lluvia de vasos por parte de quienes se encuentran más atrás.
El ambiente que se vivió fue de amor y compañerismo, fruto de la armoniosa voz de Florence y de las dulces notas de su banda. Era como si todos fuéramos amigos.
Los minutos pasaron y con “Dogs Days Are Over” Florence + The Machine pusieron punto final a su participación en el Festival Corona Capital 2012, llevándose de recuerdo la vibra de todos aquellos que, sin duda, se enamoraron aún más de ella.
Francisca Valenzuela @ Escenario Capital por Regina Dávalos Fotos por Beatriz Creel
Ni el intenso sol que le pegaba en la cara evitó que Francisca Valenzuela perdiera ese porte de niña guapa que maneja tan bien. Salió al escenario vestida con pantalones rojos y un top muy adhoc para el clima que se vivió ayer en el Festival Corona Capital: y más de uno suspiró por sus huesitos semi-chilenos.
Cantó canciones en español y en inglés, muchas de ellas de su álbum Muérdete la lengua y la gente no paró de cantar con ella e incluso, algunos pedían a gritos que cantara sus favoritas como “Buen soldado” o “Quiero verte más”, dos de los temas más coreados por el público.
El concierto se sintió íntimo, había quienes se sentaron en el pasto y aprovecharon para descansar un rato mientras la cantante nacida en California atravesaba de lado a lado el escenario Capital aprovechando cada minuto de su corta presentación.
Al final, la guapa Francisca agradeció el apoyo de todos y abandonó el escenario como quien sabe que acaba de conquistar el corazón de muchos mexicanos… y también de una que otra mexicana.
I Can Chase Dragons! @ Escenario Capital por Paulina Maqueda Fotos por Beatriz Creel
Cuando el sol y la temperatura del domingo estaban en su punto más alto, subieron los integrantes de I Can Chase Dragons! para poner la pura buena onda en el escenario Capital. Este proyecto local emergente consta tan solo de dos integrantes - uno de ellos miembro de The Plastics Revolution: Julio Gudiño. Él se encarga de las tornamesas, loops y sintetizadores, mientras que el otro toca la batería. Para ser un proyecto tan nuevo, y un acto tan temprano en el día (13:10), juntaron a varias personas que se pusieron a bailar con los ritmos tropicales y sampleos latinos de este dueto cargado de tan alegre y buena vibra. Ciertamente un proyecto con una trayectoria en ascenso, I Can Chase Dragons! tuvo una presentación exitosa en el festival.
The Maccabees @ Escenario Capital por Almendra Hernández Fotos por Beatriz Creel
En el marco del Corona Capital 2012, el vocalista de The Maccabees dijo que la banda estaba feliz de estar por primera vez en... Sudamérica. Los ingleses no sabían ni donde estaban parados, pero después de la tremenda presentación que dieron, quedan perdonados por cualquier despiste territorial. Es inevitable que la música de The Maccabees no remita al rock barroco de Arcade Fire: ambos proyectos comparten un estilo complejo, lleno de arreglos y detalles minuciosos que los convierten en un imán para la curiosidad y la atención del público. Las dos bandas tienen también una alineación numerosa: esta vez The Maccabees optó por tres guitarristas que dobletearon en los coros, un bajista cuya camiseta de AC/DC –por su logo y enorme tipografía– parecía sacada del Tianguis Cultural del Chopo; un integrante encargado de las secuencias, y el baterista, la sorpresa de la presentación, pues sus redobles y tarolazos arrítmicos y complejos dotaban a las canciones con un aire matemático intelectual que hacía a éstas todavía más cautivadoras. Ellos tocan las canciones de sus discos cual réplicas y copias exactas. En “Feel to Follow” la banda reprodujo la misma cascada de cuerdas que acompaña al coro, al mismo tiempo que en el exterior, el sol amenazaba con ponerse insoportable. En “Toothpaste Kisses”, ocurrió el momento “lagrimita” del concierto, cuando apareció Florence Welch a hacerle segunda a Orlando Weeks, vocalista del grupo. En ese momento se abalanzó una cascada de gente sobre el escenario para ver cómo la cantante pelirroja bailaba y daba piruetas con un vestido floreado que ondeaba al reflejo de la luz. La lideresa de Florence + The Machine no sacó el vozarrón que tanto la caracteriza; para esta balada su voz se convirtió en un suspiro, y en un coctel para lo que su proyecto ofrecería más tarde. Entre el robusto público, no hicieron falta las banderas de México e Inglaterra y los carteles en honor a estos glamorosos hijos de soberano inglés: ninguno de los integrantes era de mal ver, todo lo contrario, The Maccabees no es una banda donde el talento esté peleado con el atractivo. The Maccabees cerró con “Pelican” –también canción nueva–, y con ella se inmortalizó una tocada en la que por una hora entera, lograron tener al público mexicano con el ojo cuadrado y con la vista clavada en sus acordes inteligentes. Así como una corte que observa intrigada a sus príncipes interactuar, al final paradójicamente, fue uno de los guitarristas de la banda quien sacó su cámara para inmortalizar la cara de entrega de sus súbditos: un pueblo nuevo y diferente que los ingleses lograron –merecidamente– echarse al bolsillo.