[Reseña] Wild Belle - Isles

Una noche australiana calurosa y estrellada, el sofocante mediodía en una isla caribeña, la fresca mañana en algún pueblito costero de Estados Unidos. ¿Qué tienen en común estos escenarios? El ambiente marítimo o portuario como pasmado y que corre en slow-mo tan típico de lugares aislados del caos citadino. Es curioso que los creadores de ese ambiente sean Wild Belle, unos hermanos nacidos irónicamente en Chicago, enorme y caótica ciudad. Vestidos en camisas de colores que podrían ser tanto típicas de la cultura local del trópico como parte de la colección primavera-verano de H&M, los hermanos Elliot y Natalie Bergman han lanzado Isles, un álbum debut que a pesar ser un coctel de géneros, estilos e imágenes, retiene en cada canción la constante influencia del reggae.

 

Lo que han construido los Bergman es único; a pesar de que el sonido de Wild Belle comparte elementos con el jazz, la electrónica y los ritmos caribeños y africanos por igual, realmente no suena a algo en específico. Isles es como un mar en el que cada canción podría ser justamente una de las islas que se asoman entre el agua. Claro, cada isla sería muy diferente a las otras, pero no lo suficiente como para no ser parte del mismo mar. Aunque los enfoques entre tracks son distintos en cuanto a musicalidad y letras, hay una similitud o constante dentro de la atmósfera de Isles que le da un sentido de unidad.

El álbum debut de Wild Belle es como el bastardo prodigioso de un Bob Marley estilizado y una Marilyn Monroe contemporánea. Como habitantes angustiosos y paranoicos que han inmigrado abruptamente de una metrópolis "primermundista" a una aldea del “tercer mundo”, Elliot y Natalie se refugian del ruido externo y ajeno en pequeñas pero exóticas islas sonoras y ahí viven como les da la gana mientras mezclan culturas y juegan con la temporalidad, que es algo tan particular de cada lugar.

 

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