Por Miguel López Valdivia
Para tratar temas históricos delicados, se tiene que acudir a una madurez que muy pocos artistas tienen, o pueden manejar.
Benjamín Ávila llega a la ficción con su Ópera Prima Infancia Clandestina, basada en hechos reales, nos lleva a la vida de Juan, el hijo mayor de una familia que pertenece a la Organización Monteros, quienes luchan contra la Junta Militar que ocupó a Argentina en los 70.
Al ser narrada a través de las vivencias de Juan, la cinta toma naturalmente un punto de vista infantil que contrasta directamente con la temática de la misma, pero no molesta, sino que todo lo contrario; las situaciones familiares como las de suma violencia son solucionadas de muy buena manera, entregando únicamente lo que se tiene que ver y en la manera en que se tiene que hacer.
Es difícil creer que una cinta como Infancia Clandestina es la primera de la trayectoria de este director, pues la manera en la que se presenta y las notorias horas de reflexión que requirió rebasan en gran medida a muchas de las óperas primas que vemos hoy en día.
Infancia Clandestina es parte de la cartelera de la edición número veintiocho del Festival Internacional de Cine en Guadalajara.