Por: David Segundo (@muranio22) Foto: Francisco Flores
Jueves lluvioso. Factor que muchas veces afecta el acceso a un concierto, pero que no fue impedimento para que el Pasagüero estuviera lleno. Los encargados de abrir la noche fueron Los Babara que trajeron el sonido cumbiero clásico desde Bogotá. Aunque al principio muy pocos prestaban atención fue gracias a su buena vibra, los tipicos coros en loop interminable ("EoEo"), las constantes coreografías y mensajes de paz, acabaron por conquistar a los presentes que bailaban con el meneo sabroso.
Luego el canto futbolero "Olee Ole Ole Olee Chi-co Chi-co", y el "Chi-Chi-Chi Le-Le -Le Viva Chile" eran el preludio de la presentación de los oriundos de Villa Alemana (que siguen siendo chilenos porque toman pisco). Una voz de sonidero encendío la mecha con un grito de "Llegooooóo La Cuuuuuuuumbiaaaaaaaa".
Era un mar de arrimones, pero la gente no se enojaba como en el Metro Tacubaya en hora pico, todos daban y recibían. Estamos hablando de una comunidad estable donde la música es el principal desinibidor , pero que pasa a segundo plano cuando el jolgorio se lleva todo de calle, y parece una bacanal romana en el siglo XXI mientras suena "Así es que vivo yo", "Conductor" "El Gran Pecador", "Loca", "Muchacha", "Tus besos son" y otras composiciones cumbiancheras. Baile: caderas. Baile: chamorro. Baile: haciendo un sube-baja con los brazos. Baile: descontrol.
El único problema del show de Chico Trujillo, es su faceta "eskatalera": muy repetitiva musical y tématicamente hablando. El ritmo "Pum-Ta" de las percursiones, los cambios intempestivos de la melodía, las letras que empiezan como un gran sufrimiento y que terminan con un "todo estará mejor", buenos movimientos arriba del escenario que pierden brillo porque son sobreexplotados, etc. Los elementos anteriores no son malos, en realidad son la base de cualquier conjunto cumbiero respetable, el problema surge cuando alguien que no se encuentra acostumbrado, al sonido lo escucha por hora y media. Simplemente se aburre. Lo anterior puede ser incesario, pero es una crítica que la escena debe aceptar para paliar lo único que los aleja de la perfección y del consumo total.
Lo realmente importante es que la cumbia es un género que le llega a la gente. La cumbia rebasa los sonidos. La cumbia es parte de la verdadera cultura de toda una región golpeada. Y eso es lo que realmente importa en un arte como la música.