@AlanisMoon
Para los que están en contacto con la naturaleza, el mantra Hare Krishna debe ser terreno ya conocido. Para los que no, sepan que “mantra” es la manera de denominar a las sílabas para invocar a un dios o simplemente es un apoyo para la meditación. Así pues, podemos decir que el Hare Krishna, desde los sesenta, es el “popu” de los mantras, o pa’ que me entiendan mejor, el que ya no se dice ni por error. Pero no estamos en una introducción a los mantras, ni mucho menos. El motivo de este texto, es hablar del nuevo EP de Bam Bam.
Arre Krishna es la regiomontalización del Hare y también es su título. Arre, como se le hace a los caballos, a las bestias o a los güeyes que nos caen mal y que buscamos que se ardan. Pero antes de divagar con el imaginario del EP, hagamos un ligerísimo recuento. Bam Bam grabó su primer LP allá por agosto del 2007 y marzo del 2008. Siete pistas lanzadas a través de Nene Records, aquella netlabel regia hasta el tuétano, que en Facebook dicen que aún existen. Bam Bam debutó con los nenes y luego, en 2011 sacaron el que ya se puede considerar entre los discazos clásicos de los últimos tiempos: Futura Vía por Arts & Crafts México. La psicodelia y el pop se llevan bien. Una delicia entre un banquete de proyectos interneteros que van y vienen a diestra y siniestra. Pues aquellos artífices de canciones como “Ragatrón” o “Hipnódromo”, hoy están de vuelta.
En Arre Krishna (Arts & Crafts México) Metatrón, el hijo estelar, vuelve a las andadas. No hay espacio ni tiempo para relatar todas las aventuras de semejante figura. Los humanos no vivimos tanto como para comprender su vida, no obstante, la música de Bam Bam nos aproxima un poco a su realidad astral. “Tirando pa’ fuera” es el primer track del EP. ¡Qué bien se siente oír de nuevo la fina manufactura pop! Se comienza a notar el porqué del “Krishna”. Se me hace que George Harrison y, sobre todo, el recién fallecido maestro Ravi Shankar, estuvieron influyendo mucho en los generadores de Metatrón. La psicodelia está de vuelta. También las progresiones melódicas con pasajes esencialmente espaciales. Los coros femeninos por momentos militares. Y además, la saturación sonora que transporta y abduce (Maussan estaría orgulloso de mi manejo del OVNI) sin esperanza de quedarse en la Tierra. “ROD” continúa el recorrido. Otra belleza de voces armoniosas que quizá es el tema más pop del EP. La herencia beatle es innegable y qué buena herencia.
“Traga mis lágrimas, dijo el policía” se siente hecha de la misma tela. Los Bam Bam hacen obras redondas, cuando se lanzan a componer te van llevando por el mismo sendero, por la misma galaxia, por esa dimensión que se han dedicado a construir. Una declaración “¡Regocíjate, hermano! Sólo Metatrón tiene el poder fantástico” es algo que nos tranquiliza y evita que busquemos trascender más allá de nuestro mero papel de homo sapiens. La voz femenina (¿Selma Oxor?) le da un plus, una cadencia que las cuerdas masculinas, a veces, no poseen. Energía sideral. Ya casi nos aproximamos al final. El túnel sigue siendo el mismo, la nave también. ¿Nos encontraremos con el hijo estelar? El motor aún resiste unos años luz más. “Líjate bien” es el clímax y el desenlace, todo en un combo letal. Es pasividad, es psicodelia, es la más “hindú” (¿o es “india” el término correcto?) de todas las composiciones y un nuevo mantra se debe profesar. Inventen las sílabas, Bam Bam sólo guía por su universo, cuando nosotros lo recorremos, se vuelve nuestro. Hay que reinventarlo. Un final épico, como de Kubrick y su 2001: A Space Odyssey, que dura 11:20 minutos y que termina con el encuentro con un hoyo negro. La primera vez que oigan el EP, escuchen, paladeen e imaginen. Y si ya no pueden imaginar, abran una Tecate —o dos, o tres– y griten bien fuerte “¡Arre, Krishna!”, pongan la pista 1 otra vez, y vuelvan a viajar... quizá hasta se les aparezca Metatrón.