El fuego de Rammstein regresó a México
Las palabras son poco justas para describir las presentaciones de la banda alemana Rammstein en la Ciudad de México, ya que si bien son conocidos por la explosividad de sus conciertos, en su gira Stadium Tour sumergen al público en una estridente experiencia gracias al Wi Monster Stage, escenario con luces inteligentes, lanzallamas y seis torres de pirotecnia, diseñado por Florian Weider e inspirado por películas como Blade Runner, Metrópolis y Tron, para enmarcar la majestuosidad del metal industrial de Rammstein.
Tras 11 años, el Foro Sol volvió a experimentar la teatralidad y oscuridad sonora de Rammstein, quienes iniciaron su presentación con "Arme der Tristen”, canción del más reciente álbum Zeit que describe la formación de un ejército de almas tristes y deprimidas. Notas sarcásticas desde el teclado de Christian “Flake” Lorenz dan vida a “Zick-Zack”, del mismo álbum, que critica la obsesión de la sociedad actual por la búsqueda de la eterna juventud y el abuso de la cirugía estética.
La noche abrazaba el escenario que se vestía de rojo, mientras la audiencia levantaba los puños al ritmo de “Links 2-3-4”, pieza con la que Rammstein ha definido que su corazón está a la izquierda, lejos de los señalamientos de filofascistas. Posteriormente, el teclado de Flake anunció “Sehnsucht”, en la que, gradualmente, los riffs de las guitarras de Richard Z.Kruspe y Paul Landers, la batería de Christopher Schinder, el bajo de Oliver Riedel y la voz de Til Lindemann explotaron por un amor perdido.
El ritmo iracundo continuó con “Zieg Dich”, seguida por el relato de estar atrapado en una pesadilla del sencillo “Mein Herz Brennt”. Después inició “Puppe” canción del séptimo material de estudio de Rammstein en la que abordan la violencia y explotación que sufren las mujeres en el trabajo sexual. Con matices azules en el escenario, la banda comenzó a tocar la controversial “Heirate Mich”, que habla del amor a la muerte y forma parte de su primer material Herzelied; a esto siguió “Zeit” un poema hecho canción que, con cantos angelicales, un piano melancólico y toques electrónicos, habla de lo efímera que es la vida.
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La agrupación iluminó la noche con el “DJ Set Stick Figure Dance”, transportándonos a una realidad virtual y evidenciando la influencia que los beats electrónicos tienen en su música, para después reflexionar sobre el pasado en “Deutschland”, utilizando su tradicional fusión de metal con tintes electrónicos, para recorrer en menos de seis minutos la historia de Alemania. Después, la batería de Schinder marcaría el ritmo para dar inicio a “Radio”, sencillo que aborda el surgimiento, prohibición y auge de la radio alemana.
Después de la faceta más electrónica del concierto, el potente metal de Rammstein exploró el lado más oscuro de la humanidad con “Mein Teil”, seguida por “Du Hast'', canción que reventó la euforia del público, haciendo temblar el piso del Foro Sol. El derroche de euforia acompañada de fuego, seguía con “Sonne”, canción que motivó a algunos fans a disfrazarse de Blancanieves, recordando el video que acompaña a esta canción lanzada en 2001, en su álbum Mutter.
El final estaba cerca, el público pedía más; cuando inició la versión en piano de “Engel'', a la par, los integrantes se desplazaban en balsas inflables entre el público para llegar al escenario y dar así inicio al desenlace del concierto. La agrupación tocó “Aüslander”, seguida por “Du Riechst So Gut”, sencillo con el que debutó la banda en 1994, inspirado en el libro de Patrick Süskind, El perfume.
Las luces rojas envolvieron a las y los asistentes para estallar al ritmo de “Pussy”, única canción en la que la banda combina el alemán con el inglés. El fuego continuó en el escenario con el ritmo denso y trágico de Rammstein, el cansancio no disminuía el ímpetu del público que después de dos horas de música pedía más, por lo que el sexteto alemán, reventando en emoción interpretó “Ich Will”, seguida por “Adieu”, track final de su álbum Zeit y que suponía el cierre del concierto, pero el público se resistía a creer que era el fin de tan magnánima presentación.
Til Lindemann se despidió. El escenario se apagó. Los aplausos y ovaciones duraron por más de cinco minutos concluyendo con un abrupto estallido, seguido por la voz de Til preguntado: “¿quieren más?”, a lo que los fans respondieron: “¡Si!”. De esta forma, el tintineo de una campana y una trompeta bien afinada anunciaron el comienzo de “Te quiero puta!”, canción que cerró los conciertos de Rammstein en México.
A pesar de la censura y los retos que como banda han enfrentado Rammstein, se mantienen fieles a su libertad creativa, sin importar lo incómoda que pudiera ser para algunos, demostrando que la naturaleza crítica, controversial y contestataria de su propuesta se mantiene viva y motiva su arriesgada versatilidad para adaptarse a los cambios en la industria musical.
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