Han habido muchos cambios en los 65 años desde el estreno de La Cenicienta animada, y ahora que llegó a la pantalla grande una nueva encarnación de la misma, hay que preguntarse qué se puede esperar de una historia cuya visión original sobre el amor y la mujer parece contraponerse con los valores de la época actual. https://www.youtube.com/watch?v=QhUHBDv_76g
Con Frozen (2013) y Maléfica (2014), Disney entró a un nuevo terreno para expandir su universo de magia hacia la animación computarizada y las cintas en persona, respectivamente. La popularidad de estas dos desencadenó un terremoto de emoción en las redes sociales, pues independientemente de su calidad fílmica o musical, se desviaron de una ruta repetitiva e ignorante del amor a primera vista, para mostrar aspectos menos trillados y más importantes como el afecto de la familia. Con esto Disney parecía tratar de enderezarse hacia una representación femenina más compleja, moderna y libre de la estructura de los cuentos que la cuentan.
Lamentablemente La Cenicienta no aporta nuevas ideas o complejidad a sus personajes, al menos no para ese público que celebró la llegada de una nueva era de Disney. Con esta nueva presentación se vuelve a abordar el icónico encuentro entre la princesa y el príncipe, sin embargo, la cinta decide continuar por la vía del superficial amor a primera vista que Frozen ya había descartado. Más extraño todavía es la ausencia de opinión en las redes sociales, a pesar de que público no faltó, pues en su primer fin de semana la cinta en E.U.A hizo $67,877,361, poco menos que los $69,431,298 de Maléfica. Puede ser que esta sea la manera en la que las audiencias reaccionan a aquello que no tiene importancia, una muestra de indiferencia potencialmente más fuerte que una crítica de odio.
La Cenicienta puede sólo ser un tropiezo en una nueva y prometedora dirección, o quizás sea un indicador de que el ratón aún desea desenterrar viejas ideas con tal de atraer al público con algo conocido; cualquiera que sea, la capacidad de innovar ha sido demostrada y con otras adaptaciones en camino, el más cercano siendo La Bella y la Bestia para el 2017, será necesario ponerse a la altura de los estándares que se han planteado.
