Pedro Pantoja Arreola, el padre que dedicó su vida a las personas migrantes
Imagen: @CDMSaltillo
El Padre Pedro Pantoja Arreola supo muy bien cuáles eran las condiciones de vida y las necesidades de las personas trabajadoras del campo, obreros, mineros y de las personas migrantes porque él mismo fue todo eso. Entendió y vivió en carne propia la desigualdad, la injusticia, la violencia, inseguridad, el salario precario y por ello, dedicó su vida religiosa a luchar por mejores condiciones para todos estos sectores, pero especialmente luchó por las personas migrantes.
Debido a los asesinatos de migrantes por parte del crimen organizado, a las amputaciones de las que eran víctimas por el tren, así como la inseguridad a la que se enfrentaban en su trayecto a Estados Unidos y sus múltiples necesidades, Pedro fue uno de los iniciadores y asesores de la Casa del Migrante de Saltillo. Murió, curiosamente, el 18 de diciembre del 2020, día en el que se conmemora el Día Internacional del Migrante, a la edad de 76 años.
Este jueves 11 de agosto, la Asamblea Constitutiva del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación entregará un reconocimiento póstumo a Pedro Pantoja Arreola, como parte de los Reconocimientos por la Igualdad y la No Discriminación 2021-2022.
En el evento también será reconocida la labor de las Patronas, Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, Colectivo Feminista LasTesis, así como un reconocimiento póstumo a la líder indígena feminista Martha Sánchez Néstor, fallecida en 2021 por complicaciones de Covid-19.
Así fue si vida…
Pedro Pantoja nació en San Pedro del Gallo, Durango, en 1944. Sus padres servían a la escuela e iglesia en su comunidad y de allí su primer acercamiento.
Su madre, Ramona Arreola, no solo llevaba atención pastoral a los presos de Parras, Coahuila, también les llevaba alimento y enseñaba a leer y escribir a los reclusos, como documenta GATOPARDO. A los 10 años, Pedro habría migrado al seminario en Saltillo, y cinco años después a Nuevo México para continuar con sus estudios sacerdotales.
Siempre fue un apasionado por la lectura y el conocimiento, y muestra de ello es que estudió en el Instituto Teológico Pastoral para América Latina en Quito, Ecuador; hizo una maestría en Sociología por la UNAM y estudió Sociología en la Facultad de Ciencias Sociales en Nanterre, Francia.
Su activismo habría iniciado en una huelga de productores de uva en Delano, California, con la que hicieron peregrinaciones y actos religiosos, junto al emblemático líder migrante César Chávez.
En 1974, participó en la huelga de CINSA-CIFUNSA, una huelga de 49 días en la que 6 mil obreros exigieron sus derechos laborales, contratos más dignos y equidad para trabajadoras que eran aún más explotadas. Estas industrias pertenecían a Grupo Industrial Saltillo (GIS), integrada por el sector de construcción, fundición para motores y autopartes y Hogar. En ese tiempo, Pantoja era vicario de la catedral de Saltillo.
En una entrevista con GATOPARDO, el padre recordó la traición, en ese tiempo, de los líderes sindicales, y declaró:
“La derrota fue dolorosísima. Nos dolió mucho porque hubo represalias criminales: despidieron a miles y boletinaron a los obreros que habían participado para que nadie los contratara”.
Quienes lo conocieron lo describen como un gran tomador de café, amante de la música norteña, que dedicó su vida a la Casa del Migrante de Saltillo. En una entrevista en 2009 con el periodista y director de Ibero 90.9, Alejandro Cárdenas, el padre y activista habló de las amenazas a defensores de migrantes y los constantes actos de violencia de los que eran víctimas, no solo las personas en tránsito sino quienes les brindaban apoyo y refugio.
Por supuesto que Pedro Pantoja Arreola también fue amenazado, al igual que la Casa del Migrante, que vivió acoso, amenazas y violencia. El entonces asesor del lugar compartió su sorpresa cuando le fueron pedidas cuentas a ellos que realizaban una labor humanitaria.
“Se ejercitó una acción de poder, y discernir quién en una casa del migrante es asesino y quién no lo es, y como si fueran el árbitro moral, y no tienen derecho porque somos una asociación civil bien establecida”, denunció en ese tiempo.
Puedes leer el reportaje completo aquí: Secuestros a migrantes: “pecado de omisión” en Coahuila
En aquel tiempo, el gobernador del estado era el priísta Humberto Moreira, época en la que el crimen organizado aumentó. Pantoja hablaba con firmeza de cómo “los zetas” y los cárteles habían tomado la ciudad, violentado a sus habitantes, estando al frente de innumerables desapariciones forzadas y de cómo estaba inmiscuido en todos los sectores de la sociedad, como el entorno empresarial, político, ganadero, etc.
Por su incansable labor, recibió el Premio Internacional de Derechos Humanos Letelier-Moffitt del Institute for Policy Studies en Washington. En 2015, también fue reconocido con el Premio por la Igualdad y la no discriminación entregado por la Conapred y también fue condecorado con la presea Alfonso García Robles, de la UNAM.
Pedro Pantoja murió el 18 de diciembre de 2020 a causa de un paro respiratorio, producto del Covid-19 que padecía.
“Con mucho dolor queremos informarles que esta tarde del viernes 18 de diciembre de 2020, a causa de un paro cardíaco, el Padre Pedro Pantoja ha fallecido. Lamentamos la pérdida de un hombre que entregó su ministerio a la defensa de los derechos humanos de migrantes y refugiados. Sigamos en oración por su alma y por la pronta resignación de sus familiares, amigas, amigos y el personal de la Casa del Migrante”, escribió el lugar.
Aunque partió, su legado continúa en esa región del norte en la que todos las personas migrantes enfrentan adversidades obligadas por la violencia y otros motivos a buscar otro lugar habitable, mejores condiciones de vida.
