Fotos por Manuel Castillo Brandt Brauer Frick Ensemble tiene una extraña particularidad que lo separa del resto de la música actual: con su techno creado a través de una instrumentación clásica en lugar de con sintetizadores y laptops, lanza muchos posibles significados y funciona tanto en el contexto de un club underground londinense de electrónica como en un recinto clásico donde normalmente se presentan eventos más culturales.
Después de haber visitado México para la edición de MUTEK 2011 con un show electrónico y bajo el nombre de Brandt Brauer Frick, el trío alemán regresó con un grupo de siete músicos y se presentó el 2 de octubre en el Teatro de la Ciudad como el único acto de A/VISION 1, parte de la décima edición de MUTEK.
El inicio de la presentación de Brandt Brauer Frick Ensemble, sirvió como una paciente demostración de la calidad de su sonido y de la capacidad de los 10 músicos (uno de ellos era un invitado mexicano, pues uno de los miembros originales del grupo no pudo venir) para unirse instrumento por instrumento y tocar un único track para el que cada uno tenía su propia partitura. Con tambores poderosos de Brandt, loops simétricos de Brauer y acordes de piano de Frick que parecían retumbar en el cerebro, algunas canciones fueron más rápidas y violentas que otras melodías, en las que lo que dominaba eran los emocionales tonos del violín, el trombón y el arpa. Con esa combinación, los pensamientos que corrían por la cabeza durante la presentación eran tan dispares entre sí que parecían ser la telepática mezcla colectiva de lo que tenía en mente cada persona en el Teatro de la Ciudad.
Después de unas cuantas canciones como ensemble, Frick dijo en muy buen español “ahora haremos algo diferente” y siete de los músicos se retiraron para que Brandt, Brauer y Frick tocaran con sintetizadores. Tres tracks fueron presentados de esa forma y cada uno tenía su propio críptico y perturbador visual que quedaba perfecto con la música. El primero mostraba imágenes aleatorias como un cienpiés, un cráneo y un libro sagrado; todo muy al estilo del flux art de los años sesenta. El segundo era la destrucción de un piano con un martillo enorme y el tercero, muy de acuerdo con el título de la canción "Fantasie Mädchen” –que en alemán significa algo así como “Chica de fantasía”– mostraba las caras de diferentes mujeres que luego se deformaban en cuadros de colores.
Después del espectáculo audiovisual, todos regresaron al escenario para hacer más música como un ensemble. Lo curioso es que el “ahora haremos algo diferente” de Frick se mantuvo como una constante –no importa si lo dijo de forma consciente o inconsciente– durante toda la presentación. El hecho de mezclar techno con música más orquestal y con la estética elegante y clásica del Teatro de la Ciudad hizo que el evento en sí fuera algo muy diferente a lo que la mayor parte del público está acostumbrado a ver. Entre un mezcla de elementos tanto visuales como auditivos y de la misma forma en que los músicos retaban a la tradición al tocar el piano desde la caja y no con las teclas, la presentación de Brandt Brauer Frick Ensemble en MUTEK fue una manera de romper las reglas de la escucha para crear una perspectiva muy personal de lo que cada quien vio, escuchó y experimentó.
