Menos colillas. Más Conciencia.
La contaminación es uno de los problemas más graves que afectan a la ciudad de México (y al país en general), y sin embargo es poco atendido. Cada año suben los niveles de smog y las contingencias ambientales son cada vez más graves. El agua se contamina gradualmente y las áreas verdes se reducen por el descuido y la falta de atención. Hay muchas cosas que se pueden hacer para combatir este problema como ciudadanos y habitantes responsables del planeta: desde protestas y campañas de limpieza hasta simplemente tirar la basura en su lugar.
Las colillas de cigarro están fabricadas con hidrocarburos y acetato de celulosa (derivados del petróleo), y pueden llegar a disolverse hasta los 10 años desde que son tiradas al suelo. Estas pequeñas partes del cigarro son el principal contaminante de las playas y provocan la muerte de miles de aves y peces que beben o viven en el agua infectada. En la ciudad no estamos exentos de este problemas, ya que aunque no tenemos playas (naturales), las colillas llegan a las alcantarillas que a su vez llegan a lagos y ríos que cada vez se llenan de más deshechos tóxicos. También contaminan el agua de lluvia que respiramos cuando ésta se evapora. Ésta problemática puede ser combatida simplemente si cada persona que fuma (me incluyo) pone de su parte y se responsabiliza por tirar sus colillas, o pedirle a sus amigos y familiares (que fuman cerca de ellos) que las depositen en los lugares correspondientes.