Llevando la cultura hip hop a Morelia: Somos Lengua en el FICM 2016 + Entrevista a Feli Dávalos

En febrero de este año, el documental Somos Lengua se estrenó dentro del marco del FICUNAM con una proyección especial realizada en las Islas de Ciudad Universitaria en la CDMX. A partir de ese momento místico, lleno de humo y rimas, el trabajo realizado por Kyzza Terrazas no ha parado de recibir reconocimientos, no sólo del público adepto al rap, sino de la crítica especializada en cine.

https://www.youtube.com/watch?v=xfNgaXrwrZ0

Tal como hicieron Kyzza y su equipo de trabajo, el peregrinar del documental que retrata la escena hip hop en México ha pasado por festivales como: Gira de Documentales Ambulante, Festival de Cine Mexicano de Durango, Festival de Cine de Monterrey y llegó a cruzar las fronteras para el Viva Mexico, Rencontres Cinématographiques en París. En estas muestras de cine, Somos Lengua fue reconocido con el Premio del Público en Durango y una mención del jurado en Monterrey, esto gracias a “su potente y original panorama del rap en México”.

Después de un largo andar, Somos Lengua forma parte de la selección de documentales mexicanos para la programación del Festival Internacional de Cine de Morelia, que se lleva a cabo durante la última semana de octubre. Este reconocimiento premia la audacia de Kyzza al hacer una radiografía de lo que sucede a lo largo y ancho del país con el rap, además de mostrar el contexto en el que se desarrolla.

Parte esencial de Somos Lengua es ver las variantes de lenguaje que existen en México, todas con un mismo objetivo: empoderarse frente al micrófono para demostrar su habilidad y la fuerza de las palabras, sin importar que haya o no un instrumental que lo acompañe. Como bien recalca Feli Dávalos, quien sirvió como piedra angular de este proyecto, el documental no pretende mostrar el origen del rap en México, tampoco hace un análisis de quién es el mejor en la actualidad. Solo se trata de ver a homies tirando rimas en su estudio, en la esquina o en la azotea.

https://www.youtube.com/watch?v=HIYMVeT1xq0

Somos Lengua es un caldo de cultivo que sirve para mostrar al mundo una pequeña parte del hip hop mexicano. No están todos, ya que sería imposible incluir en ochenta minutos la amplia variedad de raperos aztecas que a través de los años han saltado a la escena musical. Sin embargo, este documental representa el esfuerzo de un crew, que interesados en fomentar la introducción del público a la cultura hip hop, pusieron empeño para que lo visto en la pantalla sea una representación real de lo que sucede en las calles.

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Feli Dávalos, miembro de la pandilla que emprendió el viaje junto a Kyzza Terrazas para realizar Somos Lengua y antiguo locutor del desaparecido programa Scratchamama de Ibero 90.9; respondió algunas preguntas sobre la creación del documental, el panorama del rap en México y la trascendencia de la canción como género lírico.

Gerardo Mora: El carnalismo entre Feli Dávalos y Kyzza Terrazas viene de un amor por las letras, ambos con formación literaria. Kyzza ya con experiencia en el cine, pero en tu caso, Feli ¿Cómo fue el proceso de tomar una cámara y traducir a imagen esta travesía que significó Somos Lengua?

Feli Dávalos: Fue un viaje de descubrimiento orgánico sumamente agradable y una experiencia totalmente formativa. Como un crecido en los años noventa, mi relación con la televisión es íntima y de toda la vida. Así que, como para cualquier otro en esa circunstancia, hacer cine por primera vez fue relativamente intuitivo. Y bueno, Kyzza pertenece a un grupo selecto de la gente más profesional en la labor cinematográfica en México, por lo que fue trabajar de la mano de los mejores. Y eso siempre es increíble. Ahora, en términos específicos de la película, fue un proceso intuitivo de ir y filmar, filmar, filmar, platicar cosas Kyzza y yo, y filmar más. Y luego el proceso de edición en realidad hizo la película. Y ese fue un proceso que involucró muchas más etapas y a muchas más personas, al menos al nivel de opinión.

GM: En un texto para Yaconic, mencionas que Somos Lengua muestra las diversas aristas de la escena rap en México. No son todos, no son los mejores, muchos quedaron fuera. ¿Cuál fue el momento que se quedó guardado en los discos duros y que les dolió dejarlo fuera del documental? ¿Tienen planes de compartir con la gente en algún momento estas historias o las guardarán como anécdotas personales?

FD: Uff, son muchísimas. Por ejemplo, filmamos una misa completa en la Iglesia de la mostaza, que es la iglesia de Fermín IV. Filmamos toda la Red Bull Batalla de los Gallos 2014. Filmamos muchos otros eventos de batallas, y algunas de esas batallas se han convertido en referentes a nivel Hispanoamérica (y pues las tenemos filmadas en calidad mega chida). Fuimos a seis programas de radio dedicados al hip hop en México (incluido el que ya no existe de Ibero 90.9). Fuimos a fiestas subterráneas. Fuimos al desierto. Tenemos charlas increíbles. Muchos crews que filmamos se quedaron fuera. En serio son muchas cosas. Una de las premisas básicas en el momento de la edición, al menos para lidiar con todo el material a un nivel emocional, fue claramente decir que este material se iba a utilizar en una continuación del proyecto. La idea es poder hacer una serie con todo ese material. Una serie de tele o en Internet. Y ya ha habido charlas, pero nada formal que pudiera decirte ahora. Pero como dices, eso está en los discos duros.

GM: Somos Lengua sirve como una radiografía que demuestra que el rap ha llegado a todos los rincones del país. Existen focos rojos que han dado a México grandes rimadores, sobre todo en el norte: La Comarca Lagunera, Monterrey, el Noro. En este viaje ¿Se encontraron con algún lugar que dijeron: "nunca hubiera imaginado que el rap tuviera tanto auge"?

FD: Pues no, eso como tal no. Comprobamos algunas teorías, como que el rap en Torreón es más agresivo que en Gómez Palacios, a pesar de que los separa un río. O que en Monterrey el rap tiene una relación mucho más relajada con la clase social que en CDMX y el Estado de México. Conocimos más a fondo historias locales. Genealogías que no están guardadas más que en la memoria de quienes estuvieron ahí. Y eso es un modo de entender el auge que ha habido en ciertas zonas. Por ejemplo, la zona conurbada de Guadalajara es un semillero de rap pandillero interesante, y de ahí salió C-Kan y fue una zona que tuvimos oportunidad de conocer más de cerca. Cosas de ese tipo.

GM: Este documental representa un gran esfuerzo para unir y consolidar la escena del rap en México. Recuerdo su estreno en las islas y fue alucinante ver a tanta pandilla junta para disfrutar de este viaje. Han pasado los años, cada vez hay más difusión y proyectos enfocados al rap, pero falta mucho por crecer. Para ustedes ¿Cuál es el siguiente paso? ¿En qué le falta crecer al país? No solo exportar rap al exterior, sino para ser mejor público.

FD: Pues no sé. Es una pregunta que he tenido que responder, casi redactada del mismo modo, durante los últimos diez años. Como dice Frank-T en una canción del 2006 que se llama “Usted y el rap”: “Vaya lío se ha montado con esto del boom del rap; siempre está de moda, siempre a punto de explotar: el boom del 84, el boom del 89, el boom del 94, el boom del 98, el boom de ahora mismo…” Hay un chingo de rap desde hace veinte años en México y no es que ahora haya más. Creo que incluso ha habido épocas con más artistas en activo. La cosa es que nuestros hábitos de consumo y nuestros prejuicios sociales han cambiado. Hace diez años estaba súper prohibido escuchar reguetón. Ahora escuchar a J Balvin es cool. La tendencia actualmente es que el rap hecho en Estados Unidos necesita artistas con credibilidad que rapeen bien en español. Y esa demanda la van a cubrir raperos mexicanos. Es una cuestión de no mucho más tiempo. En estos meses Eptos Uno saca su primer disco con Universal y La Banda Bastön está a punto de estrenar uno de los mejores discos de rap que se han hecho en español en lo que va de la década. Así que es todo. Todo va avanzando. Es la conclusión del esfuerzo de muchos años y de mucha gente. Veremos qué pasa.

GM: Hace un par de semanas, el premio Nobel de Literatura se le otorgó a Bob Dylan en un gesto de reconocer a la canción como un género literario. Para muchos, es una barrera que se traspasó. Para ustedes que están apegados al mundo de las letras y la música, ¿comulgan con está praxis? Sobre todo tomando en cuenta que durante años el rap fue marginado por el sector conservador musical y cuyo principal componente es el aspecto lírico.

FD: Bueno, para Kyzza y para mí, puedo afirmar sin el menor asomo de dudas, el Nobel de literatura a Dylan fue la jornada de mayor alegría, risa loca y diversión que nos ha brindado Facebook como plaza pública. Yo sentí como si hubiera sido mi cumpleaños. Creo que muchos. Fue un momento bonito. Y claro, porque yo tal vez más, pero Kyzza también centralmente, somos personas que hemos apostado por expandir las definiciones de literatura, poesía y arte. Hemos estado de manera más o menos natural, sin buscarlo, en la trinchera donde se están llevando a cabo a nivel, no digamos social, sino civilizatorio, las luchas por cambiar estos conceptos. Y pues que el represente del dios literatura en la tierra venga a decir que el poeta más importante en mi vida siempre sí es literatura, no es más que la confirmación de muchas cosas en las que, tanto Kyzza como yo, hemos reflexionado a profundidad. Y no me queda la menor duda, (no era necesario que se lo dieran, era simplemente un devenir natural) que las fronteras entre arte culto y arte popular, se van a terminar por derribar por completo en el curso de las próximas décadas.

 

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