Liga Brasileña Víctor Lara (@estachiflado)
Corinthians campeón, Botafogo campeón, Flamengo campeón, Cruzeiro campeón, Internacional campeón. Todos esos titulares los puede llegar a leer un aficionado de futbol en tan solo 12 meses y es por eso que la gran mayoría de los “pamboleros” consideran a la Liga de Brasil como un campeonato difícil de comprender.
A pesar de su fama, la liga Brasileña es en realidad tan sencilla como cualquier liga europea. El fútbol de clubes brasileño está dividido en cuatro divisiones: Serie A, B, C y D. La Serie A consiste de 20 equipos que se enfrentan entre ellos en un partido de ida y vuelta. El campeón y los cuatro relegados se deciden por puntos. El primer y el segundo lugar clasifican directamente a la Copa Libertadores, mientras que el tercer y cuarto lugar juegan la repesca de la competencia y los equipos entre el quinto y décimo segundo lugar juegan la Copa Sudamericana. Realmente lo único extraño del Brasileirao es que se juega entre mayo y diciembre.
Pero si la liga se juega entre mayo y diciembre, ¿qué hacen los futbolistas brasileños el resto del año? Es ahí donde se complica todo, porque entre enero y mayo se juegan 27 campeonatos en Brasil, uno por cada estado. La calidad, los premios, la cantidad de equipos y el formato de cada campeonato varía de entidad en entidad. Algunos campeonatos cuentan con varios representantes de primera división, mientras que otros solamente tienen equipos de tercera, cuarta o, incluso, los que no alcanzan alguna división. Unos estados cuentan 20 equipos en su máxima categoría estatal, mientras que otros únicamente tienen seis. La mayoría cuenta con un formato de liga y liguilla, similar al sistema de competencia de la Liga MX, sin embargo la manera de calificar a la misma es diferente en cada campeonato. ¿El premio de todo este alboroto? La posibilidad de participar en la Copa de Brasil, a la que cada campeonato entrega entre uno y ocho boletos, dependiendo de la fuerza del estado.
Así, la Copa de Brasil es jugada entre marzo y noviembre por 64 equipos, en partidos de eliminación a ida y vuelta, donde el gol de visitante vale doble y en caso de empate los equipos se van directo a penales. En la copa no participan los equipos que juegan la Copa Libertadores y, como el campeón de este torneo recibe un boleto al máximo torneo continental, el título nunca tiene defensor.
Todo esto significa que en Brasil hay futbol de enero hasta diciembre sin parar. Y, en mi humilde opinión, este volumen de juego tiene un papel fundamental en que Brasil sea el segundo país con más exportaciones de futbolistas por año (944 en 2013) y que de esas exportaciones puedan salir cracks como Kaká, rotos como Alexandre Pato o míticos petardos como Josiel da Rocha.