Más allá del ideal de unificación de las naciones, no es ningún secreto que a lo largo de la historia, el deporte ha sido utilizado como una forma de propaganda política, que paralelamente también refleja las problemáticas de los países anfitriones y los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014 no son por nada la excepción. Tras las críticas, el posible boicot a los Juegos y la amenaza terrorista. Putín ha mostrado una actitud más benevolente, con la liberación de diversos presos políticos y la aceptación de zonas específicas de protesta. Apostando prácticamente todo por mostrar al mundo el regreso de Rusia a la prosperidad y ser el centro de atención internacional a través del ámbito deportivo, pero que inevitablemente también se han marcado por fuertes problemáticas políticas y sociales.