Kid A: la profecía de nuestro tiempo
Pocas veces en la historia del arte una obra adquiere grados de importancia y trascendencia multigeneracional. No todas las obras de arte se convierten en influencia profética para las generaciones subsecuentes.
El rock and roll como la manifestación cultural más importante del siglo XX, otorgó algunos ejemplos a esto: los álbumes de Los Beatles y Pink Floyd; las letras de Bob Dylan; la irreverencia de la Generación X y su new wave; la innovación electrónica de Kraftwerk.
Para final del siglo XX, en los años noventa, la música alternativa dominaba las listas de popularidad y era el género portavoz del mensaje de una generación desencantada con la posmodernidad de un siglo azotado por las guerras, la lucha entre facciones y la marginación. El quinteto de Oxford, Radiohead, encontró – junto con algunas otras bandas de su generación – la suficiente libertad creativa para manifestar sus preocupaciones sobre los temas finiseculares de una humanidad que pensábamos había llegado al límite de sus posibilidades.
En el año 2000, después de esperar tres años por el lanzamiento de Kid A, después de dar a conocer Ok Computer, uno de los puntos nodales del género, los fanáticos de la banda y en general los melómanos, esperaban una continuación sesentera y hasta psicodélica que diera seguimiento a la sorpresiva creatividad del grupo con su disco de 1997. Sin embargo, Radiohead ofreció al público una obra desconcertante, un álbum conceptual que necesariamente tenía que escucharse en disco compacto para percibir los detalles en la continuidad de la obra. Un álbum electrónico pero no electrificado; un disco conceptual pero no conceptualizado; una obra gélida, difícil de digerir, pero con grandes temas con capacidades de convertirse en sencillos dueños del Top Ten.
Kid A salió a la luz el 2 de octubre del año 2000 convirtiéndose en uno de los discos de mayores ventas por anticipado en la historia moderna de la música. Con un concepto de arte y cambio de hoja al capítulo, muy parecidos al momento en el que Sgt. Pepper de los Beatles se dio a conocer: con un empaque que se convirtió en una extensión misma del concepto del disco, con un arte gráfico extraño y aterrador más cercano a lo que hoy podríamos considerar una creepypasta de la deep web; con estilos musicales que partían de la electrónica experimental de Autechre, el krout rock de Neu!, con fusiones entre el free jazz de Charles Mingus u Ornette Coleman, el funk estilo Stax Records y el hardrock de las bandas setenteras, conviviendo junto a los sonidos ambientales al estilo de Brian Eno, las instrumentaciones y arreglos de cámara emparentados con la obra de Leonard Bernstein para los musicales de Walt Disney.
Luego del lanzamiento de Kid A, el mundo se consternó aunque a la vez se fascinó por la complejidad de una obra popular de un grupo perteneciente al mainstream rechazando las ventajas del mainstream.
En el año 2000 no comprendimos el concepto de un mundo distópico y futurista, advertencia de Thom Yorke, una de las principales figuras antiglobalistas de finales de los años noventa. Con la madurez del paso del tiempo, Kid A – como una obra de arte – se ha revelado en este año de la pandemia como un álbum desgarradoramente actual y muy adelantado a su tiempo; editado en una época donde Backstreet Boys, Britney Spears y N’SYNC eran los artistas más populares en el occidente. En esos momentos nadie imaginaba que las críticas y ataques directos a la maquinación, a la hiperrealidad, al aislamiento y al absolutismo serían constantes en el año 2020, donde no solamente una pandemia tiene al borde del “reseteo” a prácticamente todo el planeta, también la amenaza el regreso del comunismo, una posible guerra entre potencias, una efectiva nueva guerra fría y la polarización de los luchadores sociales quienes se han convertido ahora, en muchos casos, en intolerantes policías de la verdad.
Desde la perspectiva mexicana, Ibero 90.9, a lo largo de diez meses ha preparado un documental que recaba los testimonios de algunas de las personas involucradas en el surgimiento de esta obra en nuestro país: ejecutivos de su disquera original, la cual ya no existe como tal - EMI -, y periodistas que estuvieron en el momento mismo del lanzamiento y descubrimiento de este álbum al gran público.
Un documental que pretende rescatar el mensaje y herencia de Kid A en un mundo el cual indicaba todo sin que nadie lo viera, excepto la banda, el cual llegaría a un punto de quiebre inminente donde aquella generación de jóvenes millenials, se han convertido – a lo largo de los últimos veinte años –, en una generación desesperanzada, distópica y olvidada.
Retrospectiva Año 2000: Kid A, la profecía de nuestro tiempo, miércoles 28 de octubre, 9 de la noche por Ibero 90.9.