Por Ricardo Marín El Polaris Music Prize galardona la producción anual de música canadiense con el fin promover y recompensar esta escena ya afianzada de fanáticos en todo el mundo. El premio es de 30 mil dólares. La banda favorita no siempre es la premiada y la decisión es en ocasiones sorpresiva. Este año uno hubiera esperado que ganaran los pegajosos Metric o los excéntricos Purity Ring. Pero los galardonados fueron otros: Godspeed You! Black Emperor por su disco, ya clásico moderno, ‘Allelujah! Don’t Bend! Ascend!
No obstante, nadie preparó a los organizadores de la ceremonia —patrocinada por marcas multinacionales— para laurear una banda conocida por su imagen anti corporativa y sumamente crítica al status económico y político. Por lo tanto, después de recibir el premio, la banda lanzó un comunicado en el cual, aunque agradecían que su esfuerzo haya sido remunerado y apreciado, mostraron su falta de satisfacción con una gala contradictoria que, en realidad, se regodea en la diáspora y no apoya a los componentes cohesivos de la escena local o nacional.
Citando explícitamente, la banda declaró lo siguiente:
3 viñetas con las que quizá todos estarían de acuerdo
- realizar una gala en un momento de austeridad y declive es un quehacer raro
- organizar una ceremonia sólo para que los músicos puedan competir unos contra otros por un cheque de gran tamaño no apoya en absoluto a una causa musical justa
- pedirle a Toyota Motor Company que ayude a pagar la cuenta por la premiación, en una semana donde se transmite por internet el derretimiento de los casquetes polares es jodidamente loco, y hace oídos sordos a este terrible malestar.
El comunicado finalizó con la disposición de la banda a tomar el dinero del premio y utilizarlo para abrir un programa que otorgará instrumentos musicales a los prisioneros de Quebec, en caso de necesitarlos.
La banda ha recibido varias críticas por haber aceptado el premio. Sin embargo, su respuesta y reacción es en realidad de altísima solvencia ética. GY!BE ha recibido una recompensa monetaria por su implacable esfuerzo creativo, pero en vez de invertir en la cosecha de su propio éxito, la banda optó por invertirlo en algo más simple y menos ambicioso: apoyo musical. Porque Godspeed You! Black Emperor comprende, a diferencia del Polaris Music Prize, que el apoyo a la música en realidad no viene de premiar con mucho dinero a artistas ya exitosos, sino de hacer que la ésta sea algo accesible a todos y, más aún, a aquellos que ven coartado su goce de crearla.