(Parlaphone/Freestyle Dust, 2010) En los 90 una buena fiesta era conocida como rave. La música era una de tantas drogas, con la capacidad de convertir una noche cualquiera en un frenesí que parecía eterno, y The Chemical Brothers eran los mejores dealers. Ed Simons y Tom Rowlands regresan con Further: un álbum que recrea el sonido de su época dorada y marca otro avance positivo en su larga trayectoria.
Cuando la década de los 90 terminó, también lo hizo una etapa en la carrera de The Chemical Brothers. Los días en donde no había duda que sus discos fueran de altísima calidad, increíbles e incluso emblemáticos se acabaron al iniciar el milenio. Sus últimos tres álbumes han recibido opiniones dispares; mientras algunos dicen que tienen un sonido adelantado a su contexto, otros reclaman que el dúo ha perdido su talento. El primer mérito de Further es ser un disco coherente, una pieza completa que, aunque no busque innovar, tiene un sonido adictivo como narcótico.
La primera dosis es “Snow” donde la dulce e hipnótica voz de Stephanie Dosen acompañada por una base similar al sonido de un modem antiguo, tranquiliza los nervios antes de entrar de lleno al viaje. El atasque auditivo de Further viene empacado en los 12 minutos de “Escape Velocity”. 12 minutos bien invertidos en un crescendo que hacen que la obra despegue al ritmo del big beat que es llevado al límite, para luego diluirse en unos teclados a la “Baba O’Riley” de The Who. Tras este par de canciones, el disco adquiere una temática de viaje espacial ya vista y desgastada, sólo el hecho de que lo hagan The Chemical Brothers evita que sea un cliché.
Further carece de grandes sencillos para la pista como “Block Rockin’ Beats” o “Hey Boy Hey Girl”, pero cuenta con la parte más densa y abstracta de un buen rave. El combo que inicia con “Horse Power” es la parte más amigable de la producción. Esta canción está llena de fuerza por las voces robóticas, relinchidos de caballo y loops contagiosos inyecta unos caballos de fuerza al cuerpo para que se empiece a mover. El combo lo completa “Swoon” que en un tempo más relajado crea una atmósfera etérea con los arreglos vocales que oscilan entre unos gritos juguetones y una voz en el fondo que trata de hablar sobre el amor. También destaca “K + D + B” donde la “K” seguramente es por kraut y con un homenaje a los precursores de la electrónica, se entrega la parte más experimental y “clavada” del disco. Una dosis de Further transporta a paisajes muy diferentes y provoca emociones de todo tipo; todas muy disfrutables.
Further es un disco retro que sin pretensión de hacer algo más que buena música, logra dejar limpio el nombre de The Chemical Brothers y mostrar que aún les quedan muchos años por delante. Quizá las fiestas y las drogas hayan cambiado, pero los sonidos formulados por el dúo británico continúan tan adictivos como la primera vez que sonaron.