Superpoze Por Ana Laura Hernández (@lauontheroad)
Es bastante común que en un festival nuevo vaya poca gente y se disperse en cuanto ven a un chico que parece recién salido de la preparatoria; sin embargo, Superpoze es un joven francés de 22 años y ya cuenta con tres EP’s. Edad no es igual al talento, y lo pudimos comprobar el sábado en el escenario Noisey. Con beats que van desde lo más tranquilo, hasta lo más profundo pasando por “Jaguar” y casi cerrando con “The Iceland Sound”, este chico conquistó a los presentes e incluso atrajo a más gente que bailaba al ritmo y se quedaron satisfechos hasta el final.
The Range
James Hinton mejor conocido como The Range se presentó en el Escenario Noisey a las 7:15 P.M. La gente se comenzó a acumular en cuanto The Range fue agarrando ritmo. Un ritmo que mezcla desde hip-hop, hasta R&B y que cautivó a la multitud. Ya entraditos en la noche y con un poco de alcohol encima, la gente se fue soltando y bailando al tiempo de este personaje. Con su sonido que iba creciendo de intensidad, hasta dejar a la audiencia en completo éxtasis, el público quedó muy encantando con su show.
El sueño de la casa propia Por David Segundo (@muranio22)
Incandencias eternas destellaban en el Escenario Noisey. El Sueño de La Casa Propia empezaba con un largo loop de africanismos autóctonos. Los cuerpos destellaban rigurosamente mediante el alba. Destellaron los “Peinados de Fuego” de manera centrífuga, mientras surgía el beat de “Pobre Ave”. El chileno hacía caer rocas y el público era capaz de desviarlas con pies despiertos. Disturbios que recuerdan a Vangelis, plantas sudadas, cuerpos encrespados y pérdida de la cordura. Síntesis de minimal con percusiones logarítmicas. Todo llegó a su fin con “Doble Ola” que remolcaba el polvo y la pizca de decencia que quedaba.
El trópico alcanzaba al filo de la madrugada, los catalanes de Extraperlo usaron su pop playero para cerrar el Escenario Azul. Los delirios específicos que la banda emitía, resultaron exitosos y todos se dejaban llevar por un baile lento gracias a “Resplandor” y “Fina Vanidad”. Las siluetas se transformaban en ardientes figuras, mientras que “Saxo Azul” magnetiza las complexiones.
Finalmente la noche se transfiguró con “Bañadores”, cuya capacidad de sincronizar los maremotos individuales, culminó en un oasis de pasiones y danzas apreciadas.
Merchandise Por Vallatoni (@ValLaToni)
La banda de Miami, Florida, entró al escenario Rojo con todos sus integrantes vestidos de negro y con una actitud que hasta cierto punto parecía sombría. Poco después comenzó la música y el público presente no pudo evitar mover la cabeza un par de veces al ritmo del shoegaze de Merchandise. La banda tocó en su mayoría canciones de su álbum Children of Desire (Katorga Works, 2012); ”Time” y “Become What You Are” fueron algunas de ellas.
En los festivales y conciertos, no todo sale como se planea y en esta ocasión fue visible cuando la tarola se rompió y la banda tuvo que suspender la música por unos minutos, lo que hizo que Carson Cox —vocalista y guitarrista— hablara un poco con el público y aprovechara para agradecer al festival por traerlos por primera vez a México. Después de los percances, parecía que iban a tocar un par de canciones más, lo que se extendió a tres canciones en las que la audiencia quedó deleitada con los movimientos casi epilépticos del guitarrista principal, David Vassalotti.
Matías Aguayo + MOSTRO
Habían pasado unos minutos del atardecer y aún quedaban algunos rayos de sol con tintes violeta que iluminaban el escenario Azul. Entraron técnicos a colocar los instrumentos y entre ellos entraron MOSTRO y a los pocos segundos entró Matías Aguayo. Conforme se hacía de noche, Matías Aguayo presentó a MOSTRO y de forma inmediata comenzó el baile a la par de la música. Este fue probablemente uno de los actos más concurridos, pues la fama de Matías Aguayo creció luego de su presentación en el pasado Corona Capital. El ritmo era candente y la gente no dejaba de bailar; poco a poco la música se fue haciendo más tranquila (y en inglés), y al fin de unas seis canciones, Matías Aguayo y MOSTRO se tomaron de las manos, hicieron una reverencia al público y se despidieron. Eso fue todo, parecía que todos habían quedado satisfechos, pero cabe mencionar que gran parte del público quedó decepcionado esperando “El Sucu Tucu”; algunos gritaron pidiendo la canción pero no obtuvieron nada de regreso, sin embargo se fueron felices luego de muchos minutos de baile. Pumuky Por Rocko (@EcceRocko)
La tarde Nrmal empezaba a tranquilizarse, las nubes seducían a la gente invitando a los asistentes a seguir la fiesta. El clima era perfecto. Tan sólo algunas horas antes, Los Monjo cancelarían su presentación en el deportivo para dar lugar a una banda originaria de las Islas Canarias: Pumuky. Algunos despistados arribaban al escenario doble del festival con playeras de bandas de punk rock, la banda empezó sin espera alguna. Un estruendo de noise puro hipnotizó a los que estaban en el pasto, algunos cayeron al pasto, otros se quedaron parados, el resto se unía con todos en movimientos decadentes de cabeza que seguían el ritmo de la música de estos españoles.
Parecía que la presentación jamas se detendría, un sujeto en medio de todo, bajo la influencia de algunas sustancias, trataba de mantenerse en el suelo a pesar del movimiento de la tierra que tan sólo en ese momento iba al ritmo de las melodías de Pumuky. Esto en una conspiración para que sintiera que en cualquier momento se desprendería, siendo catapultado a una velocidad impresionante fuera del planeta.
Para muchos tal vez fue sólo ruido, la experiencia de presenciar un acto que ni siquiera estaba considerado en el festival le dio un toque de misticismo e incertidumbre que aunado al género de los canarios, creaban una escena perfecta en la que la música se podía disfrutar como sí fuese parte de la vida en medio de la ciudad, en un festival de música extraña, en donde el presidente hace ejercicio.
Anika Por Luis Calleja (@luiscalleja89)
La gente ya se veía ansiosa por ver a la bella cantante alemana tomar el escenario. Entre problemas de audio, la presentación de Anika pasó volando. Fueron unos cortos minutos en el que el post-punk de esta banda se apoderó del festival. Al final la gente no supo por qué los músicos tuvieron que bajar del escenario antes de tiempo, hubo insultos aventados y caras de confusión. El baterista tomó el micrófono y dijo enojado ”No vamos a hacer las cosas de manera NORMAL, lo haremos a su manera, así que tocaremos otra canción”. Ya con las luces del escenario apagadas tocaron su última rola. Anika, con una cara nerviosa, se despidió del público.