Experimentación y nuevas formas de hacer música: Baby, We’re Ascending de HAAi
“Siempre me sentí en sintonía con el público, leyendo a la gente, hasta mi primer show después del encierro. Y pensé, en un mundo en el que la gente está muriendo, ¿qué carajos significa ser DJ?
–Teneil Throssell
El más reciente trabajo de Teneil Throssell, mejor conocida como HAAi, es todo y más de lo que se esperaba. A través de la experimentación y con nuevas formas de acercarse a la creación sonora, la nacida en Australia y radicada en Londres ha entregado un álbum debut fuera de serie, una propuesta redonda y totalmente acorde con estos tiempos que vivimos.
Publicado el viernes 27 de mayo de 2022 a través del legendario sello Mute Records, fundado por Daniel Miller, Baby, We’re Ascending es el primer material de larga duración de la DJ y productora que, después de casi cinco años de trabajo y entregas de EP, sencillos, colaboraciones y presentaciones en vivo que la han puesto en el radar de la escena electrónica mundial, está curtida y más que lista para sorprender al mundo con su visión única de la electrónica.
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Caracterizada por la versatilidad con la que visita géneros como el drum n’ bass, breakbeat, techno industrial, dream pop y ambient, en esta placa, Throssell busca precisamente ir más allá del sonido de la escena club, al hacer coexistir elementos que pudieran parecer polos opuestos como una constante dentro de su imaginario sonoro.
La magia existente en este disco debut radica en la maestría para confluir entre una amplia gama de sonidos, géneros y estilos musicales, todo ideado para confabular en una atmósfera electrónica que evoca al rave oscuro y duro.
HAAi es una admiradora de mezclas largas y sinuosas. Su propuesta busca lograr placeres duraderos, con sustancia, en lugar de éxitos al momento, lo que la ha llevado a convertirse en residente semanal los sábados en el club londinense Phonox.
A lo largo de 13 tracks –la mayoría por encima de los cinco minutos de duración para rebasar la hora– podemos disfrutar de una escucha profunda, espesa y catártica, a través de una mezcla de sonidos acompañados en varios momentos por la voz de Teneil (de la cual no es muy fan ella misma), una voz que funge principalmente como un elemento de acompañamiento en la construcción sonora.
El álbum cuenta con diversas colaboraciones muy interesantes, profundas e intensas pero muy llevaderas. Un collage de la mente y los oídos de HAAi que se consolida como una pieza importante dentro de la música electrónica de corte experimental.
La placa abre con “Channels”, un track sorpresivo e inmersivo que deja en claro desde el arranque lo que podemos esperar de este disco. “Pigeon Barron” le sigue, un tema con estilo techno industrial que invita a prepararse para una larga madrugada en la pista de baile.
“Bodies Of Water” es una belleza. La voz de Throssell nos recuerda por momentos la esencia sonora de la voz de Julee Cruise en los soundtracks de las películas de David Lynch. Hacia la parte final, la voz sampleada nos lleva a pensar en el trabajo de Caribou o de Ross From Friends, pero es tan solo una mera referencia. La voz de HAAi es única.
“Human Sound” cuenta con la participación del activista trans Kai-Isaiah Jamal y de Obi Franky. A manera de spoken word, las barras fluyen sobre un techno con breakbeats, para después reventar y llevarnos directo hasta el dancehall bajo una energía constante.
El quinto track, “Louder Always Better”, es uno de los temas más experimentales, una especie de drum n’ bass transicional que nos prepara para “Biggest Mood Ever”, rola en colaboración con Alexis Taylor de Hot Chip, quien deja su característica marca vocal sobre una producción melódica y melancólica.
El interludio de menos de un minuto de duración, “AM”, te vuela la cabeza con sus breaks y sonidos industriales, con Teneil invitándonos a abrocharnos los cinturones para lo que viene, que es el octavo track, “FM”, tema en el que podemos apreciar claramente su amor por los bajos, las texturas y la percusión.
“I’ve Been Thinking A Lot Lately” es un track muy denso, oscuro, tal vez el que más tonalidades tristes o depresivas tiene en el álbum. Los beats suenan majestuosos y hacen todo el sentido con la narrativa del título de la canción.
“Purple Jelly Disc”, en colaboración con la londinense Obi Franky, es un juguetón viaje de sonidos, experimentación, paneos y percusiones procesadas de manera magistral, con momentos explosivos que invitan al baile de manera instantánea.
El track que da nombre al álbum, “Baby, We’re Ascending”, es el sencillo principal de la placa, y en el que podemos apreciar mucho más la voz de HAAi. El gran Jon Hopkins participa en este tema, y su estilo es más que reconocible. Un conjunto de texturas abrumadoras acompañan la narrativa de Throssell sobre percusiones con estilo house-techno.
“Orca” es el penúltimo track, un recorrido experimental de más de ocho minutos en el que podemos apreciar claramente el expertise en la producción de la australiana. La placa cierra con “Tardigrade”. Bajos tremendos que retumban en tu pecho sobre programación industrial; mucha seriedad en el trabajo de edición de Teneil.
No hay un sólo momento aburrido o tedioso en Baby, We’re Ascending. Silencios inesperados, estructuras poco convencionales, elementos sonoros que caen en el momento adecuado con una precisión fuera de serie, son características que hacen de este un trabajo destacado.
La música de Teneil Throssell goza de una intensidad inteligente pero con alma, evocando diversas épocas de la música electrónica y uno que otro guiño a ciertos artistas, pero con un sonido actual y original que te atrapa. Este es sin duda un álbum visionario, un trabajo que el mismo paso del tiempo validará mes tras mes, año tras año.
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