Electric Guest, los nuevos dueños de mi corazón... y mis ganas de bailar

Que extraño el sentimiento cuando escuchas algo que te gusta y no puedes parar. Entonces te das cuenta que hace mucho no te obsesionaba algo como lo que está sonando en tus oídos. Mi caso tal cual con Electric Guest. No es que no hayan salido discos nuevos buenos, porque la realidad es que sí, pero Mondo (su álbum debut) además de ser un disco con buena calidad, es completamente pegajoso. Seguro han surgido comparaciones con The Asteroids Galaxy Tour, The Shortwave Set y todos los otros proyectos de Danger Mouse (obviamente, él los produjo), pero la diferencia principal de Electric Guest es que su sonido es como morfina: Quita el dolor, te hace olvidar todo y te encuentras regresando a él una y otra y otra vez.

Entre swing, jazz, funk, doo wop y la voz de Asa Taccone, Mondo es uno de esos discos que se te mete por la venas, y te hace querer aprenderte todas las letras para poderlas cantar.  No soy experta en instrumentos y es un hecho que no podría decirles cuales son los sintetizadores que Danger Mouse y Electric Guest eligieron para redondear su sonido (¿Farfisa, podría ser uno de ellos?), pero “le dieron al clavo”.

Mondo es definitivamente una de las mejores propuestas este año… seguramente se hypeará pronto, y aunque me encantaría ser envidiosa con Electric Guest, siento que de entrar a la escena mainstream enriquecería tanto los oídos de muchos quienes lo necesitan. Y es que, ¿a quién no le viene bien un disco que los haga tener momentos dignos de un musical?

La verdad es que lo más increíble de este disco es que no solo brillan los ya conocidos talentos de producción de Danger Mouse, aquí también es innegable el talento de Asa Taccone y Matthew Compton, (baterista), pues para quienes no lo sepan éste es un proyecto que lleva gestándose muchos muchos años.

Dejen que este fin de semana sea musicalizado por Mondo de Electric Guest, créanme que no se van a arrepentir. Al rato no digan que no les advertí.

Tabaquismo [Encuesta Opinión Pública]

De Bradbury, Fahrenheit 451 y #YoSoy132