Las 9 mejores películas del 2019 según El Cine Y...

Las 9 mejores películas del 2019 según El Cine Y...

Foto vía: Corriere della sera

Foto vía: Corriere della sera

Un año más termina, y como ya es costumbre, cada diciembre en el equipo de El Cine y... hacemos el ejercicio de analizar aquellas cintas que llegaron los últimos 12 meses a la cartelera en México.
Como todas las listas del tipo “no están todas las son, ni son todas las que están” y, lejos de pretender asegurar que esta lista está compuesta con lo mejor, simplemente afirmamos que es lo que más nos gustó, conmovió, interesó y provocó. 


Las reglas para proponer un título son muy simples y votar por él para incluirlo en el top 9 son muy claras: La película debe haber sido estrenada en el 2019 en México hasta la fecha de publicación de la lista y los votantes (los colaboradores del programa) les otorgan un lugar en la lista que, a su vez, le atribuye un puntaje. Lo primero, para tratar de evitar una selección de títulos extraños, extravagantes, raros e imposibles de ver fuera del circuito de festivales o cofradías secretas y, lo segundo, para tener una ponderación numérica que ayude a evitar posibles empates (algo que no siempre sucede).


Sabiendo que es subjetiva, que se quedan fuera muchos títulos (ya sea por su fecha de estreno o porque 9 son muy pocos casilleros a llenar) esta es nuestra selección de lo que más nos gustó los últimos 12 meses.
Gracias por otro año de cine y por estar del otro lado del transistor, la computadora o el dispositivo digital favorito. Por aquí nos seguimos encontrando en 2020. 
Nos podemos ver en muchos lados pero seguro, seguro, nos vemos en el cine.

El More.

9. Once Upon A Time in Hollywood

Por: Salvador Nito

La novena película del afamado director es algo paradójica; por un lado es una de las menos tarantinescas, y por otro es uno de sus más honestos trabajos. A diferencia de lo que la publicidad de la película parecía anunciar, Once Upon A Time in Hollywood (2018) no trata principalmente sobre el asesinato de Sharon Tate a manos de la familia Manson. Ese es sólo un aspecto colateral en la cinta. Tarantino pinta un retrato del Hollywood de finales de los 60, realizado desde la nostalgia de su infancia. Con una recreación impecable de Hollywood en 1969 a mano de la diseñadora de producción Barbara Ling; la película transporta a la audiencia a esa época. El glamour, luces de neón, hippies y comida tex-mex se entremezclan para dar vida a ese universo. Tarantino hace una oda al entorno en el que creció: westerns de la televisión, los grandes cines de Hollywood Boulevard y los autocinemas. A diferencia de otras piezas de su filmografía, Once Upon A Time In Hollywood se toma su tiempo para mostrar acción. Tarantino profundiza más en la construcción de sus personajes Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) y Cliff Booth (Brad Pitt). El personaje de Sharon Tate (Margot Robbie) causó debate en torno a su participación, ya que algunos consideraban que merecía más tiempo en pantalla. Pero como menciona Fernanda Solórzano “Tarantino hizo el mejor homenaje a Sharon Tate, tan solo por tenernos a todos hablando de su vida y no de su muerte, como había sucedido hasta ahora”. Once Upon A Time in Hollywood es un retrato de una época de Hollywood, más que una película sobre Tate y Manson. Un homenaje auténtico al espacio donde creció Tarantino, quien reescribe la historia para desmitificar a Charles Manson y celebrar la vida de Sharon Tate.

9. Tarde para morir joven

Por: Ricardo Marín

En 1973, Federico Fellini dirigió Amarcord, un reflejo de cómo la dictadura y el fascismo en Italia dejó a la población en una perpetua adolescencia, incapaces de crecer y convertirse en adultos, sin posibilidad de ser personas normales. En Tarde para morir joven, Dominga Sotomayor apunta a un ejercicio similar, donde el mundo post-dictatorial de Chile apenas se acostumbra a la libertad de la democracia, y torpemente tratan de aprehender estos nuevos conceptos. Tarde para morir joven podría pasar como un coming-of-age, y aunque tiene una potente aura juvenil otorgada gracias al soundtrack y a los protagonistas (todos adolescentes), sería un error acotarla ahí. La película es una aguda reflexión sobre la juventud política, sobre la pulsión innata de avanzar nerviosamente hacia un nuevo mundo.

Esto sólo es el plano temático y conceptual, pero Tarde para morir joven también demuestra las capacidades formales de Sotomayor. A pesar de ser una película coral, la cámara jamás nos despoja de la perspectiva de alguno de los chicos, y entre el ensamble se genera una poderosa intimidad. Tarde para morir joven también ocupa sus colores con aplomo, otorgándole un deslavado tono pastel a las escenas, emulando VHS familiares y fotografías llenas de polvo del álbum de padres o abuelos. Al final, Tarde para morir joven es un nostálgico recorrido por transiciones vitales, pueden ser políticas o personales, pero están inexorablemente ligadas al recuerdo, a la memoria y a la idea de que el mundo no está exactamente hecho para ser justo.

8. Varda por Agnès

Por Salvador Nito

Pocas carreras cinematográficas y artísticas han sido tan prolíficas como la de Agnès Varda. La realizadora belga que sentó los precedentes de la Nouvelle Vague, quien falleció en marzo de 2019. Varda por Agnès (2019) es su última obra, un documental autobiográfico que además de realizar un viaje a lo largo de su larga trayectoria; funciona como una entrañable carta de despedida.

Varda por Angès podría ser considerada como una clase magistral de cine, ya que Varda cuenta los procesos creativos detrás de sus películas y obras. También podría verse como una lección sobre la vida, al ver la humanidad y pasión que la realizadora belga demostraba en su día a día. El documental logra ser sumamente conmovedor, ya que proporciona una mirada íntima a la vida de Varda. De manera magistral y carismática, ejemplifica las técnicas que empleó en sus obras así como sus ideas y puntos de vista. 

Es producida por su hija Rosalie Varda, quien estuvo nominada junto a su madre en los Oscar por Rostros y Lugares (2017) el año anterior. Varda por Agnès es un testimonio del ingenio de dicha directora, que además muestra la importancia de la humildad y la empatía con las personas que nos rodean. En su último trabajo, Varda manifiesta su gran capacidad para contar historias, para conmover, hacer reír o llorar. Una despedida emotiva y sincera.

7. Shoplifters

Por: Naomi Ferrari

El cine de Hirokazu Kore-eda se ha distinguido por ahondar en las relaciones familiares. En películas como Nobody Knows (2004), Still Walking (2008), Like father like son (2013) hemos estado en las vestiduras de los progenitores que intentan comprender la importancia de criar a un ser humano, incluso ante ciertos cuestionamientos como: “¿Se puede querer a un niño que no sea de tu sangre?”; pero también hemos sido capaces de empatizar desde la mirada de los hijos, con personajes que enfrentan duelos de figuras ausentes, expectativas no cumplidas, y rápidos procesos de maduración. Historias que se sitúan en su natal Tokio y terminamos por apropiárnoslas por su singularidad e intimidad, no obstante la diferencia geográfica, lingüística y cultural que existe.

Shoplifters, ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes de 2018, no es la excepción a dicha esencia de Kore-eda. En ella los conceptos de adultez e infancia se permutan y se polemizan. Cinco personajes habitan la casa de la anciana Hatsue Shibata (Kirin Kiki), cada uno desempeña una labor distinta, y no siempre legal, para aportar económicamente al hogar. En este sentido, las casas dentro de las películas del director japonés son los refugios donde las relaciones personales se construyen, fortalecen o desaparecen. En este caso, la dinámica de los integrantes cambia ante la llegada de Juri (Miyu Sasaki), una niña que ha sido maltratada y abandonada por sus dos padres biológicos. La trama, que en un inicio presenta la adopción como un asunto sencillo y humorístico, cambia durante el transcurso del filme, desmantelando los intereses y secretos familiares. Cabe destacar que, aunque se habla de conflictos personales y crudos, nunca se cae en el sentimentalismo, así como tampoco, se deja de lado la critica hacia la desigualdad económica, la inseguridad y la falta de atención de los servicios sociales en una metrópoli como en la que el director creció.

La familia, es aquel núcleo cotidiano, rutinario, y hasta cierto punto, de hartazgo, pero Hirokazu Kore-eda nos demuestra que éste es la base fundamental que determina nuestro desarrollo y comportamiento, el mismo que reflejamos con los otros afuera.

6. Las niñas bien

Por: Irene Adad

“Es mi fiesta de cumpleaños. Todos me miran. Los cubiertos de plata, las copas de vino blanco” narra Sofía de Garay, interpretada por Ilse Salas, en las primeras escenas de Las Niñas Bien. El largometraje dirigido por Alejandra Márquez Abella es el retrato de un México frágil que impactó en todos los niveles sociales. 

Sofía de Garay pasa de la abundancia y admiración, a ver cómo poco a poco pedazos de su mundo se desmoronan. Desde su matrimonio y amistades, el acceso que tenía a ciertas tiendas, hasta la escasez de agua con la que diario se bañaba y perfumaba. La cinta, en parte, muestra los efectos de la crisis del 82 en una mujer privilegiada que lucha por conservar su estatus social a pesar de las circunstancias. Seguimos al personaje de Salas a través de una ambientación sonora basada en aplausos que indican la creciente frustración que siente al encontrarse con lo que ella considera una distopía. 

Aunque Las Niñas Bien, está situada en los 80s, las etiquetas de niñas bien siguen existiendo. Sin embargo, la directora logra retratar que más allá de esa etiqueta, incluso las mujeres que gozan de privilegios, no tienen poder. 

5. Marriage story

Por: Fernando Moreno

Desde su premiere mundial en el verano en el Festival de Cine de Venecia el nuevo trabajo como director del neoyorquino Noah Baumbach llamó la atención por su incisivo y minucioso retrato de la separación de una pareja de artistas.

Los protagonistas de la historia, Nicole (Scarlett Johansson) y Charlie (Adam Driver), son una actriz y un director y escritor que pasan por una crisis en su relación que parece agravarse cuando los abogados aparecen (unos espléndidos Laura Dern, Alan Alda y Ray Liotta) en el escenario de su ruptura. Más allá de los alcances propios de la cinta como obra fílmica, lo que está sucediendo con Historia de un matrimonio habla de la relevancia del cine en los tiempos que vivimos. En el caso del título en cuestión esto se revela generando una apasionada conversación en las redes sociales, planteando discusiones académicas a partir de su modelo de financiamiento, exhibición y distribución vinculado con Netflix y cosechando una importante cantidad de nominaciones en la naciente temporada de premios. Todo alrededor de una gran película que, desde su innegable calidad, ha sido capaz de captar una atención más que merecida.


4. Dolor y gloria

Por: Andrés Durán

Borges explicaba que la felicidad no tiene motivo ni consecuencia, la felicidad por si sola ya es las dos cosas, en cambio la tristeza es todo lo contrario.  Al final como el escritor argentino también explica, lo único que es nuestro, son nuestros errores. Sabido de esto o no, Almodovar decide hacer un recorrido a lo largo de su vida poniéndonos desde el inicio en el presente. Una serie de infografías en voz de Antonio Banderas funcionan de enciclopedia del dolor del personaje Salvador Mallo que no es otro más que Pedro Almodóvar.

Si bien los dolores del cuerpo no son un error, si son una consecuencia del envejecimiento, la vejez y los errores comparten el hecho de que son enteramente nuestros.
Almodóvar primero nos habla del dolor de tener un cuerpo y de poco en poco nos va narrando el dolor de tener un corazón. Son sus dolores, son sus errores pero de nuevo citando al escritor argentino. “La historia de todos los hombres es la de uno solo”. Así, en aquel monologo que escribe para una pequeña puesta de teatro, a base de pura palabra, blanco y rojo el director nos pone de cerca a el más profundo de sus dolores de la más profunda de sus heridas: la de no poder verse nunca más.
Andrei Tarkovski explicaba en una de sus tantas entrevistas que “El arte no debe estar separado de la vida que estás viviendo, es necesario que te entregues a ella en sacrificio como individuo ”.
Algo de eso ha venido a hacer el cineasta español en esta puesta en escena donde un cineasta hace una cinta sobre un cineasta que busca retratar su niñez; una metapelícula donde todos los relatos y los dolores de los personajes están frente a la lente.

Desde los detalles mínimos, como su vestimenta tan peculiar hasta los grandes axiomas como aquel que se repite varias veces en la película. Una firme decisión de creer en un mundo donde el amor no es suficiente para salvar a una persona pero contra todo pronostico opinión y renuencia, el propio Almodovar descubre que en efecto el amor es más que suficiente para salvarse a sí mismo.

3. La Camarista

Por: Naomi Ferrari

Las fuentes de inspiración para crear una obra fílmica pueden ser muy diversas. Imágenes de la suciedad y objetos que se albergan en las habitaciones de un hotel en Venecia, a cargo de la artista Sophie Calle, fueron las que a Lila Avilés le bastaron para construir el perfil de Eve (Gabriela Cartol), y de las personas que en algún momento permanecieron en aquellos cuartos.

El silencio, la frialdad de las paredes blancas, las sábanas tensadas, y los jabones acomodados con tal precisión que podría revelar un trastorno TOC. Espacios íntimos, testigos de presencias, fluidos, hábitos, vicios y breves historias que pasan a ser ajenas, en cuestión de horas. 

Existen quienes usan estos lugares de tránsito, y también, quienes no tienen otra opción, más que adoptarlos como sitio fijo. Es el caso de La camarista, ópera prima de la actriz y directora mexicana. Avilés nos muestra viñetas de la vida de una joven de veintitantos años que dedica su vida a limpiar, ordenar y surtir comodidad a los clientes del piso 21 de un hotel de cinco estrellas en la CDMX. Una figura que, si bien nos hemos beneficiado de su quehacer, ha sido invisible y poco valorada. Aplaudida en múltiples festivales y premiada en distintas categorías, la película de La camarista realiza, de primer impacto un contraste social, casi documental, a juzgar también por la excelente fotografía de Carlos Rossini y su influencia en éste género. Pero también nos revela una constante de dichos personajes: la soledad. Los lazos personales que Eve construye a lo largo del filme se convierten rápidamente en ausencias. ¿Cómo edificar aspiraciones personales y sueños en un sitio donde todo es efímero? 

2. The Favorite

Por: Irene Adad

En un ostentoso castillo situado en Inglaterra, entre festines y carreras de patos, Yorgos Lanthimos ubica su última película. El director griego convierte a la audiencia en testigo y voyeur de un triángulo entre mujeres. Sutilmente nos adentramos en la psicología de cada uno de los personajes, así como en la intriga e incomodidad que produce su relación. 

The Favourite, retrata la relación monogámica de la Reina Anne (Olivia Colman) con Lady Marlborough (Rachel Weisz) que con la llegada inesperada de Abigail (Emma Stone) resulta dividida y triangulada. Olivia Colman ganó el premio Oscar a Mejor Actriz por su interpretación emocional y entrañable. Anne se encuentra halagada y satisfecha por sus dos favoritas. Las interpretaciones de las tres actrices hacen que este viaje de dos horas sea cautivador e hilarante hasta el punto que deja de serlo… 

La cámara sigue a las tres mujeres en los extensos pasillos del palacio al tiempo que un ostinato pauta la lucha por la atención y la seguridad que conlleva conseguir el amor de de la Reina. Lanthimos, inflige dolor y aflicción con una gracia aterradora.

1. Cold War

Por: Ana Fer Torres

Es difícil articular los sentimientos que producen las obras de arte, sobre todo cuando aquellos sentimientos mueven las fibras más abstractas de nuestro cuerpo; muchas veces ni siquiera tenemos las palabras adecuadas para nombrarlos. Este es uno de los efectos que tiene Cold War. La relación entre los personajes principales, Zula (Joanna Kulig) y Wiktor (Tomasz Kot) genera un paisaje complejo y un amor inevitable que tiene a la guerra fría como trasfondo histórico.

Así, se complica aún más el tórrido romance entre la pareja. Escrita y realizada por el polaco Pawel Pawlikowski, el director encuentra la inspiración para crear su película a partir de la historia de amor entre sus propios padres. En el ensayo titulado You’re My Only Home para la edición Criterion de la película, Stephanie Zacharek escribe sobre Zula y Wiktor:

Berlín, París, Varsovia: ninguna ciudad puede aguantarlos juntos por mucho tiempo. Sin embargo, las fronteras impuestas por el comunismo no son necesariamente más rígidas que las que ellos mismos se dibujan con sus peleas, sus celos y sus resentimientos.

Cold War es una historia sobre las coincidencias: coincidir en un momento sociocultural sumamente difícil y encontrar en la otra persona una conexión tan profunda que la concretización de ésta es inevitable - para bien o para mal - misma que cambia a lo largo de los años. Pawlikowski es un director interesantísimo, que a través de un preciso lenguaje cinematográfico narra los cambios en la distancia física y emocional de ambos personajes al mostrarlos de forma exquisita.

Gracias a la dupla entre el director y el cinefotógrafo Lukasz Zal, Cold War es una de las cintas más especiales de los últimos años. Una historia que no se ve con frecuencia en la pantalla grande, y brinda una de las experiencias más entrañables para el público en la sala de cine, haciéndonos sentir.

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