Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic y Andy Murray acumulan 41 títulos de Grand Slam entre los cuatro. De Roland Garros 2005 hasta Wimbledon 2014, al menos uno de los Big Four estuvo presente en la final de cada uno de los Torneos Grandes (38 finales consecutivas).
Debe ser frustrante ser tenista profesional en la actualidad, incluso pertenecer al selecto grupo de los 10 mejores jugadores del orbe. ¿Por qué?, porque desde hace más de una década, cuatro leyendas tomaron el deporte blanco por asalto acaparando la gloria para sí y cediendo pocas oportunidades de triunfo a sus rivales.
Desde que el suizo Roger Federer, hoy dos del mundo, ganó su primer corona de Grand Slam en Wimbledon 2003, inició la era de dominio de los cuatro grandes del tenis mundial en la que el helvético, junto a Rafael Nadal, Novak Djokovic y Andy Murray, se apropiaron de los Torneos Grandes. Juntos suman 41 trofeos de Grand Slam, siendo Federer –el más ganador de la historia en Majors- el tenista que más coronas aporta a la cuenta con 17, seguido por Nadal con 14, Djokovic con ocho y Murray con dos.
El primer Grand Slam que contó con la participación de The Big Four fue Wimbledon 2005. En aquella ocasión, el Reloj Suizo –de 23 años- se coronó tricampeón del torneo. En tanto, un Nadal de 19 años asistía a la justa por segunda vez, mientras que Nole y Andy (ambos de 18), hacían su debut en el histórico All England Club.
Poco sabían ellos -y el resto del mundo- que una de las mejores épocas en la historia del tenis estaba por comenzar.
En ese 2005, antes de arribar a Inglaterra, Nadal ya había dado una campanada que lo posicionaba en el radar del planeta tenis: el nacido en Manacor, Mallorca, había derrotado al argentino Mariano Puerta en la Final de Roland Garros para conquistar la primera de las nueve coronas que ostenta en París.
A partir de la victoria de La Fiera en el Grand Slam parisino, empezó el duopolio Nadal-Federer en Majors, el cual se extendió a lo largo de tres temporadas. Tras obtener el tricampeonato en Wimbledon, el Caballero de la Noche cerró la campaña ganando su segundo US Open.
En la temporada 2006, Roger conquistó por segunda vez el Grande de Oceanía y Nadal volvió a ganar Roland Garros. Su Majestad coronaría un gran año sumando su cuarto título en Londres y el tercero en Nueva York. En 2007, se repetiría exactamente la misma fórmula.
Para ese entonces, Novak Djokovic y Andy Murray aguardaban impacientes el momento para hacerse presentes en este capítulo dorado.
En la final del Abierto de Australia 2008, The Djoker encontró su mejor juego y tras vencer al francés Jo Wilfried Tsonga en duelo definitivo, inauguró su palmarés en Torneos Grandes. La suerte le había cambiado.
Si Roland Garros es la casa de Rafael Nadal y Wimbledon es el segundo hogar de Federer (acumula siete coronas), Australia es el Grand Slam que mejor se le da a Djokovic; ahí, el serbio presume cinco títulos.
De los cuatro grandes, Andy Murray fue el que más tuvo que esperar para que la gloria tocara a su puerta. Para 2012, el escocés ya había sido finalista en el US Open 2008, el Abierto de Australia 2011 y Wimbledon 2012 (probablemente el descalabro más doloroso de su carrera hasta ese momento), y no había podido hacerse de la victoria.
Por eso, cuando accedió a la final del Abierto de los Estados Unidos en 2012, emprendió con un ímpetu irreconocible la lucha por la corona. Tras casi cinco horas de una batalla a muerte en el Arthur Ashe Stadium, derrotó a Djokovic para celebrar su primer triunfo a ese nivel.
Un año después, en la Catedral del Tenis, Murray le dio a la afición inglesa una de las alegrías más grandes que ésta ha tenido en décadas, al convertirse en el primer británico en ganar en el All England Club desde que Fred Perry lo hiciera en 1936.
Merecen mención especial
¿Qué tienen Gastón Gaudio, Marat Safin, Juan Martín del Potro, Stanislas Wawrinka y Marin Cilic en común?, que desde 2004 son los únicos jugadores que han sido capaces de romper la hegemonía impuesta por los Cuatro Grandes.
En 2004 –previo a la era Rafael Nadal- Gaudio ganó el título en Roland Garros; mientras que en 2005, el controvertido Safin se llevó la corona en el Aussie Open. Cuatro años más tarde, Juan Martín del Potro sorprendió a expertos y aficionados al vencer a Federer en la Final del US Open.
Tuvieron que pasar cinco años desde la victoria de la Torre de Tandil en Flushing Meadows, para que otro tenista volviera a interponerse en el camino de los Reyes del Circuito.
En el Australian Open 2014, un iluminado Stanislas Wawrinka venció a Rafael Nadal en la Final ante la mirada atónita del público que abarrotó la Arena Rod Laver.
Finalmente, en el US Open de 2014 se produjo la sorpresa más grande de la última década en el circuito varonil. Por primera vez en nueve años, en la final de un Grande no estaban ni Roger, ni Rafa, ni Nole, ni tampoco Andy, sino el japonés Kei Nishikori (5 ATP) y el croata Marin Cilic (10 del ranking), eventual campeón del evento.
¿Tiempo de decir adiós?
La baja de juego de Rafael Nadal, quien en 2015 sólo acumula un título: el modesto ATP de Buenos Aires y quien hoy en día es siete de la clasificación; la edad de Roger Federer, quien a sus 33 años está cada vez más cerca del final de su carrera y quien desde 2012 no ha conquistado ningún título de Grand Slam; y el inconstante paso de Murray por el Tour, quien tras ganar Wimbledon 2013 alcanzó dos finales en Australia y las perdió (ante Djokovic), hacen pensar que el reinado de los Cuatro Grandes habría llegado a su fin.
A excepción de Novak, quien sólo este año acumula cuatro título de Masters 1000 (Indian Wells Miami, Monte Carlo y Roma) y uno de Grand Slam (Australia); Roger y Rafa prometen más dudas que certezas, y Andy es siempre una moneda al aire.
Sin embargo, ya innumerables ocasiones se ha hablado del fin de esta era, se ha especulado sobre posibles retiros y estos tenistas han respondido con nuevas sorpresas. Por lo mismo, la historia indica que hay que espera, pues aún queda magia en esas raquetas.
María Fernanda Mora
@marifermora90