Una vez más aterrizo en esta sección, en mitad de las vacaciones de Semana Santa y mientras la cartelera comercial es dominada por la entrega número siete de una película de franquicia que ofrece un nivel paupérrimo, para hablar de un clásico de las películas de la temporada y de las bandas sonoras: La última tentación de Cristo. Filmada en 1988 por Martin Scorsese, adaptando la controvertida novela del griego Nikos Kazantzakis, La última tentación de Cristo es mucho más que una cinta polémica que sacudió al mundo a finales de una década convulsa. Además del escándalo que provocó la especulación sobre la condición humana de Jesús y “la última tentación” que propone la obra original, el largometraje significa también la segunda incursión en el mundo de las bandas sonoras de un compositor e intérprete célebre y admirado en la escena del rock global: Peter Gabriel.
Tras su exitosa trayectoria con Genesis y, después de colaborar con su paisano Alan Parker componiendo el soundtrack de Alas de libertad en 1984, Gabriel se pone a las órdenes de Scorsese para ayudarle en su proyecto más riesgoso y criticado hasta ese momento.
Llena de sonidos étnicos, que más adelante formarían parte de una etapa que enriquecería un personalísimo estilo e incluso aterrizarían en un sello discográfico -el mítico Real World-, la partitura que consigue Gabriel para La última tentación de Cristo es justo el traje a la medida que necesitaba la cinta. Una mezcla de sintetizadores, percusiones y ritmos inspirados en la tradición musical y los instrumentos originales de medio oriente complementados de colaboraciones estelares de figuras de la talla de Ravi Shankar, Youssou N´Dour y Baaba Maal.
Voces hipnóticas y sonidos místicos que se combinan de manera perfecta con el ritmo y el movimiento de unas imágenes que no son las de una cinta convencional sobre Jesús. Para la revolución y la búsqueda de nuevos caminos formales y temáticos un score que innova y se convierte en un clásico moderno instantáneo. Un nuevo referente musical para una película valiente que levantó ámpula y no dejó indiferente a nadie. Dos genios juntos escribiendo una historia que hoy, en estos Días Santos, vale la pena revisitar.
@elmoremoreno