El Reencuentro de un Grande

Sábado 24 de enero, a las 4:30 de la tarde pensarían que es un día común y corriente pero no, el Coloso de Santa Úrsula abrió una vez más sus magnificas puertas, para presenciar un partido con un sabor especial que se puede percibir a los alrededores del estadio. A lo lejos se escuchan los cánticos y tambores del equipo local, el América que llega como amplio favorito ante un Puebla que se dio cita con un ánimo fuera de lo normal ya que cuentan con Cuauhtémoc Blanco, el jugador se reencuentra con el amor de sus amores como el siempre lo dijo.

El Azteca como siempre imponente y la gente comienza a llenar este magnifico recinto, poco a poco el sol empieza a esconderse, acomodándose para tener el clima perfecto para jugar al fútbol.

Son las 5:00 y el árbitro da el pitazo inicial, partido importante para ambos lados , ya que uno quiere alcanzar los primeros lugares, mientras que el otro desea salir de la temible zona del descenso, pero más que eso este partido causa una grande expectación ya que a la cita llego mas de 63,000 gargantas gritando por su equipo, pero sobre todo para ver al  gran ídolo del pueblo, solo él logra mover a tal cantidad de gente que se dio cita para verlo, en lo que puede ser su último partido sobre este estadio que le brindó miles y miles de alegrías pero sobre todo quien  vio nacer al gran Cuauhtémoc Blanco.

América quien viene de una derrota al igual que el Puebla salió con gran ímpetu, dominando al contrincante, sobre todo la primera media hora de juego, en el cual tuvo 2 grandes oportunidades desperdiciadas por el “Pipa” Benedetto quien pudo liquidar al equipo rival, y así entusiasmar a un público ansioso por gritar el tan famoso “GOOL” por el cual el deporte vive. De repente todo el estadio se levante de sus lugares, empieza a gritar y emocionarse y no, no fue por alguna jugada fuera de lo normal, mas bien es por que el Puebla manda a calentar a su banca y claro ahí estaba el gran ídolo, con una mirada de emoción pero a la vez de preocupación al ver que su equipo esta siendo ampliamente dominado.

Mientras tanto, Gustavo Matosas no para de dar instrucciones y alentando a su equipo para irse con un marcador favorable antes de acabe la primera mitad del encuentro, es cierto que el América carga con una grande responsabilidad ya que es el campeón vigente y aún no logra enchufarse al cien sus refuerzos de estrellas con el planteamiento de su entrenador. Así termina un primer tiempo un tanto flojo y abucheado por las tribunas, pero con la expectativa de ver al "Cuauh".

Aproximadamente el minuto 65 cuando la tribuna entera corea al unísono ¡OLE, OLE, OLE, OLE, TEMO, TEMO! presionando así al técnico para que lo meta al campo de juego, por obvias razones no tardo mucho y por fin se animo a meterlo al minuto 78. Fue impresionante como todo el estadio Azteca gritaba y se emocionaba cuando entro al campo su gran ídolo, tendrían que haber estado ahí para imaginarse la euforia que se sentía en el estadio, como por arte de magia el puebla comenzó a tener la posesión del balón nuevamente y cada jugada que tocaba el balón Cuauhtémoc la gente le aplaudía y gritaba ¡mete tu gol, mete tu gol!, este personaje tan querido, aún muestra esos destellos que lo hicieron el gran jugador, pero el paso del tiempo no perdona, este fenómeno permanecerá para siempre en la memoria de todos.

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Cuando en los últimos minutos del partido el América crea una jugada muy bien elaborada, Pablo Aguilar con la desesperación de meter el gol, logra hacerlo pero con la mano, la gente reacciona eufóricamente, gritando gol, pero pocos segundos después llega la desilusión pues el árbitro anula el gol, y le saca la segunda amarilla, expulsándolo del partido.

Y así el arbitro marcó el silbatazo final del encuentro, con un empate a cero goles, pero fue un empate con sabor a derrota para el América. Pero al parecer la gente no le dio tanta importancia, porque querían despedir al ídolo como se de debe de la que siempre fue su casa.

Fabián Chapela Vázquez

@FabianChapelatw

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