"Aceptemos sentir pena o angustia": propone Ciudad de Tar con su ambient alternativo
La nueva normalidad puertas adentro que el COVID-19 ha impuesto al cotidiano de las personas en todo el mundo, ha puesto en jaque la actividad de la industria cultural, especialmente la de la música, que se nutre de los espectáculos en vivo para promocionar nuevos lanzamientos.
En este contexto incierto, difunde el sello chileno Lerock, los músicos Marco Avilez y Bruno Lara, integrantes del proyecto chileno Ciudad de Tar, han decidido aportar con su debut, abandonando cualquier posibilidad de promocionar el trabajo a través de giras y shows en vivo. Sin duda, plantea un dilema que probablemente se repita durante este año:
¿Cómo hacer sustentable el lanzamiento de música nueva si los artistas no pueden salir a mostrarla en vivo?
“Existe un montón de personas que pueden conectar con las sensaciones que se encuentran en su álbum debut ALMA, se pueden sentir contenidas al escuchar el material”, explica Avilez.
“En este momento sobre todo, para mí el proyecto ha tomado más sentido que nunca. Creo que la sociedad ejerce cierta presión en las personas con que tienen que estar felices, y en verdad también hay que saber disfrutar y aceptar las emociones que nos provocan pena o angustia. Por eso antes era receloso de mostrar la música. Pero ahora que estamos todos cagados y en las mismas, espero que pueda musicalizar bien el momento que estamos viviendo y acompañar”.
ALMA consiste en ocho composiciones que varían desde lo ambient hasta el post-rock, en un ejercicio pausado de dinámicas que se extienden sobre pasajes extensos y calmos. Sin embargo, es probablemente en vivo donde Ciudad de Tar logra expresar la totalidad de su mensaje: una cuidada propuesta visual complementa delicadamente cada composición.
Al respecto, Avilez se explaya: “Por el momento espero poder acompañar a las almas que están ahí afuera intentando encontrar calma para enfrentar este momento. Es difícil no poder presentar en vivo el proyecto después de haber trabajado tanto tiempo, pero es más angustiante la incertidumbre. Sin embargo creo que la posición que hay que tener es la de encontrar las maneras de crear contenido y compartirlo, en ese sentido la música debiese estar más que nunca integrada con las artes visuales, el documental, la gráfica”.