Estas festividades mortuorias no son sólo para celebrar con vestimentas lascivas e intoxicaciones alcohólicas. Para aquellos sosegados que buscan una noche relativamente diferente, presentamos unas películas para pasar unas extrañas —e insomnes— noches. No necesariamente son las que dan más miedo, pero sí son las más peculiares, sangrientas y, si nos ponemos perversos, entretenidas.
Nota: la lista no tiene ningún orden en particular.
10. Freaks (Tod Browning, 1932) y Carnival of Souls (Herek Harvey, 1962)
"Gooble gobble! gooble gobble! one of us! one of us!". Estas dos películas, a pesar de su longevidad, han sabido envejecer con terrorífica gracia. Tod Browning genera un fantasmal sentido de perversión a lo largo de Freaks, mientras que Carnival of Souls es un grandioso ejemplo de cine perturbador. El legado que estas películas han dejado al género de horror, y al cine en general, es invaluable desde un enfoque temático hasta el aspecto técnico. Ambos largometrajes llevaron el cliché a una arista arriesgada hasta que, con el paso del tiempo, estas mismas se han convertido en cliché.
9. Cannibal Holocaust (Ruggero Deodato, 1980)
Éste también es un clásico moderno. Precursor del género found-footage, Holocausto Caníbal (nombre traducido) es una de las películas más impactantes de todos los tiempos. Su nivel de violencia gráfica es implacable y, de manera aún más estresante, mucha de ésta no fue simulada: varios de los animales asesinados en pantalla en verdad fueron asesinados. Aunque hoy se pueden citar ejemplos mucho más gráficos, como A Serbian Film, Holocausto Caníbal fue un parteaguas en el cine de horror, donde las líneas entre la violencia ficticia y real se hicieron más borrosas.
8. Re-Animator (Stuart Gordon, 1985)
Talada del mismo árbol que el padre del body horror, David Cronenberg, Re-Animator continúa perturbando a espectadores hoy en día con su sentido visceral y amoralidad. Esta película abarca varios géneros, desde el ya mencionado body horror, pasando por las películas de zombies y el splatter. Una serie de excentricidades hacen a este film una obligación para los fanáticos de las películas de horror, ya sea por su combinación de desmembrados y psicópatas, o por el simple placer de ver al Dr. Herbert West perder la razón.
7. Dead Sushi (Noboru Iguchi, 2012)
No hay que dejarse llevar por lo ridículo del nombre; la película es aún más ridícula. La trama es simple y se puede resumir con facilidad: comida japonesa asesina. Por supuesto que es absurdo, pero ver esta película es un verdadero festín culinario homicida. Desde las risas hasta el excelso gore, Dead Sushi no da un minuto de descanso, ya sea en lo cardiaco o en lo cómico.
6. Ichi The Killer (Takashi Miike, 2001)
Se debe cambiar el título, no sólo es Ichi The Killer, toda la filmografía de horror de Takashi Miike deleitará a aquellos que les encanta desde el gore hasta los más profundos sustos. Ichi the Killer no es una película de horror, es más bien una película de acción y explotación;, pero si lo que se busca es violencia gráfica, este largometraje no decepcionará (pezones cortados y tortura autoinfligida son sólo algunos de los elementos). Sin embargo, si se busca un verdadero trabajo visceral del género horror, uno puede buscar películas de Miike como Audition, One Missed Call o su episodio de Masters of Horror. Éste último dejará sin sueño varias noches.
5. August Underground (Fred Vogel, 2001)
Hay pocas películas de explotación como esta. No puede verse con facilidad y lo más probable es que uno no sea la misma persona después de verla. Violencia indiscriminada y poco remordimiento es lo que acecha en este largometraje, definitivamente no apto para personas de estómago delicado y un ansia de buen gusto. Cabe mencionar que las películas anteriores tienen un factor social, crítico, temático o de entretenimiento que las hace particulares o interesantes; sin embargo, August Underground parece ser violencia con el fin de violencia.
4. Haute Tension (Alexandre Aja, 2003)
En Francia se dio una ola cinematográfica llamada la New French Extremity (el término fue inventado por un estadounidense, por eso en inglés y no francés), en la cual los cineastas franceses transgredían las barreras de lo cómodo en varios géneros. En cuanto al horror, pocas veces se ha visto una película con un cuidado artesanal como lo que Alexandre Aja hizo con Haute Tension. Todos los elementos del filme están cuidados con maestría artística: actuaciones, guión, tensión dramática. Si bien el final es menos satisfactorio, todo lo que precede es un deleite para los fanáticos de horror más fino y un cine construido de manera fenomenal.
3. Braindead (Peter Jackson, 1992)
Antes de convertirse en el amo y señor de los hobbits, Peter Jackson dedicó su vida cineasta a realizar algunas de las películas más sui generis que se han visto en la historia del cine —no es exageración. Dead Alive, o Braindead en algunos países es —igual, sin exagerar— una de las películas más sangrientas de todos los tiempos. Las bombas de sangre chorreaban centenares de litros en esta comedia zombie gore, a la cual uno termina anonadado por la sangre, por la violencia y por la confusión entre reír o disfrutar en silencio. Si se degusta con gracia esta película, probablemente se disfrutaran Bad Taste o Meet the Feebles, otras joyas del señor Jackson.
2. ¡Todo Richard Stanley!
En un inicio, esta lista incluía Hardware (1990). Después fue sustituida por Dust Devil (1992) y luego no hubo consenso sobre cuál elegir de Stanley, así que mejor vean toda su filmografía. En serio, para los fanáticos del género y los no tan fanáticos es una excelente inversión de tiempo, su cine explora capacidades corporales y nociones psicológicas interesantísimas. Es decir, Stanley realiza un cine conceptualmente productivo, mientras no deja descansar el ojo con potentes placeres visuales.
1. Man Bites Dog (Rémy Belvaux, André Bonzel, Benoît Poelvoorde, 1992)
La película snuff de culto por excelencia (sin contar Snuff, incluida también en esta lista). Man Bites Dog brilla por ser un recorrido anímico excesivamente contrastante: ¿te ríes? ¿te preocupas? ¿te compadeces? Confunde, consterna y, más que nada, impacta. ¿Recuerdan esa conversación al final de Funny Games sobre la violencia en la pantalla? Man Bites Dog es una discusión mucho más extensa sobre la agresividad y la muerte muy similar a la de Haneke. Un verdadero goce fílmico, aunque no para los débiles de estómago y amantes de lo políticamente correcto.
Extras:
Mártires (2008): Otra de la nueva ola francesa. Un largometraje sumamente cruel y doloroso sobre la retribución. Si buscan finales felices, ésta no es su opción.
Eden Lake (2008): Lo que comienza en la cotidianeidad culmina en la cruenta realidad de la juventud desatada. Al igual que con Mártires, si buscan finales felices, aléjense de aquí.
Snuff (1976): La primera película promocionada como cine snuff (en donde los asesinatos no son ficción, sino verdad). Obviamente no lo es, pero la carga inquietante de esta película no se la han quitado los años.