El Festival de Jazz de Montreal en pleno swing

Una dosis veraniega de buen jazz no le hace daño a nadie. Pero este festival sabe mezclar a leyendas como Ron Carter y Bill Evans con nuevos favoritos de todos los

géneros derivados. Léase: Janelle Monáe, Escort, Dirty Projectors y, de Latinoamérica,

Lila Downs, Chicha Libre, La Chiva Gantiva o Los Amigos Invisibles.

 

Queda una semana entera de Festival de Jazz en Montreal, y pareciera que ya pasó

todo lo que necesitaba pasar: una noche de apertura donde había que escoger entre

el acordeonista francés Richard Galliano, Ziggy Marley o el montrealense Rufus

Wainwright; conciertos a puerta cerrada de los saxofonistas Wayne Shorter o David

Sánchez; hasta un espectáculo de flamenco montado por el cineasta español Carlos

Saura.

Y sin embargo están pendientes los conciertos de Norah Jones, Seal, el pianista

noruego Tord Gustavsen, Liza Minneli o Emir Kusturica, quien recibe este año el premio

Antonio-Carlos Jobim.

La ilusión de que el cartel es infinito no se limita a la cantidad de espectáculos,

sino a una versatilidad que, puesta a prueba, adquiere una elasticidad sobrenatural.

Si uno decide ver, por ejemplo, a vocalistas jóvenes interesadas en explorar las

posibilidades de su voz y del escenario, tiene con qué entretenerse en los conciertos de

Sophie Milman, Melody Gardot o Janelle Monáe. Si en cambio se interesa por músicos

de una región, digamos Latinoamérica, el festival propone a artistas como Lila Downs,

Los Amigos Invisibles o La Chiva Gantiva, la banda de colombianos que viven en

Bélgica y tocan algo que parece cocinado entre el Río Magdalena, el Mississippi y los

Balcanes. Lo mismo sucede si se elige ver jazz clásico, o soul, grandes músicos

locales, intérpretes de armónica o música africana contemporánea.

Sin embargo, en esta edición quizá lo más impresionante sea la concentración

de bajistas y contrabajistas. Sus instrumentos no son precisamente los más

protagónicos ni seductores para los oídos comunes, pero gente como las también

compositoras y cantantes Esperanza Spalding y Meshell Ndegeocello; el trío que

conforman Victor Wooten, Stanley Clarke y Marcus Miller -quienes tocaron juntos en

sábado pasado-, o Ron Carter, a quien se le dio este año el premio Miles Davis,

expanden la capacidad expresiva no sólo de las cuerdas ahogadas en ronquera, sino

de cada curva de la caja.

Y falta mencionar las jam sessions, a menudo frecuentadas por los artistas

invitados, las fiestas a cargo de DJs locales, el homenaje a Miles Davis, con Bill Evans y

Joey DeFrancesco.

Y falta una semana más.

Detalles: www.montrealjazzfest.com

 

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