Kyrie Irving salió de la duela del Oracle Arena con el rostro compungido. Le costaba trabajo pisar con la pierna derecha. Aventó su jersey mientras cojeaba. Parecía que pisaba un empedrado al rojo vivo. Dos días después, el peor augurio se hizo realidad: el mejor jugador del Mundial de España no jugará las finales de la NBA. Su rodilla derecha quedó hecha añicos. El trajín de los playoffs no contribuyó a sanarla (ya dolía antes).
Matthew Dellavedova es un base poco ortodoxo. Bota sin elegancia, su promedio de asistencias es menor a 3, su porcentaje de campo bordea un discreto 0.36 y suele ejecutar la pantalla antes que pedirla. Matthew Dellavedova decidió el segundo partido de la final de la NBA.
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Un hombre capaz de sacar de quicio al imperturbable Al Horford, de penetrar el lomo del toro con la espada cuando la bestia está embistiendo y de acallar al Oracle Arena, quizá la afrenta más complicada de todas.
Sí, el triple-doble de LeBron vale (séptimo en finales; segundo lugar de todos los tiempos). LeBron fue la mano que giró la llave. Pero fue Dellavedova la llave. Perturbó a Curry hasta difuminarlo (19 puntos, 5 de 29 de campo, raquítico); siempre que el MVP se encontró abierto y presto para el tiro, llegó el australiano a tiempo para ofuscarlo (el último tiro fallido por Curry, a 15 segundos del final de la prórroga, es la fotografía del día); y cuando acarreó la pelota, siempre le siguió la estela sin perderlo de vista. Ya sabemos quién protagonizará las pesadillas de Curry los próximos dos días.
Aunado a su seguimiento a Curry, Dellavedova hizo el trabajo sucio que normalmente no recae en un base. Tiró las pantallas que le indicó LeBron, extirpó faltas a Thompson y Green, encestó su primer triple cuando moría el cuarto periodo, y su presión forzó sendas pérdidas de Golden State (18 en total, su partido más errático de los playoffs). Sí, LeBron pone la melodía, pero Dellavedova pone el rigor de la partitura. El proyecto de los Cavaliers a principios de temporada giraba en torno al tridente James-Irving-Love. Sólo queda James y un fabuloso equipo que le flanquea. Y uno de ellos es Dellavedova.
Lalo López
@Fmercu9
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