11 de agosto - Bitácora #turnodelas3

Tras años de fascinación que devino en investigación, Jorge Alderete reunió una serie de postales entorno al misticismo de las islas del Pacífico Sur, concretamente de Rapa Nui, conocida por el mundo como la Isla de Pascua. De esta manera nace Tike’a Rapa Nui y las islas del Pacífico Sur, exposición que concatena obras gráficas nunca antes expuestas en México y una curaduría que aglutina piezas de la colección del Museo Nacional de las Culturas en una muestra polinesia sin precedentes.

El mismísimo Dr. Alderete distinguió al turno de música y ya con su presencia y nos contó todo acerca del proyecto más reciente que le atañe. La exposición expone las semejanzas y diferencias entre los distintos pueblos que habitaron no sólo esta isla, sino también, las islas de la Melanesia, la Micronesia y la Polinesia. Inaugurada el pasado 29 de julio, la muestra emociona al diseñador argentino no sólo por el gusto de mostrar la esencia de la cultura a partir de su impronta; también porque se incluyen piezas traídas a la colección privada del museo por Miguel Covarrubias, artista mexicano que devino en naturalista, etnógrafo y arqueólogo.

La última parte de la muestra presenta un mini documental hecho por amigos chilenos de Alderete que viajaron con sus propios recursos a la isla y discurre sobre la travesía del artista:

https://vimeo.com/134425187

Una de las anécdotas que gravitan al rededor de la mística isla y Alderete se remonta al primer viaje que el Doctor realizo a Rapa Nui. Cuando estaba por bajarse de un auto una lluvia torrencial se dejó caer. El diseñador y la gente que viajaba con él se refugiaron al calor del autoestéreo y la primer canción que sonó estaba en la lengua originaria de la isla. Les pareció fascinante y además conocida. Tras grabarla con su teléfono y escucharla con detenimiento se dieron cuenta que era un cover a "La Flaca" de Andrés Calamaro.

https://www.youtube.com/watch?v=nMKcYqb_pek

Un año después, casi contado con calendario en mano, Alderete recibió una llamada de Calamaro que buscaba una colaboración para la portada de su álbum venidero. Es por eso que el diseño final que el músico argentino ocupó para su disco incluye unas cabezas colosales que se pierden en una multiplicidad de elementos.