Por Luis Calleja
Después de haber dejado los suburbios y las memorias de una adolescencia, Arcade Fire regresó el pasado octubre con un nuevo disco. Reflektor es el producto de una visita al infinito verano haitiano, donde fueron influenciados por la música y cultura de la isla caribeña, la cual los llevó a redefinir su sonido original.
A principios del año se corrían muchos rumores sobre el nuevo disco de Arcade Fire, pero sólo se daba por hecho que la producción estaría a cargo del inconfundible talento de James Murphy. Algo era seguro, el nuevo sonido de la banda te pondría a bailar, y lo único que quedaba era esperar lo que iba a ser uno de los mejores discos del año.
Meses después conocimos el arte y título del disco. El logo de Reflektor es influenciado por el arte vudu haitiano Veve, un símbolo religioso que sirve para atraer espíritus. Estos símbolos generalmente son dibujados en el piso con polvo blanco.
Una especie de campaña publicitaria fue creada para promocionar el disco y estos signos de arte Veve, con el nombre del disco, fueron pintados en paredes y pisos alrededor de todo el mundo.
Fue hasta agosto que se supo la fecha exacta del lanzamiento del disco de Arcade Fire, cuando se publicó la imagen de una pancarta colocaba en un edificio de Nueva York con la fecha y hora “9PM 9/9”
El arte del disco está inspirado en el mito griego de Orfeo y Eurídice. El mito cuenta la historia de Orfeo, hijo de Apolo y Calíope, quien con su gran talento musical trata de salvar a su esposa Eurídice del inframundo. En la portada aparece la escultura que lleva el nombre de este mito, creada por el artista Auguste Rodin.
El mito de Orfeo y Eurídice es una historia de un amor perdido, por la duda y la curiosidad. Orfeo pierde por siempre a su esposa por voltear hacia atrás en el último momento. “It’s Never Over (Oh Orpheus)” es la despedida de este amor. A lo largo del disco las canciones nos hablan de personas alienadas, que parecen no existir para los demás y buscan ser normal, encajar en un mundo ajeno a ellos. Con la misma fuerza con la que Orfeo buscaba rescatar a Eurídice y fracasando al final.
Un mes antes de la salida del disco también se publicó el cortometraje “Here Comes The Night Time”, dirigido por Roman Coppola, con apariciones de James Franco, Ben Stiller, Bono y Michael Cera . En un salón lleno de luces de neón, con rostros pintados y disfraces fosforescentes, la banda sale tocando en una fiesta mientras Michael Cera se queja en español del sonido de Arcade Fire. Hay falsos comerciales y trailers de películas entre canciones.
Con este cortometraje salió a la luz la verdadera personalidad del nuevo álbum, rompiendo con las falsas apariencias que muchas veces dan los sencillos. De la mano de una fotografía alucinante y colores fluorescentes, Roman Coppola y Arcade Fire demuestran otra vez que el arte de la música no sólo se queda en lo sonoro.
felt like i was watching an important TV event sat night. Arcade Fire special was the coolest thing i think i've seen http://t.co/Vm9VQmqmKQ
— Julian Casablancas (@Casablancas_J) octubre 1, 2013
Arcade Fire invitó a todos los que fueran a uno de sus conciertos con disfraz, para convertir la noche en una fiesta de carnaval. Muchos fans se quejaron de la banda por querer poner un código de vestir en sus conciertos, sin embargo la banda expresó que han sido los mejores shows que han tocado.
Con este disco Arcade Fire retomó un sonido que parecía haber extinto a finales de la década de los 80. Es la mezcla del disco y los ritmos tropicales, una sutil combinación entre los teclados y las congas. Han dejado los violines a un lado y se integraron al escenarios nuevos músicos que le han dado al disco las características necesarias para sonar completamente diferente a los 3 álbumes anteriores.
Este disco no es ni más maduro ni más elaborado que los anteriores, es simplemente una nueva etapa. Conceptualmente es muy diferente a los anteriores, pero no se despegan de esas letras que hablan de niños marginados, pequeños pueblos y el correr hacia ninguna parte. Exploran sonidos del disco, lo juntan con ritmos caribeños pero no dejan fuera alguno que otro riff sucio de guitarra, y como siempre, hacen los arreglos musicales apropiados para una banda con más de 7 miembros en el escenario.
Sin duda, han dejado uno de los mejores discos del año, el cuarto en su carrera musical. Dejando atrás las frustraciones de un grupo de adolescentes suburbanos, la banda canadiense ahora se disfraza para celebrar una fiesta con un estilo tropical, llena de beats bailables y melodías alegres. Con cada disco Arcade Fire afirma su paso constante para convertirse en una de las mejores bandas de la actualidad.