De Riot Grrrls y feminismo: revolución efímera pero necesaria

“BECAUSE us girls crave records and books and

fanzines that speak to US that WE feel included

in and can understand in our own ways”.

Riot Grrrl Manifesto

Agosto, 1991. Olympia, Washington. El dueño de K Records organizó un festival donde el primer día todas las bandas estaban formadas por mujeres: The International Pop Underground Convention. El foxcore, término empleado para etiquetar a las bandas con integrantes del género femenino, había inspirado a una escena llena de señoritas a crear no sólo música, también fotografías, filmes y performance.

Estaban hartas de los detractores de su arte, de que las llamaran tontas o débiles sólo por ser niñas; de que su sociedad estuviera llena de racismo, clasismo y sexismo. Los fanzines fueron su medio de comunicación, todo bajo la filosofía del “Do It Yourself”. Parecía un movimiento fuerte, todos hablaban de él. Se les denominó Riot Grrrls.

Buscaban crear un fenómeno político y cultural. Eran activistas. Querían sentirse identificadas con lo que leían, veían y escuchaban; que no las consideraran una moda pasajera, que los machitos del rock comprendieran el porqué de su enojo, que sus voces tuvieran un eco en la sociedad.

Uno de los fanzines fue el Bikini Kill Girl Power, ahí se plasmó lo que ahora se le conoce como el Manifiesto de las Riot Grrrls. Ellas crearon una revuelta por y para mujeres, creyendo firmemente en las chicas como la fuerza y alma revolucionaria que cambiaría realmente al mundo.

https://vimeo.com/67757523

Katheleen Hanna de 44 años lee el manifiesto que escribió a los 21.

Se considera a Bikini Kill como estandarte del movimiento. Conformada por Kathleen Hanna, Tobi Vail, Kathi Wilcox y Billy Karren, la banda hacía un punk visceral donde destacaban las letras feministas. Firmada por la disquera Kill Rock Stars  y producida por Ian MacKye (Minor Threat / Fugazi) lanzó su primer EP en 1991. Sus shows en vivo eran memorables, con Hanna escribiéndose “zorra” en el abdomen, provocando y enfrentando a los hombres. Protegiendo siempre a las chicas.  

https://www.youtube.com/watch?v=LU1bEeKsHs8

Denunciaban el abuso, pedían el empoderamiento de las mujeres y las animaban a seguir sus sueños, a ser ellas mismas sin aceptar los roles que la sociedad daba al sexo femenino. Destacan sus temas ”Feels Blind”, “Rebel Girl” (producido por Joan Jett), “Alien She” y  “Double Dare Ya”.  Fueron atacadas por la prensa, por músicos de ambos sexos.

Las menospreciaron acusándolas de ingenuas y primitivas en su sonido, de escandalizar y entretener con sus quejas, en lugar de crear conciencia. Sintiéndose rechazadas por su propia comunidad se desintegraron siete años después, dejando un legado de álbumes que con el paso de los años han sido revalorados, junto a sus principios. En 2012 lanzaron Bikini Kill Records y gracias a esto han remasterizado y reeditado parte de su discografía.

https://www.youtube.com/watch?v=bOCWma5vOiQ

Bratmobile fue una de las bandas que tocó ese agosto del 91 en el festival que originó todo. Allison Wolfe, Molly Neuman y Erin Smith eran un trío de chicas enfadadas (aunque no tanto como Bikini Kill). Las dos primeras se conocieron al colaborar en el fanzine Girl Germs. Lanzaron un álbum y un EP durante el apogeo de las Riot Grrrls: Pottymouth y The Real Janelle. Más melódicas, coquetearon con el new wave y el garage. Una de sus canciones más destacadas es “Cool Schmool”, donde se burlan de lo superficial que puede ser el mundo de las niñas.

Su abrupta desintegración se dio en 1994, sobre el escenario. Se reunieron en 1999, lanzaron otros dos discos y salieron de gira. Compartieron escenario con Sleater-Kinney, The Donnas y The Locust. Consiguieron nuevos fans y hasta el apoyo de la crítica. Aunque nunca anunciaron otra separación, no han estado activas desde finales de 2003.

https://www.youtube.com/watch?v=0JQHSqxsCdU

Durante 3 años, Corin Tucker y Tracy Sawyer fueron Heavens to Betsy. Estuvieron en la convención y con un sólo disco titulado Calculated, se convirtieron en parte vital del movimiento. Prueba de esto es el tema “Terrorist”, lleno de rabia y completamente violento. “Me haces sentir como un pedazo de carne” grita Corin desgarrando su garganta. Pese a la fugacidad del dúo, ella siguió en la música y formó Sleater-Kinney con Carrie Brownstein y Janet Weiss.

Aquí su discografía fue más prolífica (8 álbumes de estudio), destacando que no se estancaron en el punk crudo. Cuando dejó de hablarse de las riot grrrls, la banda seguía en el mapa, nunca dejó de lado el feminismo ni los temas políticos. Paró indefinidamente en 2006, pero este año está de regreso con No Cities to Love, pretexto perfecto para tenerla de vuelta en México como parte del festival Corona Capital.

https://www.youtube.com/watch?v=c620wBEOqLE

Saliendo de Olympia, hubo bandas como 7 Year Bitch de Seattle e incluso Huggy Bear en Brighton, Inglaterra que defendieron la causa. Desafortunadamente, a finales de los noventa se había perdido la batalla. La revolución se cambió por el girl power de las Spice Girls y estas valientes punks se sintieron traicionadas. Las riot grrls lograron, aunque sea por un momento, que la unión y sentido de pertenencia inspiraran a las mujeres a expresarse y reflejarse en la obra de otras.

"Me disgusta la idea de las riot grrrls siendo un fetiche o una historia que deje afuera todas las fallas"  

   Kathleen Hanna para Rolling Stone

Es verdad, para que exista otra rebelión al estilo de las chicas de equivalente o mayor magnitud las próximas generaciones tendrán que aprender de los errores y contradicciones del pasado. Esto no se trata de "hombres malos/mujeres buenas". Quizá venga un nuevo y maduro movimiento, quizá algún día la mujer se integre de tal forma al rock que hasta dejemos la división por razones de género.

Pronto se publicarán dos textos más para revisar el legado de esta efímera revolución en el nuevo milenio.