A lo largo de la historia, la escena musical ha visto desfilar un gran número de súper bandas; desde Cream, Traveling Wilburys y The Dead Weather, hasta Los Odio y Aho Colectivo. En 2011 llegó una súper agrupación que bien puede ser considerada la que representa al sonido underground de la Ciudad de México. Ellos se hacen llamar Sonido Gallo Negro y están compuestos por Edwin Noise (de Telekrimen), Gabriel Twin (de los Twin Tones) y el diseñador de cultura popular mexicana Dr. Alderete. Junto con una larga lista de músicos colaboradores, en otoño del año pasado Sonido Gallo Negro entregó su álbum debut: Cumbia Salvaje bajo el sello Alicia Grabaxiones; es un disco que a lo largo de 12 tracks invita al baile, al debraye y sobre todo al folklor y a lo kitsch. Un debut bastante atinado que le da elegancia al underground y que le da un sabor más cálido a este verano nublado, lluvioso y a veces frío. Desde inicios de los dos miles (y desde mucho antes incluso) el Multiforo Cultural Alicia ha sido bien llamado “La Catedral del Subterráneo”, y es que bandas de gran relevancia ‘garajera’, tales como Lost Acapulco, Las Ultrasónicas y Los Esquizitos, se han consagrado en este importante escenario de la colonia Roma. De ese mismo modo bandas como Telekrimen y los Twin Tones surgieron de este nicho y ahora, después de poco más de una década de existencia, se podría decir que se ha formado un grupo de artistas especializados en el subterráneo. Y no sólo músicos, sino también una variedad de artistas visuales y gráficos que adornan la cultura urbana, cochambrosa y al mismo tiempo con una atmósfera kitsch de buen gusto que le hace lucir elegante. De todo esto, en otoño del año pasado pudimos atestiguar el pintoresco y extravagante debut del Sonido Gallo Negro, quienes nos entregaron su primer material discográfico Cumbia Salvaje, un auténtico homenaje a la cumbia psicodélica peruana de los años setenta. Pero el disco no sólo suena a dicho género, sino que logra hacer una combinación de chicha con actitud de cochera, una fusión de debrayantes órganos Farfisa con una que otra guitarra fuzz/surfera, así como los infaltables güiros y ese ritmo pegajoso que podemos escuchar en cualquier tianguis de nuestra bella ciudad.
En Cumbia Salvaje podemos percibir una clara influencia en artistas peruanos como Juaneco y su Combo, Los Belkings y Manzanita y su Conjunto, artistas que durante los setenta gozaron de fama nacional a lo largo de un Perú que vivía una etapa de oro en cuanto a chicha y cumbia psicodélica se refiere. Tal vez en el D.F. no tenemos ayahuasca como en el desierto andino, tampoco tenemos un Amazonas que nos provea de los sonidos debrayantes de la jungla, pero sí contamos con una selva de concreto y un Acapulco en la azotea que nos permite por poco menos de una hora sentirnos invenciblemente tropicales y bailadores; todo eso nos transmite Sonido Gallo Negro con este disco que de hoy en adelante será indispensable contemplarlo para la fiesta con la muchachada o para cerrar la calle y ponerlo a todo volumen hasta que las alarmas de los vochos de la pensión despierten a la colonia. Desde su comienzo, Cumbia Salvaje nos deja ver qué camino va a tomar. Primero un increíble homenaje a Juaneco y su Combo (artista pilar y medular en las influencias de Sonido Gallo Negro) con la canción “Bocanegra”, la cual hace que todos nos paremos de la silla y nos atrevamos a sacar a bailar a la quinceañera con todo y su vestido azul pastel. Luego “Caballito Nocturno” y “Santa Bárbara” continúan la fiesta del baile guapachoso, pegadito y lleno de psicodelia. Para la cuarta canción Sonido Gallo Negro preparó una pócima auditiva hecha a base de güiros, extracto de ayahuasca y susurros sensuales, tema con el que pocas se podrán resistir a la seducción tras escuchar “Amansa Guapas”. Después de la cumbia ‘halloweenezca’ “Espantamuertos” y de “Cumbia Fuzztone”, viene “Rimsky”, un homenaje a Los Belkings, otra banda peruana consagrada en los setenta. Posteriormente, con ritmos desde el Ecuador llega “La danza de los jíbaros” para ligarse con “Leticia”, una cumbia espacial que da pie a “El Mercado de los Brujos”. Cuando el cuerpo ya no puede más y ha de sacar el último esfuerzo para impresionar a las muchachas, “Embrujo Amazónico” y “La Pollera Amarilla” dan cierre a un disco que de inicio a fin puede llegar a ser pesado e incluso cansado, ya que si se le da una escucha a lo lejos, puede que suene igual todo el tiempo (así como cuando andamos en el tianguis y a lo lejos sólo se escucha ese ritmo genérico de charanga o de cumbia). http://youtu.be/e7p77_d-Sgk
Ahora, no sólo la música es algo que se presenta de manera extravagante e inusual en este disco; el empaque del mismo también tiene mucha tela de dónde cortar. Diseñado en su totalidad por el Dr. Alderete, tanto la caja, como el disco y el librito son dignas de resaltar, ya que podemos ver las típicas ilustraciones de Alderete en donde se muestran paisajes y personajes psicodélicos, espaciales, urbanos y sobre todo kistch, los cuales parecen ser productos de sueños ácidos y guajiros de este distinguido diseñador. La contraportada muestra un espectacular logo que dice en mayúsculas “SONIDO GALLO NEGRO”, con una tipografía digna de cualquier barda de la colonia Guerrero que anuncia el bailongo callejero en el deportivo popular de a la vuelta. Pero el disco no se queda sólo en su empaque, sino que también en vivo el Sonido Gallo Negro es toda una sensación. A diferencia de otras bandas recientes que han retomado los sonidos de la cumbia espacial, tales como Afrodita o el Súper Sonido Changorama, quienes tocan uno que otro instrumento mientras las computadoras suenan, los oriundos del Multiforo Cultural Alicia crean todo un concepto que consiste en música tocada totalmente en vivo. Guitarras, órganos Farfisa, cuatro venezolano, congas, bongoes, cencerro, paila, bajo, samplers, flauta, güiro, trompetas, entre muchos instrumentos más, son los que Sonido Gallo Negro toca cuando están en el escenario. Además de toda esta increíble gama de instrumentos, en los visuales se encuentra el Dr. Alderete, quien en tiempo real crea dibujos con un programa llamado Tagtool, los cuales son proyectados en el fondo del escenario mientras la gente echa sus mejores pasitos. Cumbia Salvaje deja clara aquella famosa frase mencionada por La Botellita de Jerez: “Si lo mexicano es naco y lo mexicano es chido, entonces lo naco es chido”. Estos ritmos y géneros pueden llegar a sonar rascuaches y/o populares, sobre todo al lado de una escena que busca llegar a los paladares más exigentes, pero cuando a eso popular se le mete su lado kitsch es entonces cuando viene la aceptación. ¿Acaso estaríamos hablando de Sonido Gallo Negro si no hubiera sido creado por integrantes de los Twin Tones y Telekrimen junto con el Dr. Alderete? A pesar de que es un disco muy bien logrado y que sirve de homenaje al gran movimiento peruano de cumbia psicodélica de los setenta, no deja de ser un pasatiempo o algo que les divierta a los integrantes de la banda. Aún así, Cumbia Salvaje pasará a la historia por ser un álbum que no estará ausente ya sea de las fiestas en la cochera, de los MP3 piratas de los microbuses o de un bar fresa de la Condesa en donde les gusta ser alternativos. http://youtu.be/OHyC4WxiQHU