La tarde del 18 de mayo de 2013 con el Estadio Azteca casi a tope, se convirtió en la ocasión perfecta para que los de casa lograran su pase a la final del liga del fútbol mexicano después de 6 años de no tener ese privilegio. El rival: un fuerte vecino del norte acompañado de su gran afición y después de haberse coronado tricampeones de la Liga de Campeones de la Concacaf apenas hace unas pocas semanas.
Los dos equipos salieron a la cancha conscientes de que después del 2-2 del partido de ida en el Tecnológico de Monterrey había comprometido totalmente a ambos para al segundo juego. Los problemas para Rayados empezaron antes del partido al no poder llegar a tiempo a la cita. Después de 10 minutos de la hora planeada, se dio inicio al partido. El América empezó de manera fuerte frente a un Monterrey que parecía un poco menos ordenado y al minuto 12 el delantero de las Águilas, Raúl Jiménez estuvo muy cerca de poner al frente a su equipo pero desaprovechó la gran oportunidad siendo esta la llegada más peligrosa por parte del equipo dirigido por Miguel el “piojo” Herrera. La cosas empezaron a cambiar y Rayados logro tener más control del partido y metió mayor presión al arco de Moisés Muñoz ya que a los regios sólo les bastaba con un gol de visitante para obtener el pase a la final.
Más echados hacia a atrás y esperando el contragolpe, los de amarillo se vieron amenazados algunas veces por los delanteros de rayados: Aldo de Nigris y Humberto Suazo que tampoco pudieron concretar los goles. Al minuto 42 Paul Aguilar tuvo que dejar la cancha debido a una lesión e ingresó Adrián Alderete. Así pasaron los primeros 45 minutos sin hacerse daño ambos equipos, en un primer tiempo cerrado y con ambas aficiones ansiosas por un gol que asegurara todo.
Empezó el segundo tiempo donde las cosas fueron más claras a comparación de la primera parte. Los dos técnicos se vislumbraban tensos y siempre pegados a la línea con aparente desesperación. Al 62 en una jugada peligrosa, el defensa José María Basanta se barrió fuertemente y derribó al número 14: Rubén Sambueza, dentro del área chica y lo cual le costo que el arbitro marcara el penalti a favor del América. Raúl Jiménez cobro de manera contundente, engañando al portero del Monterrey con aparente facilidad, haciendo que el estadio estallará y los aficionados de casa que parecían un poco tensos, despertaran sintiéndose con un paso en la final.
A partir de este momento las cosas cambiaron, en la cancha un América más ordenado y sobre todo confiado en contraste con Rayados que parecía haberse venido abajo anímicamente. El partido se empezó a poner más tenso pero fue al minuto 82 cuando los de Coapa aseguraron el marcador de la mano de Christian Benítez quién en una pared con Jiménez remato sin dudarlo y puso el marcador 2-0. A pesar del resultado los regios no bajaron la intensidad y diez minutos después al 92, De Nigris de media vuelta metió el tan conocido gol “de la honra” ya que el partido estaba prácticamente resuelto dejando fuera al equipo dirigido por Manuel Vucetich.
Un América que no obtuvo el pase a la final de manera tan sencilla pero que sin duda supo manejar de manera correcta el partido contra un equipo físicamente muy fuerte pero que no encontró forma de definir. Digna semifinal del fútbol mexicano y las Águilas sólo esperarán saber el nombre del rival con quién se medirán en la gran final.