La cálida tarde del 20 de abril, el Estadio Azteca fue testigo de uno de los duelos más pasionales que existen en La Liga, un Estadio Azteca que a media semana se había quedado sin su padre, Pedro Ramírez Vázquez, emblemático arquitecto mexicano, diseñador del “Coloso de Santa Úrsula”, quien recibió un homenaje antes del partido: se develó una placa en su honor inmortalizando su nombre en la historia del inmueble. Pero la tarde seguía y ambas aficiones se dieron cita para llenar el Azteca, por un lado los locales, los azulcremas, llegaban con sus cánticos, muy motivados por los resultados que el “Piojo” Herrera ha ofrecido esta temporada, y por el otro los Pumas, azul y oro, con su tradicional “goya” esperanzados de vencer a domicilio al odiado rival.
El partido comenzó muy pasional, garra y entrega por parte de los dos equipos, pero poca claridad. Pumas se hizo del balón en los primeros minutos pero sin llegadas importantes, poco a poco América fue equilibrando el juego, hasta que llegó la jugada importante, un centro de Sambueza para un remate de cabeza letal de “Chucho” Benítez que abrió el marcador y estalló el júbilo americanista en la grada.
Minutos después del gol, un caliente Martín Bravo pierde la cabeza y suelta una patada en frente del árbitro y fue expulsado, el camino lucía complicado para la UNAM. El partido siguió con unos Pumas entregados buscando hacer daño pero padecieron de tener un hombre menos, hasta que llegó el descanso.
El segundo tiempo no cambió mucho, unos Pumas con diez hombres y mucha entrega tratando de tener el balón pero sin claridad, y un América sin prisa, buscando el pelotazo a Jiménez o Benítez que liquide el juego, unos Pumas que querían y no podían y un América que podía y no quería.
Pero minutos más tarde el América pagó el no aprovechar la ventaja numérica y Jesús Molina salió expulsado al ver la segunda tarjeta amarilla en el partido. “Piojo” replegó al equipo y Pumas se fue con todo al ataque, los últimos minutos fueron explosivos, de ida y vuelta con oportunidades para ambos pero sin goles, al final el partido terminó 1-0 a favor del América para complacencia de sus aficionados.
Frío y serio Torres Servín, técnico de Pumas, reconoció que la derrota duele pero resaltó el esfuerzo de sus muchachos y aseguró que su equipo clasificará a la liguilla. Por el otro lado, Miguel Herrera, tranquilo y orgulloso, resaltó la buena temporada que ha tenido el equipo y aseguró haber ganado un partido de orgullo, de esos que se ganan como sea.
Al final la buena nota fue el comportamiento de las dos aficiones, quienes a pesar de la rivalidad y la pasión que desbordan estos juegos, entendieron que al final sólo es un partido de fútbol, y se terminó con saldo blanco, sin violencia. Así se disputó una edición más del clásico América vs Pumas, con triunfo amarillo 1-0.