En 'Crocodiles', los Bunnymen nos muestran que juntos son más que la suma de sus partes
Crocodiles es el disco debut de la banda británica originaria de Liverpool Echo and The Bunnymen.
Tras su publicación, en diciembre de 1980 fue muy bien recibido por la crítica en las revistas musicales Rolling Stone y Blender y llegó al puesto 17 de la lista de ventas británica. Con el correr de los años se convertirían en una banda de culto en ambos lados del Atlántico. La British Phonographic Industry lo certificó disco de oro en 1984. Antes de la publicación del LP, “Pictures on My Wall” y “Rescue” fueron editadas como sencillos.
El debut es brillante, con un sonido a menudo desgarrador y dramático, queda muy claro que estamos ante una banda única y especial. Comienza con “Going Up”, y los Bunnymen nos muestran que juntos son más que la suma de sus partes. “Do It Clean” y “Pride” se desprendieron como sencillos pero todos los tracks que componen la producción son muy parejos.
Liderados por la potente voz de barítono de Ian McCulloch y la brillante guitarra de Will Sergeant, son toda una revelación y según los que saben, éste último está a la altura de Johnny Marr y Vini Reilly como los mejores guitarristas ingleses de los años ochenta. La sección rítmica de Les Pattinson y Pete De Freitas no desentona, brinda una base sólida y reclama reconocimiento y originalidad, el bajo es finamente seductor, y la percusión cambia constantemente de estilo sin dejar morir el ritmo central de la canción. "Pride" es un momento destacado de entre muchos, las notas altas de Pattinson y las ejecuciones de De Freitas suenan como campanitas con toques inspirados. Luego está la voz del propio McCulloch que proyecta imágenes que pueden ser crípticas y muy expresivas que se disparan con pasajes lúgubres y oscuros cuando su semi-gemido evoca emociones de adicciones nerviosas y vanguardistas como en “Villiers Terrace”: "Gente rodando por la alfombra / Mezclando la medicina”.
La música de Crocodiles es, en general, oscura. En 1980, la revista británica NME describió las letras de McCulloch como “salpicadas de temas de pena, horror y desesperación, reforzadas con imaginería animal y sexual tempestuosa”. Podemos agregar que es un disco temperamental y misterioso al mismo tiempo fascinante. El crítico musical David Fricke, escribió en Rolling Stone: “En lugar de con drogas, McCulloch alucina con sus peores miedos: aislamiento, muerte y bancarrota emocional”.
Enérgico, sin desperdiciar una nota y ardiendo con una energía apenas controlada, Crocodiles sigue siendo un clásico merecido