Esa escena de Garden State, en donde Natalie Portman le promete a Zach Braff que “New Slang” de The Shins va a cambiar su vida para siempre, se ha convertido en un arquetipo de enamoramiento durante los últimos 10 años. Aunque esta canción no pertenece al disco que The Shins lanzó en 2003, sí constituye una parte importante de la grandeza y reconocimiento de la banda de Albuquerque. Existen algunos álbumes que te dejan con una sonrisa, que podrías escuchar de principio a fin una y otra vez, sin saltarte una canción, porque cada nota de guitarra, voz, bajo y teclado atraviesan directamente a tu corazón creando un momento perfecto. Chutes Too Narrow, el segundo álbum de estudio de The Shins, toma diferentes significados según la etapa de la vida en la que te encuentres, una misma obra que despierta emociones distintas a través de los años. Este maravilloso disco, que lleva una década acompañándonos, ha sido una constante que nos recuerda a esas memorias que no queremos dejar ir.
En el verano del 2003 James Mercer y compañía llenaron su sótano con la adrenalina de las primeras notas del álbum, que unos meses después floreció confirmando el esfuerzo creativo de The Shins. Estos chicos encontraron la manera perfecta de abarcar todo un espectro de emociones humanas; desde el amor hasta el miedo por el futuro, desde nuestras limitaciones hasta el deseo de crear una mejor versión de nosotros mismos. El resultado de estas largas horas de trabajo en el calor del verano de Nuevo México fueron 10 preciosas historias sobre la vida.
El álbum comienza con “Kissing the Lipless”, una introducción impecable á la Beach Boys en combinación con Simon and Garfunkel con un toque de modernidad. La sensibilidad melódica de Mercer es única e ingeniosa; escribe música tanto original como memorable que fluye transmitiendo a través de los beats, lo que las letras están destinadas a revelar.
Justo a la mitad de álbum tenemos el clímax, “Fighting In A Sack”, un corte enérgico que habla de lo que hace la existencia interesante, dura y digna de vivir. El mood y el tono bajan suavemente hacia el final en “Those To Come”, una canción en la que podemos apreciar la melodía dolorosa de las vocales, que es a su vez insoportable y hermosa.
Mientras pareciera que muchos escritores de canciones de pop usan los versos como algo para matar el tiempo entre los coros, The Shins logran los momentos más memorables del álbum en lugares que muchas veces son ignorados. Un gran ejemplo es el primer sencillo “So Says I”, que destaca por las variaciones sutiles de cada verso y disfruta de su momento más fuerte en las armonías de transición que adornan el breve puente.
La atención a los detalles en Chutes Too Narrow es verdaderamente impresionante, pero la manera en que esos detalles se combinan para formar música tan simple pero rica emocionalmente es asombroso. Este álbum es anfitrión de 10 momentos perfectos, cada uno emergiendo espontáneamente del marco multifacético de una canción construida magistralmente. Éste no es simplemente un disco excelente, sino un testamento poderoso de la capacidad de la música pop para el expresionismo, la belleza y la profundidad.