#450ShakespeareSueño de una noche de verano Con música incidental de Felix Mendelssohn La Máquina Teatro, Directora Juliana Faesler Orquesta de Cámara de Bellas Artes, Director José Luis Castillo Coro del Teatro de Bellas Artes, Director Huésped Rodrigo Elorduy México Teatro Juárez
No por nada se conmemoran los 450 años del natalicio de Shakespeare, su obra nos ha seguido atrayendo con absoluto magnetismo, sus enredos, sus tramas, su manera de transparentar la condición humana obligándola a atravesar por muchos cuestionamientos que, a su vez, inciden en las distintas capas sociales. Desde las antiguas cortes, familias reales, ejércitos, pueblos, religiones, costumbres; todo ello sigue vigente, si lo trasladamos al orden socio-cultural de hoy, podemos mofarnos de los sentimientos de grandeza que acompañan a aquellos que ostentan el poder aunque sea por un corto periodo; podemos lamentarnos que las pugnas entre el poder aún son capaces de doblegar al más puro, así como en las historias de hace casi medio milenio, más viejas incluso que la historia de nuestro país ya como nación indeoendiente; como si no hubiéramos aprendido nada en el camino. ¿Cómo hacer que la audiencia acuda a ver una de las obras más representadas de la historia con la misma frescura de la primera vez? Quizá es aquí donde, con evidentes rasgos shakespearianos, se haya decidido crear un dispositivo que no sólo haga una entremezcla de influencias, sino de disciplinas. No quiero eludir a la cultura del remix, o el mash-up, pero es notorio en esta apropiación el querer hacer flexibles las fronteras entre verso y prosa; entre música incidental y música diegética; entre compañía de teatro, coro y orquesta; entre actuación y danza; erre recursos escenográficos y multimedia. Todo ello hace que el público agilice su atención, porque las referencias harán buenos coqueteos incluso entre la alta cultura y la cultura popular. Pero el juego no se detiene en esa atención con el público: Se extiende entre los creadores, un poco de perder formalismos entre una compañía y otra, un poco de perder el respeto al recinto, un poco de irreverencia hacia el propio festival que siempre muestra apertura hacia lenguajes alternativos, incluso para su mayor recinto, el Teatro Juárez. No queremos hacer eco de la teoría de la transdisciplina, de las búsquedas estéticas, de aquellas manifestaciones que denotan que la crítica a la modernidad y la posmodernidad se basan en la decepción que han generado a la humanidad con sus promesas. Mundos mejores podemos encontrar en las historias, los dramas y comedias. El reto es hacer que sean más significativos para los tiempos que corren, como lo ha hecho este dispositivo escénico, dancístico, teatral y orquestal de Juliana Faesler.
Texto: Agustín Peña
*Fotos: Christa Cowrie / Gabriel Morales
*Cortesía del FIC